Hugo Silva critica con mucha ironía la última (y muy polémica) decisión de Almeida
El actor ha necesitado muy poco para dejar clara su opinión.
El actor Hugo Silva ha reaccionado con un tono irónico a la imagen más polémica que se vio este martes en Madrid.
Durante toda la mañana, trabajadores subcontratados por el Ayuntamiento de la capital sustituyeron las placas que bautizaban a esta vía del distrito madrileño de La Latina como Justa Freire para devolverle el nombre del militar José Millán-Astray, fundador de la Legión.
Este cambio de nombre responde a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que aprobó la de un juzgado de instancia y anuló el cambio en el callejero promovido por el Gobierno de Manuela Carmena. Alegaron desde el tribunal que no está clara de forma “inequívoca” que Millán Astray participara en el golpe militar del 36.
Pasar de Freire, maestra, pedagoga y represaliada por el franquismo en la cárcel de Ventas, al militar provocó un intenso debate en redes sociales. Desde Unidas Podemos y Más Madrid han denunciado públicamente este hecho.
Rita Maestre, la portavoz en el consistorio de Más Madrid, le recriminó al alcalde, José Luis Martínez-Almeida que aprovechara agosto para hacer estas “fechorias” y avisó que “sigue el retroceso en todos los ámbitos”.
Desde Unidas Podemos también han sido críticos. Su portavoz en la Asamblea de Madrid, Carolina Alonso, calificó este acto de “maldita vergüenza”. “Me parece bochornoso no cumplir con la ley de memoria, pero ponerle una calle a este asesino no tiene un pase”, criticó Alonso, quien apuntó que “la ciudad está más sucia que nunca en todos los sentidos”.
Más allá del mundo político, esta decisión también ha tenido multitud de reacciones. Por ejemplo, el actor Hugo Silva ha compartido en sus redes sociales una imagen durante el cambio de una placa y ha escrito con mucha ironía “Madrid 2021”.
Justa Freire formó parte del Grupo Escolar Cervantes de Madrid y ocupó la dirección del Grupo Escolar Alfredo Calderón en 1933. Desarrolló metodologías educativas renovadoras y fue una de las escasas maestras españolas que dio clase en un colegio masculino.
Tras la Guerra Civil, fue encarcelada tras someterse a un Consejo de Guerra y pasó dos años en la cárcel de Ventas. Una vez liberada, continuó dando clase y formó parte del equipo docente del recién creado Colegio Británico.