Joaquín Perez Rey, la mano izquierda de Yolanda Díaz
Así es el secretario de Estado de Empleo, hombre de confianza de la vicepresidenta segunda y negociador de la reforma laboral.
“Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel, por mis sueños va ligero de equipaje sobre un cascarón de nuez mi corazón de viaje. Luciendo los tatuajes de un pasado bucanero, un velero al abordaje, de un no te quiero querer. Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar, al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio”.
Cada vez que suena esta canción en la voz de Joaquín Sabina se estremece. La lleva en su lista de Spotify, la reescucha con pasión. Es su tocayo, comparten nombre. Pero sus vidas son muy diferentes. Responde a los apellidos de Pérez Rey y llega muy temprano a su despacho en los Nuevos Ministerios. Bien lo saben sus asesores. Tiene la misma costumbre que su jefa, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno.
Pérez Rey es su mano derecha. O mejor, su izquierda. Ocupa un puesto clave: la Secretaría de Estado de Empleo y de Economía Social. Ha sido el encargado de pilotar las negociaciones de la mesa de diálogo social, hablando con los sindicatos y los empresarios. Y teniendo al lado al representante enviado por Nadia Calviño, tras la tensión que vivió la coalición.
Es uno de los autores en la sombra de la reforma laboral, que vive ahora negociaciones in extremis para que salga adelante la próxima semana en el Congreso de los Diputados. Él aspira a que sea sin retocarla y con los votos de los socios de investidura, que ahora amenazan, con ERC a la cabeza, con tumbarla. Su trabajo es discreto y en las sombras, pero siempre obedece una máxima: buscar el acuerdo. En eso es igual que la jefa Díaz.
Una persona que trabaja codo con codo con él lo dibuja así: “Es como parece, muy buena persona, nunca lo hemos visto enfadado y ha habido días muy complicados. Siempre mantiene la calma, tiene infinita paciencia, siempre tiene una respuesta para todos”. Y ese rasgo lo destacan mucho los suyos, ese carácter y conocimiento de profesor. Pérez Rey (Madrid, 1973) es doctor en Derecho y premio extraordinario de Doctorado. Es profesor titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Castilla-La Mancha. Y tiene a sus espaldas varios libros como El despido o la violencia del poder privado.
“Era uno de los profesores que no iba con Power Point, tiene todo en la cabeza”, resaltan fuentes cercanas, que apuntan: “Nunca le vas a pillar, sabe mucho de derecho laboral”. Era uno de los grandes especialistas que estudió en profundidad la reforma laboral del Partido Popular, que ahora va a modificar precisamente él con el decreto acordado por la coalición.
Empezó a colaborar con Yolanda Díaz antes de que muchos pensaran que ella podría llegar a ser ministra. Era asesor suyo, sin cobrar, cuando estaba en el Congreso la gallega, encargada de Unidas Podemos entonces de los temas de empleo y de Seguridad Social. Tenían muy buena sintonía, igual que con otros expertos como Antonio Baylos, Amparo Merino y María Amparo Ballester (que también engrosa parte del equipo de Díaz hoy en la Vicepresidencia). Díaz tuvo claro que lo quería también como su ‘número dos’ en el Ministerio de Trabajo. “Yolanda y él se parecen mucho. Tienen un carácter muy similar y son muy compatibles ideológicamente, vienen de la misma escuela laboralista”, dicen fuentes que los conocen. Además, hay conexión gallega: los padres de él son de Vilagarcía.
Pérez Rey, que nunca ha militado en un partido, viene de una familia de izquierdas, señalan fuentes cercanas, y tiene una tradición muy vinculada a CCOO y la órbita de Izquierda Unida y Podemos. “Pero no es sectario”, señalan los suyos, indicando que en eso es muy parecido a Yolanda Díaz.
“Eso es lo más importante para el diálogo social”, apuntan fuentes conocedoras de las negociaciones, que describen “el debate de muy alto nivel” que había a puerta cerrada entre él y, por ejemplo, Rosa Santos (representantes de la CEOE y mano derecha de Antonio Garamendi) y Mari Cruz Vicente, de CCOO. Con las dos tienes una muy buena relación, algo que no ha pasado, por ejemplo, con los representantes del Ministerio de Economía.
Es muy difícil que alguien hable mal de Pérez Rey, pero sí en las últimas horas detrás de los focos aparecen, según fuentes consultadas, algunas voces de Podemos que lamentan que el secretario de Estado y Díaz se hayan centrado tanto en los agentes sociales y no hayan estado más atentos a los socios de investidura, imprescindibles para sacar adelante el decreto de la reforma laboral.
En el Ministerio de Trabajo son conscientes de que quedan días complicados y van a seguir negociando hasta el final, con la esperanza de que ERC ceda y se pueda sacar con un frente amplio de izquierdas. Es su opinión, no quieren escuchar la posibilidad, asumida por el PSOE, de lograr una mayoría de luces verdes en el Congreso con el voto de Ciudadanos. En La Moncloa, según fuentes consultadas, subrayan que esta reforma “saldrá sí o sí”, sin tocar el texto acordado con los agentes sociales.
Toca afanarse hasta el propio jueves. El equipo en Trabajo está acostumbrado a largas jornadas, y no es raro que acaben muchas veces cenando juntos. Pero son como una “familia”, reconocen en el departamento. “Nos llevamos todos muy bien. Después de doce horas trabajando nos tomamos algo juntos, por voluntad propia”, resumen.
Una de las máximas que sigue también siempre Pérez Rey es ser lo más pedagógico posible, explicar la reforma laboral de manera entendible para todas las personas. Sabe que muchas veces el lenguaje técnico no llega a la gente y quiere que se comprenda cómo la reforma laboral va contra la temporalidad y la precariedad.
El Ministerio le absorbe casi todo el día. Apenas tiene tiempo el secretario de Estado para sus grandes aficiones: el cine y la literatura. Se intercambia con la jefa libros constantemente y al que le pide un consejo audiovisual siempre le recomienda su película favorita: Recursos humanos, de Laurent Cantet. Y de fondo sus Peces de ciudad en su lista de Spotify.