Hugo Gélin: "No existen las madres perfectas ni los padres ideales"
El director de la película 'Mañana empieza todo' habla sobre cine, sobre la familia y sobre su temor ante las próximas elecciones en Francia.
Mañana empieza todo (Demain tout commence) ha sido el segundo mayor éxito francés del año en taquilla y, aunque su director -Hugo Gélin- no se esperaba tal acogida, había señales de que la película podía arrancar fuerte. Al fin y al cabo, está protagonizada por Omar Sy -declarado personalidad preferida de los franceses en 2016-, dirigida por un joven y prometedor cineasta y planteada como "una historia de cine, un cuento familiar con toques de realidad y de fábula", tal y como la describe el propio Gélin.
El director, criado en una familia de actores, supo desde el principio que él no quería seguir la senda de la actuación, que prefería ponerse detrás de las cámaras. Y ha sido con su segunda obra -"hecha con el corazón", dice- con la que ha llegado (de momento) a más de tres millones de espectadores en Francia y a más de 900.000 en Alemania. A los cines españoles llega este viernes 31 de marzo.
La película juega con el binomio drama-comedia, con la verdad y los sueños, con la tristeza y la risa, cuenta Gélin a El Huffington Post. Y no se equivoca: en el preestreno se escucharon risas y llantos casi a partes iguales (además de algún teléfono móvil, lamentablemente). Pero quizá el tema central sea la familia, algo tan universal y a la vez tan particular. Todo gira en torno a ello: una niña criada por su padre, una madre que vuelve años después de abandonarlos y, entretanto, mentiras, valentía, irresponsabilidad, amor. (No es ningún spoiler, todo esto se ve en el tráiler).
Hugo Gélin reconoce que en Samuel, el personaje que interpreta Omar Sy (Intocable, Samba), proyectó e intensificó las virtudes que él quisiera para sí mismo. "La misma valentía, su naturaleza un tanto irresponsable, esa fuerza para proteger a su hija"... ¿Y qué hay de Kristin, la madre, cuya actitud en la película tiende a ser reprochada? "A ella he tratado de comprenderla como ser humano, no de justificarla, porque sería imposible, pero todos tenemos fallos y contradicciones", responde.
Consciente de lo jugosos que son temas como la paternidad y la crianza de los niños, Gélin quiere dejar claro en la película que "no existen las madres perfectas ni los padres ideales". Para él, hay que empezar a juzgar menos a la gente, y pone de ejemplo a Gloria, la niña protagonista: "Ella nunca juzga a su madre, pese a todo".
La historia de Samuel, Kristin y Gloria es en realidad una adaptación ("no tanto un remake", destaca el director) de la película mexicana No se aceptan devoluciones. Gélin explica que le propusieron este proyecto y a él le encantó, pero que tuvo que "adaptar el humor y las emociones a una cultura diferente". Cuenta que la hizo "más personal", con más "pudor" y más "modernidad".
El director ha trabajado previamente con actores de la talla de Jean Dujardin (The Artist) o Marion Cotillard (La vida en rosa, Origen), pero él prefiere restarle importancia: "Fueron cosas pequeñas; con Jean fue un corto, su primer papel, antes de ser Jean Dujardin (risas), y con Marion fue una serie cómica". A Cotillard la recuerda "muy graciosa" y "muy nerviosa". "El proyecto era pequeño, pero ella estaba muerta de los nervios. Me contaba que no había dormido la noche anterior y yo le decía: '¡Pero Marion, que tienes un Oscar!'. Esa es la verdadera marca de los buenos actores, que siempre se cuestionan a sí mismos", señala.
Cuando le hablamos de cine español, él cita a Pedro Almodóvar como uno de sus referentes. Dice que le gusta inspirarse en otros tipos de cine, mezclar detalles, pero Gélin tiene su propio método. Consiste en adaptarse "a cada actor", confiesa. Con Omar Sy, por ejemplo, cuenta que hubo momentos para la seriedad y para la distensión, siendo lo más importante "la confianza". También hubo burlas en el rodaje de Mañana empieza todo. Los chistes y las risas fueron a cargo de Gloria Colston, que encarna a Gloria en la película, y que, pese a sus 10 años (ahora 12), "no se sentía en absoluto intimidada por Omar. Se reía de él cuando se equivocaba y se llevaban muy bien", afirma.
SOBRE POPULISMOS Y CONTRADICCIONES
El director tampoco pierde la sonrisa durante la entrevista, ni siquiera cuando se le pregunta por la situación política en su país. A menos de un mes de las elecciones presidenciales, en Francia hay mucha gente que teme la llegada al poder del Frente Nacional, mientras que otros tantos apoyan fervientemente a su líder, Marine Le Pen. Gélin admite ser de los primeros.
Es en ese momento cuando recuerda a su bisabuelo André Girard, un pintor y caricaturista que fundó y dirigió una red de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial y que huyó de Francia a Londres. "Dejó a su mujer, que luego fue deportada a Auschwitz, y a sus tres hijas. Tuvo que ser una decisión muy difícil", explica. Gélin cuenta que su abuelo, a diferencia de él, estaba en contra de todo: "Él fue uno de los primeros en hacer caricaturas de Stalin y de Hitler. Era anti-todo: anticlerical, anti-Stalin, anti-De Gaulle y yo soy todo lo contrario (risas). Yo, más que anti, soy pro. Me gusta más hablar de las cosas que me interesan".
No obstante, tras un discurso optimista y esperanzado, en el que recuerda que "Francia es el país de los derechos humanos" y que espera "que los franceses sigan siendo franceses", Hugo Gélin recula: "Estas elecciones son terribles y la situación con el Frente Nacional es angustiosa, todos tenemos miedo". Ante tal contrariedad, él mismo reconoce: "Lo sé, soy muy contradictorio".
A continuación puedes ver un extracto de la película de Hugo Gélin: