La inflación escala al 10,8% en julio y marca nuevo récord con su nivel más alto en 38 años
Pese a los precios disparados, la economía española ha pegado un tirón impulsado por el consumo interno registrando un crecimiento trimestral del 1,1%.
Una de cal y otra de arena. La actualización de los últimos datos económicos ha dejado un sabor agridulce con un importante crecimiento que deja una ecomía un poco más fuerte de lo esperado pero con una inflación que no da tregua a los bolsillos de los españoles.
El consumo interno ha sido clave para que la economía pegara un tirón importante y muy superior al crecimiento registrado en el trimestre anterior donde se frenó en seco el avance del Producto Interno Bruto (0,2%).
Ni el aumento de los precios ni la guerra en Ucrania han logrado frenar el avance de la economía española que, según el dato actualizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), ha crecido el 1,1% en el segundo trimestre, respecto al período anterior, pese a las adversidades.
La situación ha sido muy diferente entre abril y junio donde el consumo en los hogares ha crecido un 3,2% mientras que la inversión empresarial, hasta ahora más resistente, ha caído un 2,3% y la inversión en vivienda, edificación y construcción ha repuntado notablemente con un incremento del 7,8%.
El crecimiento trimestral del PIB, el quinto consecutivo, se ha situado siete décimas por encima del previsto por el Banco de España, que había proyectado en sus últimas previsiones un avance del 0,4% para el segundo trimestre.
En tasa interanual, el PIB ha descendido en el primer trimestre a un ritmo mucho menor de lo que lo hizo en el cuarto trimestre de 2020 y una décima menos de lo esperado en el avance de datos.
En concreto, la economía española se contrajo un 4,2% interanual en el periodo enero-marzo (-4,3% en los datos avanzados), frente a la caída del 8,9% experimentada en el trimestre anterior.
El coste de la vida no frena su alza
La inflación volvió a subir en julio en plena temporada turística hasta situarse en el 10,8% en tasa anual, por el alza de alimentos y bebidas y de la electricidad. El dato del Índice de Precios al Consumo (IPC) ha marcado así su nivel más alto desde septiembre de 1984, según el indicador adelantado publicado por el INE.
Respecto a la inflación subyacente, calculada sin incluir el precio de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, se ha situado en el 6,1%, también seis décimas por encima del dato de junio. En cuanto a la evolución mensual, los precios de consumo bajaron el 0,2% respecto a junio.
De confirmarse este dato el próximo 12 de agosto, supondría un aumento de la inflación de seis décimas en su tasa anual, ya que en el mes de junio esta variación fue del 10,2%.
La inflación mantiene la senda alcista que comenzó en marzo de 2021 y que solo quedó interrumpida en enero, cuando se moderó cuatro décimas hasta el 6,1%, y en el mes de abril, cuando bajó un punto y medio, hasta el 8,3%.
Los carburantes dan un respiro
El mayor respiro lo registran los precios de los combustibles que en plena operación salida se sitúan a la baja desde hace unos días, aunque continúan en niveles altos.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital apuntan a que la inflación es un fenómeno global y una de las principales consecuencias de las tensiones geopolíticas, que están produciendo un incremento continuado de los precios de la energía, especialmente del gas, y también de los alimentos.
En comparación mensual, el Índice de Precios al Consumo registró en julio una caída de dos décimas, frente al aumento del 1,9% registrado en el mes de junio.
La inflación, “la gran tarea del Gobierno”
Durante su balance al término del curso político, Pedro Sánchez ha reconocido algo que era inevitable, el “mal dato” del IPC que ha calificado como “la principal tarea que tiene por delante el Gobierno de España”.
El presidente ha defendido, no obstante, la acción del Gobierno para hacer frente al alza de precios, así como a las consecuencias de la guerra en Ucrania. En este sentido, ha señalado que desde que empezaron a subir precios, el Gobierno ha impulsado 30.000 millones en ayudas clase media y sectores más afectados, que representan el 2,3 puntos del PIB.
“Este esfuerzo representa el doble de otras economías que son más dependientes del gas ruso como es Alemania”, ha destacado el Sánchez durante su intervención, tras poner en valor que España es el país que más recursos está destinando para proteger esta escalada inflacionista a la clase media y trabajadora y los sectores más afectados.