Ivanka, el poderoso ojito derecho de Donald Trump

Ivanka, el poderoso ojito derecho de Donald Trump

Ninguna hija de un presidente había tenido un despacho en el Ala Oeste y acceso a información clasificada.

WASHINGTON, DC - APRIL 28: White House advisor Ivanka Trump speaks while her father U.S. President Donald Trump listens on supporting small businesses through the Paycheck Protection Program in the East Room of the White House April 28, 2020 in ...Getty Images

Hace cinco años la revista Vogue presentaba a Ivanka Trump como “la empresaria definitiva”. La hija de Donald Trump era el espejo del éxito en el que se miraban miles de mujeres de clase media en Estados Unidos. Iba a las fiestas más exclusivas, tenía una firma de ropa, vivía en un carísimo apartamento en Nueva York y se encargaba de gestionar parte del imperio inmobiliario de su padre. Dos años después, en 2017, Ivanka gozaba de otro tipo de ‘éxito’: sustituía a su padre en una de las reuniones de los líderes del G20 en Hamburgo como asesora del presidente.

Que la empresaria siempre ha sido el ojito derecho del presidente es vox pópuli y Donald Trump se ha encargado de recordarlo en varias ocasiones. Para muestra, la frase lapidaria en la que dijo que si Ivanka no fuera su hija “estaría saliendo con ella”. Cuando el magnate decidió presentarse como candidato a la Casa Blanca utilizó a su hija durante la campaña como figura moderada y para intentar captar votos de mujeres trabajadoras de clase media.

A la vista está que la fórmula funcionó y en los últimos cuatro años se dice que Ivanka ha persuadido a su padre en algunas cuestiones —como en el uso de mascarilla—, aunque ella se muestra orgullosa de las políticas de la administración.

  Ivanka y Donald en 1991.Ron Galella Collection via Getty

Ivanka sabe lo que es el privilegio desde la cuna. La ahora asesora del presidente es fruto del matrimonio entre Donald Trump y su primera mujer, Ivana, y nació en 1981 en Nueva York. Su educación fue de lo más elitista: primero el internado Choate Rosemary Hall en Conneticut y después la escuela Chapin de Nueva York, uno de los colegios que tomó como referencia la autora de Gossip Girl para describir a los niños ricos de Manhattan. Ivanka y su marido Jared Kushner, con el que se casó en 2009, llegaron a hacer un cameo en la serie.

En su juventud Trump trabajó como modelo y desfiló para marcas como Vivienne Westwood o Tommy Hilfiger. En su periplo universitario también destacan los nombres con pompa y las buenas notas; era una alumna modelo. Ivanka estudió primero en Georgetown, el mismo centro donde se formó Felipe VI, y posteriormente en Wharton, la universidad a la que acudió su padre.

A partir de ahí la carrera de Ivanka podría definirse con una palabra: ambición. En 2007 lanzó su marca de joyería Ivanka Trump Jewellery que fue el germen de lo que luego terminaría siendo una firma global con calzado, bolsos y ropa. La marca llegó a facturar 100 millones de euros al año pero acabó causándole varios dolores de cabeza. Varios retailers dejaron de vender sus productos por su ideología y las políticas de su padre y se vio obligada a cerrar la firma por conflicto de intereses por su cargo dentro de la Casa Blanca.

La sombra de Donald Trump

Mucho antes de que Trump se convirtiera en presidente de Estados Unidos, Ivanka ya era su sombra. La empresaria ocupaba la vicepresidencia de The Trump Organization y fue ella la encargada de presentarlo en la Convención Nacional Republicana para formalizar su candidatura.

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Por aquel entonces ya se especulaba con lo que se terminó confirmando en los primeros meses de la presidencia de Trump: Ivanka tenía más protagonismo que Melania y actuaba como si fuera la primera dama. Su intención en un primer momento era llegar a ser vicepresidenta, pero desde marzo de 2017 tiene que ‘conformarse’ con ser asesora del presidente. Nunca antes una hija había llegado tan lejos y nunca antes había tenido un despacho en el Ala Oeste de la Casa Blanca y acceso a información clasificada. Además, no está sola: su marido Jared Kushner también forma parte del equipo y Trump le ha encargado asuntos tan delicados como una propuesta de paz entre Israel y Palestina. Todo queda en casa.

El presidente no se ha cortado un pelo a la hora de delegar en su hija en cuestiones importantes. Apenas un par de meses después de ser nombrada como asesora, Ivanka sustituyó a su padre en una de las mesas de la reunión del G20 celebrado en Alemania. Era un panel sobre mujeres. Se supone que la empresaria, que se declara feminista, ayuda a su padre en materias que garanticen las mismas oportunidades laborales para hombres y mujeres. Ivanka publicó apenas cinco meses después de llegar a la Casa Blanca un libro de autoayuda para mujeres trabajadoras por el que se embolsó más de 26 millones de euros.

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La hija del hombre más poderoso del planeta ha viajado por medio mundo en representación de los valores de la administración Trump. Desde Reino Unido hasta Corea del Norte, donde Ivanka y Jared pasearon por la frontera desmilitarizada entre las dos Coreas. También han utilizado a su hija de nueve años, Arabella, en cuestiones diplomáticas. La pequeña Kushner saludó al presidente chino Xi Jinping durante su visita a Estados Unidos cantando varias canciones en mandarín. El vídeo del momento lo compartió su madre en Twitter. Meses después Trump viajó hasta el país asiático y se llevó una nueva grabación de su nieta saludando a las autoridades y cantando de nuevo en mandarín.

El año pasado, Ivanka volvió a la cumbre del G20 junto a su padre y su presencia volvió a despertar las críticas a nivel internacional. Esos días se viralizaron unas imágenes publicadas por el gobierno francés en el que se ve a Trump en un corrillo junto a algunos líderes y la directora del BCE Christine Lagarde, sin que le hicieran demasiado caso.

Trump ha sido el blanco de constantes ataques por algunas polémicas políticas de su padre como la gestión de la crisis del coronavirus o la separación de familias en la frontera mexicana. Después de que una campaña en Instagram denunciara su pasividad, Ivanka quiso dejar claro que no estaba necesariamente de acuerdo con su padre y daba a entender que intentaría persuadirlo. No lo consiguió.

Más allá de intentar influir en las decisiones del presidente, Ivanka está utilizando la política para su beneficio personal y para asegurarse un futuro en Washington. Según Michael Wolff, autor del libro Fuego y furia, el matrimonio Kushner habría llegado al acuerdo de, si se dan las circunstancias, presentar la candidatura de Ivanka a presidenta de Estados Unidos.

  5f9040a2290000a109c6a64cGetty Images

En agosto, la primera hija volvió a dejar claro su protagonismo y fue la encargada de presentar a Donald Trump en la Convención Nacional Republicana para formalizar su candidatura a la reelección. Su discurso rivalizó en aplausos con el de su padre, que una vez subió a la tribuna invitó a su hija a ponerse en pie en varias ocasiones ante las aclamaciones del público.

Su tirante relación con Melania

Ivanka y Melania Trump no suelen aparecer mucho juntas, excepto en los actos que comparten con el presidente. Fue lo que sucedió en la Convención Nacional Republicana. Allí, frente a cientos de personas, Melania dedicó un peculiar gesto a Ivanka cuando esta terminó su discurso.

Una imagen vale más que mil palabras, y la primera dama no parecía muy cómoda. En las últimas semanas han salido nuevas informaciones de su relación después de que la exasesora de Melania, Stephanie Winston Wolkoff, publicara un libro contando su experiencia en la Casa Blanca. Según el texto, Melania llama a Ivanka ‘la Princesa’ porque actúa como si fuera de la realeza y se refiere al matrimonio Kushner como “serpientes”.

La cosa no queda ahí. Al parecer, la primera dama habría puesto en marcha una “operación” para intentar dejar en un segundo plano a Ivanka durante la investidura de Trump. Melania buscaba que la cara de Ivanka no se colara en ningún plano durante la retransmisión en directo mientras las cámaras enfocaban directamente a su marido. Y lo consiguió: la cara de la hija predilecta del presidente sólo se veía si se ampliaba el plano.

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Uxía Prieto es redactora de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, moda o estilo de vida. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela y posteriormente estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo. Puedes contactar con ella escribiendo a: uxia.prieto@huffpost.es