Autopsia, dudas y confidencialidad: tras el hallazgo del texto más antiguo en vasco (y sus enigmas)

Autopsia, dudas y confidencialidad: tras el hallazgo del texto más antiguo en vasco (y sus enigmas)

La 'mano de Irulegi' fue presentada al mundo en noviembre, pero lleva siendo investigada desde enero. Los científicos dan las claves para entender la magnitud de este hallazgo.

La 'mano de Irulegi', encontrada en el Valle de Aranguren (Navarra), contiene la inscripción en lengua vascónica más antigua de la que se tiene constancia.SOCIEDAD DE CIENCIAS ARANZADI via Reuters

Desde el 14 de noviembre, los teléfonos de Mattin Aiestaran y Javier Velaza –entre otros– no han dejado de sonar, como si vivieran “un tsunami”. Fue ese día cuando se mostró al mundo la ‘mano de Irulegi’, que ya se considera “un hito histórico de primer orden”, un hallazgo que revoluciona los estudios del euskera al contener la inscripción en lengua vascónica más antigua conocida hasta la fecha. 

Mattin Aiestaran es el director de la excavación de Irulegi, en el Valle de Aranguren (Navarra), donde fue descubierta la pieza, y Javier Velaza, filólogo, ha trabajado como epigrafista para descifrar el texto de la mano. Cierto es que llevan tres semanas sin parar de responder a preguntas sobre Irulegi; sin embargo, la pieza –su magnitud y sus misterios– lleva en su cabeza mucho más tiempo. 

La ‘mano de Irulegi’, una figura de bronce de apenas 14 centímetros, 35 gramos y 2.100 años de antigüedad, fue realmente extraída el 18 de junio de 2021 y llevada al depósito del Gobierno de Navarra el 13 de julio de ese año. Ahí esperaría seis meses su turno de limpieza, hasta pasar por las manos de las restauradoras del servicio de patrimonio navarro. Finalmente, la ‘afortunada’ fue la restauradora de patrimonio Carmen Usúa, quien empezó a retirar todo el sedimento y vio que la pieza tenía dedos, tenía uñas y, lo más importante, tenía una inscripción. 

No me lo creía… todavía no soy del todo consciente de lo que ha sido esto
Mattin Aiestaran, director de la excavación

El mismo 18 de enero de 2022 en que Carmen Usúa desmontó las primeras hipótesis sobre la pieza –se creía que podría ser un elemento ornamental parte de un casco o una armadura– y vio el texto, Mattin Aiestaran recibía la llamada que cambiaría su vida (al menos académica). “Yo salgo de casa volando, llego al depósito y lo vemos”, rememora Aiestaran en presente, como si la acción no hubiera acabado aún. Reconoce el arqueólogo que en un principio no dio crédito, e incluso aún hoy le cuesta hacerse a la idea de la magnitud del hallazgo. “No me lo creía… creo que todavía no soy del todo consciente de todo lo que ha sido esto. Ha sido un tsunami”, describe Aiestaran.

Dos requisitos: confidencialidad total y llamar a Javier Velaza

Aquel 18 de enero se reunió el equipo en torno al hallazgo y establecieron una estrategia con dos puntos clave, explica Aiestaran: “Mantener la confidencialidad para poder trabajar tranquilamente, sin molestar a los científicos, y contactar con Javier Velaza”. 

Velaza es catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona y experto en epigrafía, que consiste en el estudio de las inscripciones en todos sus aspectos, desde el material, la forma o la técnica de grabado hasta el tipo de escritura. Además, ha publicado varios estudios sobre el ibérico, precisamente el signario –el sistema gráfico o ‘alfabeto’– empleado en la mano de Irulegi. 

Javier Velaza recibió primero unas fotos de la mano, pero pidió verla en persona. “Quería realizar una autopsia” –cuenta Aiestaran–, que es como los epigrafistas llaman al procedimiento de “ver una pieza in situ, examinar con lupa sus características”, apunta el arqueólogo.

Recuerdo la sorpresa cuando leí la primera palabra del texto. Fue un momento muy, muy especial
Javier Velaza, epigrafista

Tras esa primera autopsia, Velaza tuvo más o menos clara la inscripción, pero pidió contar con una segunda opinión “especializada concretamente en lengua vasca”, detalla el epigrafista. Y esa persona era Joaquín Gorrochategui, catedrático de lingüística indoeuropea por la Universidad del País Vasco.

Juntos salieron prácticamente de dudas y desvelaron quizás lo más llamativo de esta historia: la primera palabra de la inscripción se transcribe al alfabeto latino como ‘sorioneku’, algo que casi cualquier hablante de euskera podría reconocer por su similitud con ‘zorioneko’, que significa ‘de buena fortuna’ o ‘de buen agüero’. Y entonces el equipo vuelve a estallar de emoción. “Recuerdo la sorpresa cuando leí la primera palabra del texto”, reconoce Javier Velaza. “Fue un momento muy, muy especial”, dice. 

  La mano de Irulegi.SOCIEDAD DE CIENCIAS ARANZADI via Reuters

Por qué la mano de Irulegi es “única”

Los expertos describen la mano de Irulegi como una pieza “única” por varios motivos. “Es singular prácticamente por todos los aspectos”, afirma Velaza: por lo lingüístico, por su contexto arqueológico, por su forma… “El texto es singular porque está escrito en una lengua de la que tenemos muy pocos documentos, prácticamente ninguno de época antigua”, comienza el epigrafista. Si la inscripción de Irulegi data del siglo I a.C., los siguientes textos en vascónico documentados son de los siglos XV y XVI. Pero además, añade Velaza, en Irulegi está la particularidad de la escritura ibérica: “Es singular el sistema gráfico de escritura, ya que es la primera vez que nos damos cuenta de que se produjo una adaptación de un signario exterior –el ibérico– para escribir la lengua vascónica”. 

“Se da una secuencia de cosas singulares y especiales que hacen de la pieza algo único”, prosigue el epigrafista. A esto contribuye también el contexto arqueológico tan “concreto” en que fue hallada la pieza: “Sabemos exactamente dónde estaba colocada, en el suelo de la entrada de una casa, y probablemente había estado colgada en la puerta”, detalla Velaza. Esta ubicación es lo que los expertos llaman “paisaje epigráfico”, que les da muchas pistas sobre sus usos y significados. 

Es la primera vez que se produce una adaptación de un signario exterior –el ibérico– para escribir la lengua vascónica. El hallazgo es emocionante y muy insólito

Además, en el caso de la mano de Irulegi cuentan con la datación de la pieza. “Como conocemos muy bien la datación arqueológica del yacimiento y del lugar, podemos precisar con bastante fiabilidad cuándo fue escrito el texto”, dice Velaza. Se estima que es del primer tercio del siglo primero antes de Cristo. 

También está la particularidad de la forma. “Hay más escritos con soportes en forma de mano”, admite Javier Velaza; lo curioso de esta pieza es que cuenta con “un agujero de fijación muy singular”, que indica que la mano estaba diseñada para ser “colgada o clavada en una puerta”. “Prácticamente no tenemos algo así en todo el Mediterráneo”, afirma el experto. Por último, una singularidad más, añade Velaza: “Que se haya serigrafiado primero el texto –arañado con un instrumento de punta seca– y luego grabado, como si [hubieran hecho] un borrador”. Las letras están marcadas después “con técnica de punteado”. “Es emocionante. Es un hallazgo muy importante y muy insólito”, concluye el experto.

  El momento de extracción de la 'mano de Irulegi'.SOCIEDAD DE CIENCIAS ARANZADI via Reuters

Todo lo que una mano puede decir

Para Mattin Aiestaran, que trabaja como director de la excavación en Irulegi desde 2017, la mano también ha sido un regalo en lo que a arqueología se refiere. Cuenta Aiestaran que los arqueólogos tratan de “historiar el pasado de las sociedades anteriores” a través de sus “restos materiales”, que les permiten hablar “de lo material, de la arquitectura, la economía, los trabajos artesanales”.

Con la mano de Irulegi, en cambio, han podido llegar al “mundo inmaterial” de la sociedad que habitaba el valle de Aranguren a finales de la Edad del Hierro. “La mano nos da la oportunidad de indagar en dos de esas cuestiones fundamentales de la sociedad: sus creencias y su lengua”, abunda Aiestaran. Y eso “no nos lo esperábamos”, reconoce.

La mano nos da la oportunidad de indagar en dos cuestiones inmateriales fundamentales: las creencias y la lengua de la sociedad

Sobre las creencias, se piensa que la mano de Irulegi pudo servir de forma de protección del hogar. “El simbolismo de la mano está presente en muchas culturas, y muy probablemente tiene que ver con la protección”, indica Javier Velaza. “Hay otras manos en la iconografía de estelas ibéricas y es probable que esa simbología sea común a pueblos mediterráneos, no específica de los vascones”, explica.

Velaza sostiene que “no son muchos” los paralelos con los que pueden compararla, “pero sí hay algunos elocuentes”, como uno descubierto en Alcubierre, en la provincia de Huesca: se trata de “una mano de plomo de las mismas características, pero esta vez sin texto”, que también “estuvo clavada o fijada con los dedos para abajo”, como la de Irulegi. 

Lo que aún queda por descifrar...

Lo espectacular del hallazgo no quita que aún queden muchas incógnitas, sobre todo teniendo en cuenta que de momento sólo ha podido traducirse la primera palabra –sorioneku– de las cinco que componen la inscripción

Javier Velaza explica que descifrar las siguientes no es tan sencillo por varios motivos. El primero, porque “el sistema gráfico de escritura que se emplea [el ibérico] no rinde cuenta exacta de la realidad fonética de la lengua [el vascónico]”. Concretamente, señala el experto, el sistema ibérico de esa época no distinguía entre consonantes oclusivas sordas –/p/, /t/, /k/– y sonoras –/b/, /d/, /g/–. El signario ibérico de la época “escribía igual las dos cosas”, de modo que la aparición de alguna de estas letras “puede llevar a ambigüedad”, y esto “complica las cosas para hacer un estudio etimológico y de significado”.

Si la diferencia que hay entre la lengua vascónica y la lengua vasca del siglo XVI es similar a la que existe entre el latín y la lengua castellana del siglo XVI, tendremos dificultades para traducir el texto

Por otro lado, la ausencia de otras inscripciones en vascónico dificulta también la posibilidad de hacer un estudio comparativo que allane el camino. Como los siguientes textos vascos datan de los siglos XV y XVI, hay que contar con que la lengua pudo estar evolucionando todos esos siglos, y, en cualquier caso, tampoco se sabe “si el vasco del XVI deriva directamente de esa lengua vascónica [del siglo I a.C.] o de otra variedad”, indica Javier Velaza. “Si la diferencia que hay entre la lengua vascónica y la lengua vasca del siglo XVI es similar a la que existe entre el latín y la lengua castellana del siglo XVI, evidentemente tendríamos dificultades para traducir ese texto”, ilustra el epigrafista.

  La 'mano de Irulegi', encontrada en el Valle de Aranguren (Navarra), contiene la inscripción en lengua vascónica más antigua de la que se tiene constancia.SOCIEDAD DE CIENCIAS ARANZADI via Reuters

“Es extraordinariamente importante, pero pedimos cautela”

Por todo ello, los expertos también piden calma. “El hallazgo es extraordinariamente importante, pero también hay que llamar a la cautela y a la prudencia a la hora de sacar conclusiones”, advierte Velaza. “Haríamos mal en sacar conclusiones precipitadas, erróneas o no autorizadas con los datos que tenemos. Tenemos lo que tenemos, y eso es importantísimo, pero eso no cierra las múltiples cuestiones complejas que tenemos sobre la historia de la lengua vasca”, zanja. “Necesitaríamos muchos más textos como el de la mano de Irulegi para poder movernos por ahí”.

Necesitaríamos muchos más textos como el de la mano de Irulegi para poder indagar en el origen del euskera

Sobre el misterio del origen del euskera “este hallazgo no nos dice nada, por desgracia”, insiste Velaza. Lo que dice, concretamente, la mano de Irulegi es que “a comienzos del siglo I a.C., en la cuenca de Pamplona, los vascones que vivían allá hablaban la lengua vascónica, cosa que no sabíamos pero podíamos intuir. Y ahora también sabemos que, a diferencia de lo que se creía antes, no era un pueblo anepígrafo –que no escribía su lengua–, sino que en algunos momentos y circunstancias la escribieron, y lo hicieron con este signario”, detalla el epigrafista. “Es como una fotografía fija, en un momento concreto, que nos da un elemento muy valioso”, señala el experto.  

... Y lo que puede estar por venir

Como la excavación del poblado de Irulegi “apenas acaba de empezar”, Javier Velaza no descarta que “aparezcan más textos en el futuro” que puedan darles más pistas. De momento, el yacimiento cuenta con el equipo arqueológico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con el “importantísimo” impulso del Ayuntamiento del Valle de Aranguren –las comillas son de Aiestaran– y con el apoyo del Gobierno de Navarra.  

Lo que hemos hecho hasta ahora en Irulegi solamente ha sido una aproximación

En verano, por lo pronto, los arqueólogos y el resto del equipo –historiadores, antropólogos, estudiantes, profesores– volverán al trabajo de campo. “Tenemos un plan director con unos objetivos hasta 2024 y, después, habrá que hacer otra hoja de ruta y seguir trabajando si se puede”, avanzel director de la excavación, Mattin Aiestaran.

¿Esperan encontrar en el futuro algo similar a la mano de Irulegi? “En el poblado hay unas cuantas casas, varias calles, en torno a dos hectáreas urbanizadas, y de momento sólo hemos sacado dos viviendas y parte de una calle”, responde Aiestaran. “Pensamos que si se continúan las labores de investigación, evidentemente dará más. Intuimos que Irulegi, lo que hemos hecho hasta ahora, solamente ha sido una aproximación”, dice. 

  Vista aérea del yacimiento de Irulegi donde el equipo de la Sociedad de Ciencias de Aranzadi descubrió la 'mano de Irulegi'.Handout . via Reuters
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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es