El canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente ruso, Vladimir Putin, han mantenido este martes una conversación telefónica en la que el dirigente alemán ha instado al presidente de Rusia a buscar una salida diplomática a la guerra en Ucrania.
La conversación, que es el primer contacto en varias semanas entre ambos líderes, ha durado en torno a una hora y media, según ha informado la Oficina del canciller alemán, según recoge la agencia alemana DPA.
Así pues, Scholz ha instado a Putin a facilitar un alto el fuego en Ucrania y le ha pedido la retirada de las tropas rusas en Ucrania, así como el respeto de la soberanía e integridad territorial de su país vecino.
Más tarde, el Kremlin ha confirmado la llamada telefónica y ha informado de que Putin ha alertado a Scholz sobre las “violaciones flagrantes del derecho internacional humanitario por parte de Ucrania”.
Asimismo, Putin ha puesto sobre la mesa “la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia”, donde, según él, Ucrania lleva a cabo “continuos ataques con misiles”. El mandatario ruso ha denunciado también ataques sobre el Donbás que “están matando a civiles e infligiendo daños deliberados en la infraestructura civil”.
Por otro lado, Putin se ha referido a la situación energética en Europa, momento en el que ha aprovechado para trasladar que la rebaja de suministro por el Nord Stream 1 son “resultado de las sanciones contra Rusia”.
“Teniendo en cuenta que sus gobiernos detuvieron el suministro de gas a través de Ucrania y Polonia, así como la negativa a poner en funcionamiento el Nord Stream 2, los intentos de echar la culpa de los problemas energéticos de Europa a Rusia parecen muy cínicos”, ha concluido el Kremlin.
Ucrania, volver al colegio en plena guerra
Anna Skiban, de 12 años, en el lugar donde estaba su asiento en su clase del liceo de Mykhailo-Kotsyubynske, Chernihiv, atacado en marzo. "Estoy muy triste, no puedo creer que esto le haya pasado a mi escuela".
Oleksandr Morhunov, de 13 años, entre los escombros de su aula, atacada en marzo pasado, en Chernihiv. "Cuando estoy en mi clase, pienso en las ganas que tengo de que acabe la guerra".
Mykola Kravchenko, de 12 años, mira su destrozada aula de informática en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske. “Cuando estoy en la escuela, pienso en la persona que murió entre los escombros. Lo siento profundament...
Khrystyna Ignatova, de 16 años, mira lo qque queda en pie de su aula, en la escuela Chernihiv. "Lo que pasó es una tragedia. Ya lloré por todo lo que perdí. Extraño a mi escuela, amigos y maestros. Pero habr&aa...
Anastasia Avramenko, de 13 años, en la posición exacta en la que estaba su pupitre en la escuela de Chernihiv. Dice que se quiere graduar en ese centro, porque es donde siente que pertenece.
Ivan Hubenko, de 11 años, camina con su mochila sobre los restos de su escuela bombardeada en Chernihiv. "Me siento ofendido cuando estoy en mi escuela. Un resentimiento porque los rusos la destruyeron".
Oleksii Lytvyn, de 13 años, ante el lugar que ocupaba la pizarra de su clase, en el Mykhailo-Kotsyubynske. “Nunca había visto algo así, no puede ser una realidad”, dice, como si fuera un sueño.
Karina Muzyka tiene 10 años y está retratada en su clase de Chernihiv. "Cuando bombardearon mi escuela, me aterroricé. Vivimos cerca. Nuestras ventanas se dañaron y mi madre pudo morir porque la puerta casi la presion...
Sofia Klyshnia, de 12 años, en el espacio que ocupaba su asiento escolar en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske. "Tengo miedo de pisar la clase destrozada que un día ocupé".
Karina Muzyka, caminando sobre las ruinas de su cole.
Un grupo de estudiantes, reunidos en una clase dañada por los bombardeos en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske, este 30 de agosto, primer día de clase.
Ventanas rotas por la explosión de 4 de marzo en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske de Chernihiv.
Libros ucranianos y rusos, apilados en un colegio.
Estudiantes en una clase aún en pie en el Mykhailo-Kotsyubynske.
Un grupo de niños juega en el patio dañado de la Escuela Chernihiv. Comparten historias de cómo han sobrevivido hasta ahora a la guerra.
Un libro destrozado, con un retrato de Lenin.
Estado de una de las clases del liceo Mykhailo-Kotsyubynske
Estado de una de las clases del liceo Mykhailo-Kotsyubynske
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Sofia Zhyr, de 14 años, sentada en su pupitre en su escuela de Chernihiv, atacaba en marzo. Confiesa que tenía miedo de regresar.
Anna Skiban, de 12 años, en el lugar donde estaba su asiento en su clase del liceo de Mykhailo-Kotsyubynske, Chernihiv, atacado en marzo. "Estoy muy triste, no puedo creer que esto le haya pasado a mi escuela".
Oleksandr Morhunov, de 13 años, entre los escombros de su aula, atacada en marzo pasado, en Chernihiv. "Cuando estoy en mi clase, pienso en las ganas que tengo de que acabe la guerra".
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