No todas las guerras son iguales

Escuchando el testimonio de la refugiada siria en el programa de Lo de Évole sobre los niños de la guerra, me hago la misma pregunta que ella. Se llama Meera y ha visto muy cerca la muerte cuando estalló la guerra (por no llamarlo genocidio indiscriminado por Al-Ássad) en Siria.

Durante su intervención en el programa, Meera se pregunta por qué la guerra en Siria no importa tanto como la de Ucrania, ”¿Por qué importan más ellos que nosotros?”, cuestiona indignada. ”¿Porque tienen los ojos azules y son rubios?”, continúa lanzando preguntas al aire para intentar comprenderlo.

Hablando con Rafael Selas, fundador de la ONG Anidan, que ayuda a niños en Kenia y conoce bien el continente africano donde se han desatado tantos conflictos bélicos a lo largo de la historia, me argumenta que es una cuestión de empatía: “Tenemos la costumbre de empatizar más con lo que nos sentimos más identificados”, explica, a lo que personalmente añado que también la proximidad es un factor determinante. Para ponerte en su lugar tiendes a fijarte en lo que es más próximo a ti, porque lo sientes más tuyo.

Además, la guerra en Ucrania, a diferencia de otras tan cruentas como la de Siria o la de Etiopía, por poner dos ejemplos claros, la sentimos como una amenaza real y cuando vemos que se puede poner en peligro nuestra integridad entonces activamos el mecanismo de alerta y prestamos más atención a un tema.

Los medios también juegan un papel muy importante en estos casos. Es lógico que cuanto más espacio le dedican a un tema, más va a calar entre su audiencia. Parece que unas guerras importan más que otras solo por eso. No debería ser así, pero desgraciadamente es como funciona nuestro cerebro.

Yo creo, Meera, que no te lo debes tomar como algo personal. El ser humano suele ser solidario y gracias al programa de Évole hemos podido escuchar tu testimonio y reflexionar sobre las preguntas que te planteas. Es importante que nos hayas hecho pensar y que lleguemos a la conclusión de que, a pesar de la empatía, la proximidad y el espacio dedicado en los medios, todas deben ser igual de importantes, cruentas, innecesarias e injustificadas.