Joan Ribó: "A Montoro le importa un comino Valencia"
Entrevista al alcalde de Valencia: "El Gobierno nos desprecia sistemáticamente"
"Bastante enfadado". Esta es la sensación que tiene estos días el alcalde de Valencia, Joan Ribó (Manresa, 1947). El motivo: los Presupuestos Generales del Estado presentados por Cristóbal Montoro. Las cuentas le parecen desastrosas y un castigo para todos los ciudadanos de esa comunidad. Hasta el PP autonómico se ha mostrado contrario al reparto de inversiones.
Ribó (Compromís) habla de manera directa: "Un desprecio sistemático a los valencianos del Gobierno estatal". Ahora el regidor trabaja junto a la Generalitat para "sincronizar" una respuesta frente a Madrid. No está dispuesto a callarse ante una pérdida aproximada, según sus cálculos, de unos 20 millones de euros para su ciudad.
Este alcalde del cambio, ingeniero y catedrático de Químicas, llega al ecuador de la legislatura defendiendo que ya se notan los cambios en la ciudad, después de haber heredado un ayuntamiento dominado 24 años por Rita Barberá. Cada día detesta más tener que hablar de los escándalos del PP, no soporta esa asociación del nombre de su ciudad con la corrupción. Sigue yendo en bicicleta al trabajo. "Refresca mucho la cabeza y mueves las piernas", aconseja. Y, por cierto, quiere volver a presentarse en 2019.
Hay una gran indignación y enfado entre la clase política valenciana por los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno. ¿Cómo lo están viviendo? ¿Cómo han sentado?
Lo estamos viviendo mal. Hemos convocado el lunes al Consejo Social del Ayuntamiento para tratar el tema y hemos tenido un pronunciamiento de todos los portavoces de los grupos del gobierno. Son unos presupuestos tramposos y el señor Rajoy claramente nos está castigando. Eso es lo primero que hay que afirmar con rotundidad. Vamos a sincronizar nuestra protesta con la de la Generalitat valenciana. Es muy importante que los valencianos a una voz digamos que es absolutamente intolerable. No hay motivos para que nos castigue.
¿Y por qué cree que les están castigando?
Nos están castigando a sabiendas. El señor Montoro está comparando las inversiones de 2017 con el presupuesto ejecutado de 2016. Esto es hacer trampas y la comparación es falsa y engañosa. Rajoy intenta engañar comparando datos no comparables. Las inversiones, que ya eran lamentables el año pasado, son más lamentables este.
Dice que es "a sabiendas". ¿Puede ser un castigo por ser uno de los ayuntamientos del cambio y por el pacto para la Generalitat entre el PSOE y Compromís?
Ese castigo no sería nada razonable porque hay otros ayuntamientos del cambio en España, de Madrid a Zaragoza pasando por A Coruña y Barcelona, donde estos castigos no han sido percibidos. No es una cuestión fundamentalmente política. Podría haber un castigo, por ejemplo, en las inversiones en Cataluña por sus planteamientos independentistas, que no se ha percibido. El problema es el desprecio hacia todos los valencianos. Y quiero decir con toda rotundidad que los primeros despreciados y castigados son los del PP de la Comunidad Valenciana, que no van poder dar la cara ante sus ciudadanos. Cs tampoco, que avala este presupuesto. No es un castigo a unas formas de política, sino a una comunidad, que es despreciada sistemáticamente por el Gobierno estatal. A los valencianos no se nos está tratando en igualdad de condiciones. No queremos ser más que nadie, pero no queremos que se nos desprecie y se nos trate peor que a nadie.
¿De qué cifras estamos hablando? ¿Qué pérdidas numéricas?
Por ejemplo, en el tema de metro, Sevilla y Málaga tienen inversiones programadas, Valencia cero euros. Para Cercanías de Renfe, en Madrid tienen 329 millones de euros y Barcelona 148 millones, para Valencia solo 1,03 millones. Teóricamente teníamos unas promesas de hace mucho tiempo. Seguimos con el Puerto de Valencia -el primero en contenedores-, que recibe 50 millones frente a Barcelona (157 millones), Bilbao (77 millones) y Algeciras (63). En tema cultural, Valencia tiene la segunda pinacoteca de España, pues El Prado recibe 46,2 millones y el San Pío V 0,6 millones. En arte moderno, el Reina Sofía de Madrid recibe 46,2 millones y el IVAM de Valencia 0,17. En lírica, el Teatro Real de Madrid se lleva 9,4 millones de euros y el Liceo de Barcelona 7,11, mientras que el Palau de les Arts, que hace unas óperas muy buenas, 0,6 millones. La situación es realmente escandalosa.
¿Qué consecuencias puede tener en breve esta falta de inversiones?
En primer lugar, estamos reuniendo a los entes sociales, vamos a hacer mociones y continuar una presión para que se planteen enmiendas a los presupuestos. Vamos a pedir al PP y Ciudadanos que sean un poco más valencianos ante estos planteamientos y antepongan su valencianía a su carácter del partido. No podemos tolerar estar en la cola en cuanto a inversiones y financiación autonómica.
Esta falta de inversión puede restar competitividad a Valencia frente a Madrid, Barcelona o Sevilla, ¿no?
Hay una excepción. No quiero ser totalmente negativo, tenemos un buen nivel de inversiones en los centros penitenciarios. Prácticamente se dedica el 10% de las inversiones, 36 millones, a centro penitenciarios. Eso delata muy bien la visión que tiene Madrid de la Comunidad Valenciana, concretamente de su partido. Tenemos la sensación de que hay una relación entre ambas cosas. Quieren hacer unos buenos centros penitenciarios porque muchos de sus amigos seguramente tendrán que utilizarlos en un futuro próximo.
Sobre lo que preguntaba, estamos perdiendo competitividad con respecto al puerto de Barcelona porque no tenemos conexiones en alta velocidad ni con el Corredor Mediterráneo. También en el parque logístico agroalimentario porque no tenemos tampoco buena conexión con Zaragoza. Estamos perdiendo muchísimas posibilidades. Algunos temas están implicando que nuestra gran empresa automovilística, Ford, está teniendo problemas de tipo logístico para poder proveerse de sus componentes. Hay que recordar que Valencia está por encima de la media en temas de paro y umbrales de pobreza (uno de cada tres valencianos). Si no se invierte, el final de la película siempre es el mismo, estamos sin poder salir del pozo de la crisis.
Han denunciado que han perdido unos 20 millones de euros en estos presupuestos...
Sí, sí, aproximadamente se han perdido unos 20 millones. Estamos disminuyendo claramente. Es una situación muy lamentable.
¿Qué se le pasa por la cabeza estos días cuando piensa en el hacedor de las cuentas, Cristóbal Montoro?
La primera, nos ha querido chantajear. A pesar de todo, el Ayuntamiento de Valencia tiene superávit, de aproximadamente 42 millones, que no podemos gastar porque Montoro dice que no están aprobados los presupuestos. Es un chantaje descarado. Lo siguiente, al señor Montoro Valencia le importa un comino. Queda plasmado de manera clara y contundente en los números. Es un personaje que se está asociando a lo peor para esta comunidad.
Ahora en mayo se va a cumplir el ecuador de la legislatura y usted fue uno de los llamados alcaldes del cambio. ¿Qué balance hace?
No está mal. Hacía 24 años que no había cambiado el Gobierno de la ciudad y eso es un indicador negativo. Debería prohibirse constitucionalmente que pueda haber un mismo alcalde o presidente del Gobierno durante tanto tiempo. No es bueno para nadie. En segundo lugar, había una situación económica muy mala. La hemos mejorado y lo reconoce hasta el señor Montoro. En tercer lugar, hemos empezado a cambiar la ciudad. La cosa ha empezado lentamente, pero ya hay muchos aspectos que se están viendo. Otro aspecto es que Valencia es una ciudad que sabe enseñarse ante el mundo como una ciudad con una perspectiva universal. También hemos intensificado el tema de las ayudas sociales y hemos hecho una apuesta por la transparencia.
Durante este tiempo se ha destapado el presunto "pitufeo" de la financiación del PP en Valencia y se han imputado a concejales populares...
Y más cosas que se van a descubrir, me temo.
¿Cómo es ahora la situación del PP en Valencia? ¿Se han tomado en serio la regeneración?
No he mencionado este tema, cada vez detesto más hablar de ello porque, de alguna manera, mancha el nombre de nuestra ciudad. Pero, por desgracia, hay una realidad objetiva: el PP tiene nueve de diez concejales investigados por un supuesto pitufeo, que está cada vez más vinculado a la financiación ilegal del PP. Hay un aspecto que parece muy claro, el PP estuvo jugando sucio en las campañas electorales. En Valencia tenemos más casos de esos, por eso le hablaba del tema de las prisiones. Pero nos interesa hablar de futuro y nos gustaría que eso fuera pasado. Por eso, el PP debería dar ejemplo y, de alguna manera, eliminar de listas y cargos a las personas que están siendo investigadas formalmente. Aunque en un primer momento Isabel Bonig dijo que se tenían que ir del ayuntamiento, pero nos hicieron la finta y están todos sin irse. Es una situación mala para la ciudad.
¿Van a acceder a esa petición de la Asociación de Vecinos y Comerciantes de Ciutat Vella de dar el nombre de Rita Barberá a una calle?
No, no, no tenemos previsto plantearnos este tema. En primer lugar porque pensamos que no se puedan plantear mientras que haya causas, en las que ella no está por motivos obvios, que están siendo investigadas.
¿Cómo está la salud de su Gobierno tripartito?
Bien. El Ayuntamiento de Valencia tiene una peculiaridad, un Gobierno de coalición a tres con mayoría absoluta. Eso no pasa ni en Barcelona ni en Madrid. Es estable. Hemos tenido ahora una pequeña discusión sobre el tema del aparcamiento y hemos llegado ya a un acuerdo. Ha habido algún problema en algún momento, pero la salud del Gobierno de la Nau es muy buena.
¿Se va a presentar en 2019?
En principio sí. Pero hay varias condiciones. La primera es que mis compañeros de Compromís consideren que soy la persona más adecuada. Me presentaré a las primarias. La segunda, es que siga teniendo una salud de hierro. Ganas tengo.
¿Y sigue yendo en bici al ayuntamiento?
Pues sí. Precisamente ahora voy a coger mi bici que la tengo abajo para ir a casa. Siempre voy en ella a mi lugar de trabajo, salvo si un día llueve o llevo un paquete grande. Luego, cuando voy a un acto oficial voy en el coche oficial por una cuestión de respeto. Es muy saludable, se lo recomiendo a todo el mundo porque refresca mucho la cabeza y mueves las piernas.