Impacta con la historia que le contó un taxista: “Me ha dejado con el corazón en un puño”
“He llegado a la oficina con piel de gallina”.
La usuaria de Twitter Verónica Mellado ha impactado a la red social al publicar el testimonio que le dio un taxista relativamente joven de Valladolid que había sido ingresado en la UCI por coronavirus. “Me ha dejado con el corazón en un puño”, ha reconocido.
Mellado ha contextualizado explicando que el taxista llevaba el aire acondicionado puesto, pero que la mampara que separa al conductor del pasajero impedía la total circulación del aire frío.
El taxista, según ha contado, trató de disculparse y de explicarse. Alegó que él solamente prefería “mantener la seguridad sanitaria en su vehículo porque él mismo había pasado 11 días en la UCI por coronavirus”.
“Según él, jamás pensó que, siendo joven, deportista, delgado y no fumador le fuera a suceder algo así, pero le pasó justo en la primera ola y su estancia junto a compañeros a los que veía morir cada día sin poder recibir visitas fue terrible”, ha descrito.
El taxista le ha enumerado todo lo que sufrió aquellos días y los graves síntomas que tuvo: “Estaban los dolores: neumonía, dolor de cabeza, muscular, agotamiento físico y neblina mental, incapacidad de levantarse para absolutamente nada”.
“Ni siquiera para mover un dedo con el que descolgar un tfno. Mientras empeoraba, veía mejorar a algunos y a otros no volver. Pensó que no salía de aquello”, ha añadido.
Durante la carrera, ha relatado, el taxista detuvo el coche y el taxímetro para echarse a llorar y pedirle perdón por contarle su historia. Mellado le dijo que no se preocupara, que lo entendía y le pidió que se tomara el tiempo que fuera necesario.
“Me dice que no le desearía pasar por algo así ni a los negacionistas. Y que quiere que le vacunen ya”, ha proseguido.
“Al llegar al destino me pide mil disculpas y me explica que ahora tiene secuelas psicológicas con las que no puede lidiar, porque tiene miedo de todo”, ha contado.
Además, ha trasladado la nueva filosofía de vida que le planteó el conductor: “Tiene algo claro y es que no va a volver a perder el tiempo con cosas que no quiere hacer y con gente poco agradecida”.
Finalmente y después de que Mellado le dijera que era una buena conclusión y le abonara “una cantidad mínima porque no había reiniciado el taxímetro”, le volvieron a dar las gracias. El conductor por poder desahogarse y la viajera por haber podido conocer la historia.
“He llegado a la oficina con piel de gallina”, ha reflexionado Mellado.