H&M utiliza plásticos de los océanos para su nueva colección sostenible
La línea Conscious Exclusive llegará a 160 tiendas en todo el mundo el 20 de abril.
Cada año se vierten ocho millones de toneladas de plástico en los océanos. Unas cifras preocupantes que se están intentando reducir y así evitar que, como predicen algunos científicos, en 2050 haya más residuos que peces en nuestros mares. Por suerte, estos residuos pueden tener una nueva vida después de ser retirados. Buena muestra de ello es la pieza central de la colección Conscious Exclusive que ha diseñado H&M para esta primavera y que llegará a 160 tiendas seleccionadas el próximo 20 de abril.
Se trata de un vestido largo, con pequeños volantes, falda plisada y en tono rosa empolvado, fabricado con Bionic Yarn, un tejido hecho a partir de todo tipo de plásticos. En concreto 89 botellas han sido necesarias para dar forma a esta prenda, que supone la primera experimentación del equipo de diseño de la marca sueca con este material.
"Es la primera vez que se utiliza para hacer un vestido y también hemos usado este tejido en uno de los trajes de hombre y en el bolso que simula una red de pesca", explica Ann-Sofie Johansson, directora creativa de la firma, en una entrevista con El Huffington Post en el showroom de la marca en Estocolmo. "La lista de materiales reciclados se está haciendo cada vez más larga y podemos añadir otros nuevos en cada colección. En un principio solo teníamos algodón orgánico y ahora tenemos todo este rango de distintos tejidos", explica visiblemente satisfecha la diseñadora, que lleva treinta años trabajando en el gigante sueco.
Poliéster reciclado, sedas y lino orgánico o tencel son algunos de los tejidos que se han utilizado para crear las piezas de Conscious Exclusive, que este año incluye como novedad una línea de hombre, otra de niños y tres perfumes fabricados con aceite y flores orgánicas. "Queríamos que estuviese presente el olor de las mimosas y las peonías porque están en los estampados de las prendas", comenta Johansson.
La inspiración floral está presente en toda la colección, que evoca el trabajo del artista Gerhard Richter. "Hace estas preciosas flores pero un poco distorsionadas, hay algo raro en ellas", destaca la diseñadora, "les da un toque diferente, es clásico pero con un toque diferente, al igual que la colección". Otro de los nombres que ha inspirado el trabajo de Johansson y su equipo comparte apellido con el pintor alemán. Se trata del compositor Max Richter, responsable de bandas sonoras como la de la serie The Leftovers o de músicas para ballets como Infra, cuyos vinilos se agolpan entre telas y bocetos en la mesa del showroom.
Una de las piezas de la colección es un vestido blanco de tul fabricado con poliéster reciclado que más de una desearía vestirse para pasar por el altar, y que se venderá exclusivamente online para darle un tratamiento especial. "Quizá iniciemos una nueva tendencia, el amor sostenible", bromea Johansson, que afirma que este tipo de prendas han funcionado muy bien en otras colecciones.
Además de estas influencias estéticas, la diseñadora explica que ella y su equipo articularon la colección entorno a los cinco sentidos. "No es solo cómo se ve una prenda, sino su textura, por ejemplo el 3D de una chaqueta de jacquard o el sonido de las lentejuelas", relata. Ese afán por intentar transmitir con estas prendas se palpa en cada rincón del showroom, una especie de jardín en medio de una de las calles más comerciales de Estocolmo, donde cada detalle está cuidado al máximo.
Conscious Exclusive es, además de una línea de moda, una especie de laboratorio para el equipo de la marca, una posibilidad para ver hasta donde se puede llegar con las innovaciones y los nuevos materiales. "Uno de los propósitos de esta colección es enseñarle a la gente lo atractiva que puede ser la moda sostenible, no son solo prendas básicas y en color beige", insiste Johansson.
La misma opinión tiene Cecilia Brännsten, responsable de la iniciativa de recogida de ropa usada en tienda. "Tanto Conscious Exclusive como los productos conscious que hacemos son un buen vehículo para comunicarnos con nuestros clientes y mostrarles que pueden elegir y tomar decisiones responsables", explica Brännsten, que trabaja en distintos aspectos del departamento de sostenibilidad. "Es una forma de mostrar nuestro compromiso", declara asegurando que hay una necesidad de cambio en la industria en general.
"No se trata de competir, se trata de acelerar el proceso. De hecho trabajamos con Inditex", insiste Brännsten, que confía en continuar con el éxito de este tipo de colecciones y de iniciativas como la de los contenedores de prendas para reciclar.
Decir que los nuevos objetivos de H&M en materia de sostenibilidad son ambiciosos es quedarse cortos. Quieren convertirse en una empresa 100% circular, con todos los niveles de la cadena de producción con valores medioambientales positivos en 2040 y que la totalidad de los materiales que utilizan sean sostenibles o reciclados en 2030. "Tenemos los recursos para hacerlo y debemos liderar con nuestro ejemplo", decía Karl-Johan Perssson, CEO de la compañía, ante los medios. "Es necesario cambiar la forma en la que se produce y se consume la moda".
Toda una declaración de intenciones que se respalda con los números del informe de sostenibilidad del pasado año, que se presentó el 4 de abril en Estocolmo. En 2016, recogieron 16.000 toneladas de ropa usada en sus tiendas, redujeron en un 47% las emisiones de dióxido de carbono respecto a 2015 y el 96% de la electricidad que utilizaron en sus operaciones vino de energías renovables.
"Ser una empresa 100% circular significa utilizar todo lo que ya está en el sistema y mantenerse en los límites del planeta", explica Anna Gedda, responsable de sostenibilidad de la firma. "No queremos que la gente simplemente compre mucha ropa, queremos que compre buena ropa y que la utilicen todo el tiempo que quieran", explica Gedda.
Ante las preguntas de cómo van a conseguir todo esto sin que repercuta en el precio que paga el consumidor por sus prendas, la jefa de sostenibilidad responde rotunda que ellos asumirán esa diferencia en los costes: "Es una inversión que estamos dispuestos a hacer y a largo plazo también es una buena decisión de negocio para nosotros".
Sin embargo, la sostenibilidad de una empresa no se limita al medioambiente sino también a garantizar la diversidad y las condiciones de trabajo de los trabajadores. En H&M el 69% de los puestos de dirección los ocupan mujeres y, en lo que se refiere a los salarios en las fábricas de países como Bangladesh o Camboya, reconocen que todavía tienen camino por recorrer. "No estamos satisfechos, sabemos que en algunos lugares no se cubren las necesidades básicas con el salario mínimo", declara Gedda.
¿La solución para ellos? Colaboración. "No podemos hacerlo solos. Tenemos que trabajar con otras marcas, los trabajadores, los dueños de las fábricas y fundamentalmente con los gobiernos", explica la directiva de la firma sueca, que reconoce enormes diferencias entre las empresas americanas y europeas.
En palabras de Karl-Johan Persson, CEO de H&M, la clave está en anticiparse al futuro y actuar cuando todavía podemos. "Cuando mi abuelo fundó esta empresa lo hizo con una visión y una perspectiva a largo plazo. Yo me siento exactamente igual que él".