Historia de un desencuentro: los voluntarios de protección animal en lucha con el Ayuntamiento de Zaragoza

Historia de un desencuentro: los voluntarios de protección animal en lucha con el Ayuntamiento de Zaragoza

"Los motivos que sospechamos que puede haber detrás es sembrar en la ciudadanía una animadversión desmedida por los gatos de las colonias".

Gatos abandonados y rescatados por un centro.AFP via Getty Images

A la tensión suscitada en Zaragoza entre ciudadanos y amantes de los animales a raíz de los carteles con los que el Ayuntamiento quiere evitar que se alimente a estos en la vía pública, se ha sumado la controversia que ha generado la decisión por parte del gobierno municipal de capturar y trasladar a los gatos de las principales colonias felinas de la ciudad a un nuevo emplazamiento.

Hablamos con María Jesús Jerez, voluntaria del proyecto CES de protección animal, de Zaragoza, para que nos explique lo sucedido y cómo empezó todo.

¿En qué ha consistido la campaña que ha puesto en marcha el Ayuntamiento “Dar de comer a las palomas sobra” y por qué ha levantado tantas críticas entre los colectivos animalistas?

La campaña ha partido del departamento de Salud Pública, con el beneplácito del concejal responsable de Protección Animal, Javier Rodrigo. El objetivo es que los animales de nuestra ciudad —palomas, gatos y patos, principalmente— no sean alimentados en la vía pública, bajo sanción para quien lo incumpla, alegando que hacerlo provoca el incremento de plagas. Con ese fin, colocaron carteles en las calles y en toda la rivera del Río Huerva, en los que aparecen imágenes de gatos comiendo junto a las ratas, y el mensaje implícito de que estos son prácticamente como una plaga que hay que erradicar, y, por lo tanto, fuente de enfermedades para las personas.

Como consecuencia de la aparición de los carteles se ha creado un clima de animadversión hacia estos animales entre gran parte de la ciudadanía, llegando en muchos casos a insultar e increpar a los voluntarios del proyecto CES, (captura, esterilización y suelta). Y lo que es peor, varios gatos han sido apaleados y otros han aparecido brutalmente asesinados en algunas de estas colonias.

  Cartel de la campaña del Ayuntamiento de Zaragoza.Ayuntamiento de Zaragoza

Háblanos de qué persigue el proyecto CES.

El proyecto CES se creó hace años con el objetivo de conseguir unas mejores condiciones de vida para los gatos de las colonias felinas de esta ciudad y de disminuir progresivamente, de forma ética, el número de ejemplares en vía pública, mediante el procedimiento de esterilizar, capturar y soltar en las mismas colonias de origen a los gatos capturados.

Nuestras actuaciones se dirigen tanto a las colonias oficiales reconocidas por el Ayuntamiento, como a aquellas que aún no lo son y que son atendidas igualmente por voluntarios —pese a la negativa por parte del área de Protección Animal del actual gobierno a que lo hagamos—. De nada sirve tener colonias oficiales atendidas si existen muchas sin control alguno por no haber sido reconocidas.

Hay que añadir que en ningún momento hemos contado para ello con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza, responsable directo, a quien correspondería proporcionarnos los medios necesarios, manteniendo un diálogo fluido y constante con el voluntariado del proyecto CES al completo —algo que, sin embargo, no ha sucedido—.

La coordinación y gestión del proyecto se encuentra en estos momentos en manos del concejal de Protección Animal, Javier Rodrigo Lorente y tres personas también voluntarias —que en ningún momento hemos elegido como representantes—, que nos niegan cualquier información sobre lo acordado y que, según hemos podido saber, están acatando las órdenes del concejal sin pestañear y sin contar con nadie. Y todo por el módico precio de manejar el proyecto CES a su antojo.

El actual gobierno municipal no ha dudado en matar palomas sin compasión, gaseándolas y negándose a utilizar los piensos anticonceptivos para estas aves

El Ayuntamiento ha acordado la reubicación de las principales colonias felinas de la ciudad. ¿Para qué se está haciendo? ¿Cuál es vuestra opinión al respecto?

Según el consistorio, el recinto municipal de reubicación de colonias felinas El Guano se ha creado para sacar, por un tema de salud pública, todas las colonias felinas de la ciudad que “molesten”.

Es cuanto menos curioso que, coincidiendo con ello, llevamos meses viendo de manera constante en los periódicos locales artículos sobre las supuestas enfermedades que sufren los gatos en las colonias felinas de Zaragoza: covid, etc., lo cual, obviamente, es falso. Todo aderezado con un insistente afán de satanizar estas colonias.

¿Qué dice la normativa municipal y estatal al respecto?

El recinto municipal de El Guano, donde están siendo reubicados los gatos, incumple de manera clara las normativas autonómicas y municipales de bienestar animal, ya que carece de licencia de actividad y de la consideración de núcleo zoológico, lo que es indispensable para poder crear un recinto municipal de estas características.

El Guano es un lugar de reubicación forzoso de colonias felinas, de titularidad municipal, cerrado, y vallado. No es una colonia felina como rezan los carteles que figuran en la entrada. Si cumpliera con los requisitos que ello conlleva, reuniría unas condiciones de vida para los gatos muy superiores a las que realmente tiene hasta el momento.

Hace años se intentó construir el nuevo Centro Municipal de Protección Animal en el mismo lugar, y la DGA denegó los permisos, pues no reunía los requisitos necesarios para su construcción.

Por otro lado, en la memoria descriptiva del proyecto se indica que será desmantelado a medio plazo. ¿Y luego, qué pretenden hacer con esos gatos?

Ante la polémica creada, ¿habéis mantenido algún tipo de contacto con la Dirección General de Protección animal?

Los contactos con la Dirección General de Protección Animal, y más concretamente con su responsable, Sergio Torres, no están dando ningún fruto; más allá de decirnos que estaban al corriente de lo que estaba sucediendo y que nos informarían al respecto. Sin embargo, eso no se ha producido.

Los motivos reales que sospechamos que puede haber detrás de tanto despropósito es sembrar en la ciudadanía una animadversión desmedida por los gatos de las colonias

¿Cuáles son las motivaciones reales que creéis que hay detrás de las medidas tomadas por el gobierno municipal para reubicar estas colonias?

Los motivos reales que los voluntarios sospechamos que puede haber detrás de tanto despropósito es sembrar en la ciudadanía una animadversión desmedida por los gatos de las colonias felinas. Provocar que su presencia genere quejas vecinales que sirvan como justificación para su traslado fuera de la ciudad, al recinto del Guano; y una vez allí, hacerlos desaparecer.

El actual gobierno municipal de Zaragoza —integrado por PP, Ciudadanos y Vox—, ha demostrado de manera reiterada que los animales de esta ciudad le estorban. Como muestra de ello, no han dudado en matar palomas sin compasión, gaseándolas y negándose a utilizar los piensos anticonceptivos para estas aves —que tan buenos resultados están dando en otras ciudades españolas y europeas.

¿Cómo creéis que se podría revertir la situación? ¿Qué soluciones proponéis desde las entidades de protección animal?

Los responsables de este atropello no contaban con encontrarse con un voluntariado que va a luchar por los derechos de estos animales y por nuestra dignidad como voluntarios.

Queremos destacar que las actuaciones se están realizando con dinero público y por lo tanto vamos hacer que rindan cuentas del gasto público generado ante quien corresponda. Los voluntarios de protección animal de Zaragoza somos para ellos voluntarios de tercera; nuestros ojos nos hacen testigos incómodos.

Las colonias felinas cumplen una función importantísima, mantener a raya a los roedores de esta ciudad, alejándolos de nuestras casas. Siempre es sabido…. ” donde hay gatos, no acuden las ratas”.

Revertir la situación sería muy fácil: que el concejal del área de Protección Animal accediera a reunirse con los voluntarios y tuviera la voluntad y el valor necesarios para enfrentar los múltiples problemas que tenemos los voluntarios en las colonias.

También necesitamos poder contar con una Oficina de Protección Animal y una jefa/e de unidad que cuando se la requiera no se esconda detrás de su mesa de despacho y sea eficaz a la hora de solucionar los problemas y ayudar de verdad a que esta ciudad de Zaragoza tenga, de una vez, un área de Protección Animal en mayúsculas. Hasta ahora, no ha sido así, sino un querer y no poder que pagamos los voluntarios y los animales de Zaragoza con nuestra salud y nuestras vidas, porque lo cierto es que muchos sentimos que nos están matando en vida.

Las personas que formamos parte de este voluntariado tenemos que ir con nuestro dinero por delante, y dejar el corazón en casa para no sufrir.

La solución pasa por convocar un consejo sectorial sobre el tema; por un diálogo constante con todo el voluntariado de protección animal de la ciudad —no solo con tres voluntarios que, repito, nadie ha elegido para que nos represente y que ahora mismo han convertido el proyecto CES de esta ciudad con el beneplácito del concejal de ciudadanos Javier Rodrigo en su “cortijo” particular. Diálogo y ganas, de verdad. Esa sería la receta para encontrar una solución. Y si le pusieran a todo ello una pizca de humildad, no le iría nada mal.

Las colonias felinas cumplen una función importantísima, mantener a raya a los roedores de esta ciudad, alejándolos de nuestras casas

¿De qué manera las actuaciones que está llevando a cabo el Ayuntamiento están entorpeciendo vuestra labor y la seguridad de los gatos que viven en las colonias?

Los traslados de las tres colonias que se han realizado hasta ahora han sido un desastre. En Giesa se ha hecho por supuesto peligro de derrumbe y de salud pública. En Pignatelli, por la ampliación del parque y la construcción de más de 60 pisos de lujo. Y la del teatro Romano por preservación del patrimonio histórico.

La colonia de Giesa se desalojó sin previsión ninguna y murieron muchísimos de los 53 gatos que capturaron.

En Pignatelli se impidió la entrada a las voluntarias, sin previo aviso y tan siquiera para poder continuar dando medicación a los gatos enfermos. Los gatos fueron capturados de noche y llevados al Guano directamente, haciendo uso de linternas, sin pasar por el veterinario antes de su traslado. Hay testigos que lo presenciaron.

Y la del antiguo teatro Romano también se hizo prohibiendo la entrada a su voluntaria. En este caso se trata de una colonia de 10 gatos y todos controlados, muy mayores. A ninguna de las voluntarias les está permitido entrar a El Guano a ver a esos gatos después de cuidarlos más de 10 años. ¡Tremendo!

Nota: El periódico y el autor de este artículo no se hacen responsables de las opiniones de los entrevistados.

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