Joan Tardá: "El Estado español ha optado por la violencia judicial"

Joan Tardá: "El Estado español ha optado por la violencia judicial"

“A no ser que nos metan a todos en la cárcel, abriremos los colegios electorales”.

Joan TardáCARLOS PINA

En la impresora tiene un imán de Gibraltar, sobre la mesa una bandera estelada y en la estantería un busto de Fidel Castro. Una serie de documentos y enmiendas forman casi un mantel en el escritorio de su despacho en el Congreso. Joan Tardá (ERC) vive tres días en Madrid y el resto lo pasa en Cataluña. Y con una aspiración: la independencia de su comunidad.

Tardá (Cornellá de Llobregat, 1953) es uno de los parlamentarios más conocidos. Sus intervenciones no dejan indiferente a nadie. Los suyos le aplauden a rabiar, a sus enemigos les irrita hasta su tono de voz. El diputado ve cada días más cerca el referéndum en Cataluña y sostiene que se hará "a no ser que nos metan a todos en la cárcel".

Quedan unos meses muy intensos con Cataluña como gran protagonista. Los trenes vuelven a enfrentarse. Mucha tensión política por delante. Y él sigue defendiendo en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo por qué Cataluña debería ser independiente. Los pocos ratos que tiene libres se olvida de todo viendo la serie Billions y en la mesilla de noche tiene ahora la biografía del empresario Joan B. Cendrós. Así piensa Tardá.

¿Qué le ha parecido la condena de inhabilitación de dos años para Artur Mas por el 9-N?

Era esperada porque se trata de un juicio político. Ninguna sorpresa.

¿Cree que el Supremo ratificará la condena?

Lo desconozco. Políticamente ya está dicho lo que se pretendía. Si la incrementará o no, se me escapa. Lo troncal es el hecho de que fuera condenatoria porque, según nuestro criterio, el Estado español ha optado por la vía de lo que llamamos la violencia judicial, la judicialización del conflicto político. Hay personas que hablan de que la manera de reconducir todo pasaría por un indulto.

¿Tendría que ser indultado?

A ver. Hay dos posibles caminos. Uno es dialogar y negociar para llegar a un acuerdo que pudiera metabolizar este conflicto político, que guste o no guste existe y tiene un amparo democrático en la medida que surge de la misma sociedad catalana. Y la otra vía es la autoritaria, que se basa en el uso en esta fase de la violencia judicial. La Administración española ha optado por la vía de la represión judicial. Irá a más y este proceso tenderá a agudizarse con las inhabilitaciones y las multas, y quizá en su última fase la voluntad incluso de encarcelar a algunos dirigentes políticos catalanes se concretará. Ya estamos en esta fase, hay 401 causas judiciales iniciadas en tribunales a raíz de acuerdos municipales de apoyo al Parlament.

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En cambio, el Gobierno defiende que tiene en marcha la Operación Diálogo, capitaneada por Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Cómo es esa operación? ¿A usted lo han llamado?

Desconozco que exista puesto que no existe. Es más, lo que el Gobierno español no entiende es que ahora cualquier solución pasa por votar. Ya estamos en esta fase. Cuando el 70 o el 80% manifiesta que quiere votar, pues se vota. No hay otra posibilidad que hacer esto. En el debate de investidura le dije a Mariano Rajoy que estábamos dispuestos a negociar todo, el calendario, la pregunta y los procedimientos. El Gobierno contrarrestó con la Operación Diálogo, que no ha cuajado en nada.

¿Habrá referéndum?

A no ser que nos metan a todos en la cárcel, el mes de septiembre vamos a abrir los colegios electorales y el referéndum será legal porque colgará de una ley catalana. Es cierto que hay que asumir que hay un choque de legalidades. ¿Existe la española? Por supuesto, no se puede negar. Pero también existe una catalana. El referéndum será legal, se convocará, se abrirán los colegios electorales y se votará. Y a no ser que pudieran por acción física, que no sé cómo lo harían, reprimir a la ciudadanía, pues se va a votar.

El referéndum será legal porque colgará de una ley catalana

¿Por acción física entendemos llevar el Ejército?

No, no. La verdad es que siempre que decimos 'cómo van a evitarlo', pues la verdad es que no lo saben. Pueden hacerlo todo, pueden aplicar el artículo 155 y el 116. Incluso, la ley de Defensa Nacional. ¿El Estado español puede hacer todo? Sí, que lo hagan. Lo que es evidente es que tenemos tres herramientas que nunca habíamos tenido: mayoría independentista en el Parlament de Cataluña, Gobierno independentista que ha contraído la obligación de abrir los colegios electorales y un consenso social suficiente, que es la joya de la corona. Hay muchos más catalanes que quieren votar que el número de catalanes independentistas.

¿Y cree que los catalanes saldrían a votar con un referéndum que no tiene garantías por parte del Gobierno central? ¿Irían a las urnas todos los catalanes?

No, hombre, irán los que quieran votar.

¿Con ese resultado se podría proclamar la independencia?

Es decir, no hemos sido independientes porque los catalanes no han querido. Dos, es posible que los catalanes continúen sin querer la independencia. Y puede ser que los catalanes digan que sí, entonces lo seremos. Llevo muchos años siendo independentista y no viéndolo. Es posible que siga sin ver la independencia de Cataluña. De la misma manera que los independentistas hemos aceptado democráticamente que teníamos que estar en el Reino de España porque la mayoría quería pertenecer, si algún día llega un escenario al revés, pues los catalanes no independentistas también tendrán que aceptarlo.

Tengo la impresión de que habrá bastante participación porque cada vez hay más catalanes que quieren votar. Y esta política del Gobierno español provoca que muchos más catalanes piensen que esto solo se resuelve votando. La ciudadanía sabe que nos jugamos mucho y muchos contrarios a la independencia irán a votar porque saben que es una decisión muy importante porque afecta a ellos, a sus hijos y a sus nietos.

La Moncloa ya ha dicho que está en contra de ese referéndum y lo previsible es que se recurra ante el Tribunal Constitucional, que implicaría que no se celebrara. ¿Cómo lo van a organizar?

Organizándolo.

¿Pero quién lo va a ejecutar? ¿Los funcionarios?

El Gobierno de Cataluña. Sí, sí.

¿Están dispuestos a obligar a los funcionarios a ejecutarlo con un mandato en contra del Constitucional?

No, no, porque los funcionarios no estarán desamparados. Habrá una ley catalana, que se aprobará dentro de poco y que los amparará. Tendrán que obedecer a la ley catalana. Ahora bien, si hay un funcionario que se declara insumiso, tendrá todo el derecho. Lo que no hará el Gobierno de Cataluña es inmolar a los funcionarios. No será un proceso de participación como fue el 9-N, será legal y con todas las consecuencias jurídicas. El Gobierno español por supuesto lo recurrirá, que lo haga.

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La UE ha dado indicios de que no podrá celebrarse este referéndum. ¿No le da miedo no tener el amparo de la Unión Europea y quedarse fuera?

Los catalanes somos ciudadanos de la Unión Europea. De entrada, no existe ningún precedente de que la UE haya expulsado y retirado ciudadanía europea a nadie. Con lo cual, dar por hecho que la Unión expulsaría a los catalanes habrá que verlo. Es curioso, la UE estuvo dispuesta a tragarse dos grandes sapos, aceptar que la City de Londres fuera una paraíso fiscal y que los ciudadanos europeos que residían en Gran Bretaña tuviera menos derechos para intentar frenar el Brexit. Y a los catalanes nos expulsarán... Bien. Es una ecuación que se puede hacer buscando un resultado distinto. Dos, todo lo contrario. La UE, hablo de parlamentos y fuerzas políticas, empieza a darse cuenta de que la cerrazón de la Administración española está convirtiendo un problema interno político hacia uno de derechos civiles. Esto es como los conflictos laborales, las partes se sientan cuando el nivel llega a la madurez de que ya sea imprescindible negociar. Ya veremos qué pasará. No damos por hecho que la UE sea el terraplén o el parapeto que impide la consecución de la independencia. Al revés.

En esta situación, muchos partidos hablan de elecciones anticipadas en Cataluña. ¿Habrá?

No. Habría elecciones anticipadas si fracasáramos.

Unas elecciones anticipadas significarían un fracaso

¿El fracaso es no celebrar el referéndum?

Sí, claro. Si no hubiera referéndum sería producto de dos cosas: que hemos sido incompetentes o que no hemos tenido el coraje. Sería porque hemos traicionado a la ciudadanía de Cataluña. Luego habría elecciones autonómicas. Tenemos previstos dos escenarios. Uno es si ganamos el referéndum, se convocan en el plazo de dos meses unas elecciones de carácter constituyente. Después se aprobaría la Constitución y se refrendaría en referéndum. En caso de que la ciudadanía catalana diga no a la independencia, pues no hay independencia y se convocan elecciones autonómicas. Pero solo prevemos elecciones para después del referéndum. Si tuviéramos que hacerlas antes, sería señal de que hemos fracasado. ¿Como lo explicaríamos si tenemos las herramientas? Pues producto de la traición, de que nos hemos acobardado.

¿Tiene la convicción absoluta de que Carles Puigdemont y los socios del PDeCat van a ir hasta el final con el referéndum?

Estoy absolutamente convencido del señor Puigdemont. Hay dos garantías de que habrá referéndum, una es el presidente de Cataluña y otra es la presencia de ERC en el Govern. Mientras ERC esté, nadie tiene que sufrir ni intranquilizarse pensando que no habrá. Estamos en el Ejecutivo para eso. Todo lo que estamos haciendo tiene una finalidad: hacer el referéndum. Y si los catalanes lo quieren, iniciar un proceso constituyente que debería culminar con la aprobación de la República.

Ha citado expresamente a Puigdemont y a ERC, pero no al PDeCat. ¿Se fía totalmente de este partido?

Sí, sí. Debo decir que lo que estamos haciendo en Cataluña es extraordinario. No quisiera que esto pudiera parecer petulante. En ningún lugar de Europa está ocurriendo lo que en Cataluña. En un momento de incertidumbre con los grupos xenófobos, eurófobos y la ultraderecha resucitando, en Cataluña estamos en pro de iniciar de un proceso constituyente empoderados por la ciudadanía. Los nacionalistas del PDeCat, los republicanos de ERC y los anticapitalistas de la CUP estamos estratégicamente trabajando en un proyecto común con muchísimas dificultades. Solamente hace falta compararlo con lo de España, donde dos partidos progresistas -Podemos y el PSOE- no han sido capaces de ponerse de acuerdo para echar al partido más corrupto de Europa, los neofranquistas del PP, los mismos que han desguazado el Estado del Bienestar y los que han acabado con el Estado autonómico.

Ponemos en valor lo que estamos haciendo. No hay que olvidar que Convergència fue padre fundacional del statu quo del 78. Y tuvo unas relaciones buenísimas tanto con el PSOE como con el PP. Es más, han legitimado junto con los partidos españoles y el PNV el statu quo. Nosotros estamos muy satisfechos de haber contribuido a arrastrar al PDeCat hasta unas posiciones que eran impensables hace unos años. Y es cierto que ha sido la ciudadanía catalana la que ha empujado a Convergència de posiciones autonomistas a las actuales.

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Hablando de Podemos y el PSOE. ¿Usted negoció con Pedro Sánchez?

No, en absoluto. Es una falsedad absoluta. Tuvimos una sola reunión con Sánchez y le dijimos que estábamos dispuestos a votarle en la investidura si negociaba la autorización del referéndum. Dijo que no y casi textualmente manifestó 'no podemos reconocer Cataluña como nación porque si lo hacemos, tenemos que reconocer el derecho a decir y entonces tenemos que autorizar el referéndum'.

La supuesta corrupción de Convergència es plomo para las alas del proceso

Tienen un discurso muy duro contra la corrupción y a favor de la regeneración democrática. ¿Se sienten cómodos en el grupo de Junts pel Sí con diputados de Convergència cuando ven casos como el de la familia Pujol o Palau?

La corrupción o la hipotética corrupción de Convergència, lo que digan los tribunales, es plomo para las alas del proceso. Es evidente, pero por esto queremos hacer una república. La sociedad catalana ha metabolizado desde una cierta frustración y desde una cierta mala leche esto, que se ha convertido en ilusión de futuro para dejar atrás esta democracia low cost española y catalana. Lo que constatamos es que todos los partidos políticos de poder tienen las manos manchadas. De hecho, es el mismo sistema, desde el rey de España que nunca ha sido ejemplo de virtudes pasando por todos los partidos de poder. ERC hizo los tripartitos y fue quien envió a Convergència al purgatorio. Los pactos los hemos hecho con Convergència ciertamente y que cada palo aguante su vela.

¿Qué sintió al escuchar la declaración de Fèlix Millet?

Asco. Es evidente. Pero forma parte de esta democracia low cost. Nosotros, 85 años de historia, con sus defectos, pero no tenemos casos de corrupción. Y a los chorizos que los metan en la cárcel. Hemos pactado con un partido democrático y si tiene casos de corrupción, que lo pague. De la misma manera que Ada Colau ha pactado con el PSC en Barcelona, que ha sido un partido corrompido y que ha tenido casos de comportamientos mafiosos.

¿Le da miedo electoralmente el nuevo partido de Colau?

Al revés, somos fuerzas complementarias y estamos convencidos de que la intensidad del proceso será proporcional a la capacidad de ir convergiendo. Creo que convergeremos ahora antes del referéndum en el llamamiento a la participación. Representamos a las clases populares, somos complementarios porque son soberanistas y están a favor del derecho a decidir. Es más, tengo la impresión de que la hegemonía de las izquierdas en un futuro cercano en Cataluña nos la estamos jugando en estos meses. No hay que converger en el sí o en el no, hay que anteponer a la independencia el empoderamiento ciudadano de la gente que quiere votar. La razón por la que no hemos alejado desde hace años de discursos historicistas. Ganar el referéndum es muy importante, pero mucho más importante es hacerlo. Si conseguimos el derecho a decidir, la ciudadanía catalana podrá ejercerlo tantas veces como quiera. Y si no quiere hacerlo, será señal de que nuestros hijos están bien dentro del Reino de España. Estamos en una fase posnacionalista.

El nuevo partido de Colau y ERC son fuerzas complementarias

En las encuestas ERC está que se sale y habría 'sorpasso' al PDeCat si hubiera elecciones hoy en Cataluña. ¿Cómo llevan el papel de principal fuerza?

Con toda sinceridad, esto es absolutamente secundario. Si hubiera elecciones porque no hemos sido capaces de hacerlo, dudo de que los independentistas ganáramos las elecciones. La ciudadanía tendría tal decepción que no iría a votar.

¿Por qué tiene que ser Cataluña un Estado independiente?

Porque los ciudadanos catalanes quizás así lo querrán. Y entendemos que ciertamente somos nación y tenemos derecho a decidir. Esta es la manera de garantizar la viabilidad económica de nuestro país y la sostenibilidad de nuestro modelo social. Creemos también que será la manera de contribuir a la construcción de una Europa de los pueblos y no de los Estados. Y aunque seamos una república pequeña, tenemos que asumir también la parte de cuota de solución de los problemas globales del mundo. Hay una voluntad expresada históricamente. Y para poder transformar la sociedad.

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