Guillermo, el heredero al trono favorito de los británicos salta a la palestra
El nuevo príncipe de Gales asumirá más responsabilidades tras la muerte de Isabel II.
“Hoy me siento orgulloso de nombrarlo príncipe de Gales. Con Catherine a su lado, nuestros nuevos príncipe y princesa de Gales seguirán inspirando y liderando la conversación, ayudando a llevar a los marginados al centro, donde se puede dar una ayuda vital”. Con estas palabras en su primer discurso a la nación, Carlos III le otorgaba a su hijo Guillermo el título que estaba destinado a llevar desde su nacimiento.
El príncipe Guillermo, ahora príncipe de Gales, duque de Cornualles y Cambridge y, en Escocia, duque de Rothesay, ya es heredero al trono británico tras la muerte de Isabel II. El ascenso de su padre lo coloca en primera línea y muchos ciudadanos de Reino Unido preferirían que él fuera rey antes que Carlos III.
Según los datos de YouGov, los últimos de mayo, un 39% de los ciudadanos querrían que Guillermo reinara, frente al 33% que está satisfecho con que lo haga Carlos. Además, en los trackers de popularidad de la plataforma, el hijo mayor de Diana de Gales se sitúa en la tercera posición de la lista y el nuevo monarca, en la séptima. Isabel II sigue liderando el ranking, mientras que el segundo puesto la ocupa Kate Middleton, la nueva princesa de Gales.
Los medios británicos y expertos en Casa Real han resaltado que el hijo mayor de Carlos III ha heredado el sentido del deber su abuela Isabel II y la empatía de su madre, Lady Di. El heredero al trono ha crecido frente a las cámaras y copado titulares en todos los periódicos ingleses, a pesar de que cuando todavía era un niño, el entonces príncipe Carlos hizo un pacto con los paparazzi para que Guillermo y Harry pudieran mantener un poco su privacidad, a cambio de posados en diferentes ocasiones.
Ese ‘acuerdo’ permitió que el príncipe tuviera una experiencia tranquila tanto en el elitista internado Eton como en Saint Andrews, la universidad escocesa donde conoció a Kate Middleton en 2001. Gracias a esa privacidad la pareja pudo vivir los primeros compases de su relación casi como si fueran unos novios ‘normales’, algo que cambió cuando se graduaron.
La presión a la que fue sometida su novia en los tabloides recordó a Guillermo a la situación que había vivido su madre en su día. La muerte de Diana de Gales marcó la adolescencia del heredero, que tenía 15 años cuando falleció, y el año pasado no le tembló el pulso a la hora de denunciar a la BBC por las prácticas fraudulentas para conseguir la entrevista en la que se explayó sobre las infidelidades de Carlos de Inglaterra.
Antes de desempeñar a tiempo completo su papel como miembro activo de la familia real, Guillermo ingresó en la academia de Sandhurst para recibir formación militar. El príncipe se graduó en 2008 y empezó a servir como piloto de rescate para la RAF. Después trabajó como piloto de ambulancias hasta que empezó a dedicarse únicamente a sus tareas reales. En los últimos años, con la mudanza del príncipe Harry a Estados Unidos y la expulsión del príncipe Andrés de la Casa Real, Guillermo ha saltado a la primera línea asumiendo más responsabilidades y actos oficiales.
Salud mental, fútbol y crisis climática
Si su madre fue pionera en hablar abiertamente sobre su depresión y su intención de autolesionarse, Guillermo ha hecho de la salud mental una de las ‘misiones’ de su labor institucional. En 2016, lanzó junto a Kate Middleton y el príncipe Harry Heads Together, una campaña para intentar eliminar el estigma. Los hermanos predicaron con el ejemplo y comenzaron a revelar cómo gestionaron la muerte de su madre, la necesidad de hablar sobre los problemas o los sentimientos que les generó esa situación traumática y la importancia de pedir ayuda.
Desde entonces ha seguido siendo una de sus prioridades y, junto a su mujer, ha grabado varios mensajes de radio o televisión para seguir poniendo el foco en la salud mental. Durante lo más duro de la pandemia, en 2020, el príncipe fue voluntario en la línea de ayuda Shout, un servicio de mensajería para personas que están sufriendo y necesitan ayuda o ser escuchados. Guillermo también lanzó en 2019 Head’s Up, para mantener la conversación en torno a los tabúes sobre la salud mental en hombres jóvenes utilizando el mundo del fútbol.
El príncipe Guillermo es presidente de honor de la Football Association y hace unos meses se salió de la línea institucional para cargar contra la Superliga y manifestar su “preocupación” por los valores del deporte y la limpieza de la competición. Es habitual que el príncipe de Gales acuda a partidos de fútbol y otras competiciones deportivas, donde le hemos visto con su hijo mayor, Jorge, de nueve años. El heredero a la Corona británica también ha revelado públicamente que es fan de Aston Villa porque es un equipo de mitad de tabla y siente conexión con sus valores y el espíritu del club.
Además de trabajar por la salud mental y estar muy presente en todo lo que tiene que ver con el deporte, Guillermo está especialmente centrado en ayudar a combatir la crisis climática. Igual que su padre, el príncipe ha mostrado su preocupación por el planeta que van a heredar las generaciones más jóvenes y en octubre de 2020 fundó el premio Earthshot, una iniciativa que proporciona financiación a las innovaciones que permitan solucionar algunos de los problemas derivados de la crisis climática.
En 2021, participó en el documental Prince William: A Planet For Us All, donde habló largo y tendido sobre diferentes causas medioambientales. El príncipe no ha dudado en criticar la nueva carrera espacial que han emprendido multimillonarios como Jeff Bezos, recordando que “las grandes mentes deberían centrarse en arreglar este planeta, no en buscar otro al que irse a vivir”.
Padre de familia
Guillermo y Kate son padres de tres hijos: Jorge, de 9 años, Carlota, de 7, y Luis, de 4. Desde que su hijo mayor naciera en 2013 la pareja ha estado preocupada porque sus pequeños lleven una vida lo más normal posible, alejada de los tabloides. Es habitual que compartan imágenes —normalmente tomadas por la princesa de Gales— de sus hijos de vez en cuando a través de su perfil deI Instagram, mientras que los fotógrafos suelen respetar la privacidad de los tres niños, ciñéndose a los actos oficiales o a momentos puntuales como su primer día de colegio.
En una entrevista con la BBC en 2016, Guillermo expresó la necesidad de formar parte de la educación de sus hijos y de criarlos él mismo, aunque eso significara no dedicarse al 100% a su labor como miembro activo de la familia real. Una decisión que, como él mismo expresó, contó con el beneplácito de su padre y de su abuela.
Hasta este verano, la familia vivía en el palacio de Kensington, en Londres, y pasaba temporadas de vacaciones en Anmer Hall, una casa de campo en Norfolk, cerca de la residencia de Sandringham. El matrimonio se mudó el mes pasado a Adelaide Cottage, en Windsor, para que sus hijos pudieran llevar una vida más tranquila y en el campo, lejos de las implicaciones que supone crecer en Londres. Jorge, Carlota y Luis empezaron el curso escolar en una nueva escuela, Lambrook, un día antes del fallecimiento de Isabel II.
A pesar de que se mudaron en busca de darles una infancia tranquila a sus hijos, su nueva posición como príncipes de Gales y, en el caso concreto de Guillermo como heredero al trono, hará que tengan que aumentar su labor institucional y que su hijo mayor, segundo en la línea de sucesión, esté más presente en la vida pública.