Jesús Calleja confiesa que pudo pasar el coronavirus en enero: "No era una gripe, aquello era chungo de cojones"
El aventurero ha relatado lo mal que lo pasó durante el Dakar.
Jesús Calleja ha revelado más de dos meses después de la finalización del Dakar el problema de salud que vivió durante la participación en la prueba de automovilismo. Antes de que se empezara a propagar el coronavirus y obligara al mundo a encerrarse en sus casas, el aventurero y buena parte del resto de pilotos sufrieron síntomas parecidos a los que provoca el COVID-19.
En una conversación con el periódico El Confidencial, Calleja ha contado todo lo que sufrió durante la competición y ha afirmado que está a la espera de las pruebas para comprobar si fue COVID-19: “Sabremos si lo hemos pasado cuando haya resultados de los análisis serológicos, cuando se analice la serología de la sangre, análisis que te dice que has tenido ese virus en algún momento de tu vida, pero atando cabos de todo lo que pasamos, todo lo que pasó, no tengo ninguna duda”.
El leonés sí que ha relatado cómo fue su dura travesía, especialmente en el día de descanso en Riad. Un médico le dijo que los síntomas que tenía eran parecidos a los de la gripe A. “Más de la mitad del campamento pillamos la misma mierda”, ha afirmado.
Sobre esa jornada, Calleja ha recordado que tuvo que ser atendido en la habitación por su hijo porque no tenía fuerzas ni para vestirse ni para bajar: “Ni comí en todo el día, estaba a base de té, estaba tan hecho mierda como no te puedes imaginar... Fue un día terrible, llevaba mal varios días pero aquel fue chungo de verdad”.
De su equipo, Overdrive, ha narrado que lo pillaron todos y tenían la misma tos, fiebre y escalofríos y ha ejemplificado en el caso del cocinero, quien tuvo que viajar en la cama porque no podía sentarse. “No era una gripe, aquello era chungo de cojones. Duró diez u once días. Es muy raro que de repente hubiera una gripe que contagiara a todo el mundo a velocidad récord y con los mismos síntomas que luego se ha visto que eran como los del coronavirus”, ha continuado.
En la primera semana, según ha explicado, tuvo que conducir con 39 de fiebre y con la cabeza debajo de un casco y un sotocasco: “Se me iba la pinza, no sé como pude acabar el rally, me mareaba. El equipo andaba tirado por los colchones, imagínate metidos en un coche, con la tensión”.
Su copiloto, Joan, también lo cogió y debido a la tos se quedó sin voz. Entonces, establecieron un código para poder comunicarse. Su hijo más de lo mismo. También ha recordado que por las noches perdía muchísimo líquido debido al sudor y necesitaba cuatro o cinco litros de agua para recuperarlo.
“Un día me asusté porque tenía diarreas. Incluso solté una materia fosforescente muy rara, como si fuera bilis. Cómo estaría de jodido que, en una salida neutralizada, me encontré tan mal que mandé la foto y le pedí que lo analizara para saber si al llegar al campamento debía continuar o no”, ha terminado Calleja, quien se animaba pensando que era peor todavía subir al Everest.