Hoteles y aerolineas: en la diana del coronavirus
El mapa del PIB de España ha cambiado de la noche a la mañana. Y con él, el de los servicios, las empresas y los autónomos.
Pocos podían pensar hace unas semanas que el mundo iba a cambiar en cuestión de horas. Cuando escuchábamos que China estaba confinando ciudades enteras lo veíamos muy lejos. Cuando ocurrió en Italia, no quisimos mirar. Y ahora lo tenemos en todo el mundo. Es como si viviéramos en una película.
Pero normalmente la realidad supera la ficción y aquí estamos: un país de turismo y servicios en el que sus aerolíneas han tenido que aparcar sus aviones en aeropuertos transformados en parkings y en el que los hoteles que no han cerrado se han convertido en hospitales o en residencias para sanitarios y médicos.
El mapa del PIB de España ha cambiado de la noche a la mañana. Y con él, el de los servicios, las empresas y los autónomos.
Las aerolíneas llevan décadas intentando ser competitivas. Con el rápido crecimiento de los pasajes low cost, las grandes del sector – compañias de bandera- se fusionaron primero y se organizaron en alianzas de vuelos compartidos después. Todo por conservar su espacio en un mercado muy competitivo y con los precios del petróleo al alza.
Pero en España el cartero de la crisis parece que siempre llama dos veces. Iberia ya estaba afectada por el Brexit. En 2011, la compañía española se fusionó con British Airways, dando lugar a IAG, que para no dejar de ser europea había anunciado la compra de Air Europa .Ahora no se sabe cómo va a terminar la operación, ni la de Iberia, ni de la del resto de aerolineas: ¿serán rescatadas como los bancos en el 2008?. Primera pregunta que asalta al sector.
Respecto de los hoteles, la situación también se presenta complicada. Al día siguiente de levantarse el confinamiento, cientos de miles de personas estarán inmersas en un ERTE y otras tendrán que ir a trabajar. Pero lo que no habrá son turistas. Se han parado en seco las contrataciones de habitaciones y vacaciones. De hecho nadie sabe como se “reactivará” el sector aunque se da por seguro que habrá un desplome de los precios, lo que implicará una de dos: o despidos o ajustar salarios.
Pide el Presidente del gobierno de España que los “empreasarios sean responsables” y lo son. También veíamos hace unas semanas como la distribución era el enemigo, y resulta que está solucionando la papeleta de la pandemia y el abastecimiento de supermercados y tiendas.