Greta Thunberg es vegana
Hace justo una semana, los informativos abrían con la imagen de cientos de adolescentes y jóvenes que se manifestaban por todo el mundo. Hace una semana, justo el viernes pasado, yo estaba en Badajoz recogiendo avales para que PACMA pudiera presentarse a las próximas elecciones generales. Desde allí, vi cómo los informativos abrían sus portadas con la imagen de cientos de jóvenes portando pancartas para exigir que adultos y gobernantes tomasen las medidas necesarias para detener el inminente cambio climático. Y allí, en aquella capital de provincia, me acerqué a una de aquellas adolescentes para que me contase lo que significaba para ella ese viernes.
El imperativo reinaba en todos aquellos carteles y en los lemas de las pancartas. Cambiad, detened, pensad, salvad… Sin embargo, esa chica, no mucho mayor que Greta Thunberg, la iniciadora del movimiento, mostraba un cartel en el que no exhortaba a los adultos. Simplemente enunciaba algunos datos. Por ejemplo: que el 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provienen de la cría intensiva de ganado, que esta industria es responsable del 90% de la deforestación del Amazonas o que para producir una hamburguesa de vacuno (de entre 125 y 200 gr) se requieren unos 2.500 litros de agua.
No podemos pasar por alto un detalle muy importante. Greta Thunberg, la adolescente sueca que está sirviendo de inspiración a millones de jóvenes de todo el mundo, no solo está poniendo en evidencia a instituciones, gobiernos y multinacionales de todo el planeta, con sus claras y sencillas palabras sobre la realidad del cambio climático. Greta ya está haciendo mucho más por frenar el cambio climático y por reducir la temperatura del planeta, simplemente, eligiendo lo que come: Greta Thunberg es vegana.
No es de extrañar que la propia Greta haya elegido un modo de vida sin carne y productos de origen animal. Las personas veganas (yo también lo soy, al igual que la mayoría de quienes trabajamos o formamos PACMA) somos conscientes de que la ganadería extensiva es uno de los motores de la destrucción de nuestro planeta. Así lo denuncia, por ejemplo, Greenpeace, en dos recientes informes sobre este asunto titulados La insostenible huella de la carne y Alimentando el problema.
Estos informes constatan que, por ejemplo, la industria pecuaria en España emitió 86 millones de toneladas de CO2 en 2015. Esta misma industria es la responsable de la emisión de otros gases tóxicos a la atmosfera, por ejemplo, del 94% del amoniaco, del 61,8% de metano o 77,1% de óxido nitroso. Más allá del coste ambiental y de sufrimiento animal que suponen todos estos datos, hay una lectura en clave económica que es escandalosa: aproximadamente el 20% del total del presupuesto de la UE se destina a ayudas de la PAC para explotaciones cuyo fin es la alimentación ganadera. Cerca de 32.600 millones de euros se dedican al cultivo extensivo de cereales y leguminosas para alimentar animales destinados al consumo humano.
Pero vuelvo a pensar en Greta y en Alma, que así se llamaba la adolescente que llevaba la pancarta sobre la hamburguesa el viernes pasado. Ellas, que tienen ahora 16 y 17 años respectivamente, no podrían volver a beber agua hasta casi cumplir los 40, si de la industria ganadera dependiese. La industria pecuaria española consume en un solo año más de 48.000 millones de metros cúbicos de agua potable. La misma cantidad que consumirían todos los hogares españoles durante 21 años.
Al mismo tiempo, esta industria es una de las principales contaminadoras de los recursos hídricos. En 2015 produjo más de 60 millones de metros cúbicos de purines procedentes de las deyecciones de los animales estabulados y de cría intensiva. Este gasto de agua potable, la constante degradación de los acuíferos, la deforestación dedicada a la agricultura intensiva para pastos y forrajes, la acidificación de los suelos y el aumento de las temperaturas globales suponen un cóctel particularmente peligroso en latitudes como la que ocupa nuestro país: la desertización.
Un informe de 2017 publicado por el Ministerio de Medio Ambiente advertía sobre que, actualmente, algo más del 20% de la superficie española está desertificada. Esta cifra puede aumentar hasta el 80% de aquí a final de siglo si no hacemos nada. Y para eso precisamente adolescentes como Greta y Alma abandonan las clases los viernes y salen a la calle. Precisamente por eso Alma, Greta y cada vez muchas más personas hacen cada día de la semana, lo mejor que se puede hacer por el medio ambiente: eliminar de su dieta la carne y los productos animales.
Recuerdo que después de un rato de conversación con Alma, ella me dijo: “No sé si los partidos políticos quieren hacer algo por detener el cambio climático y por los animales”. Y añadió algo que me dio mucho que pensar: “Pero lo que deberían hacer, antes de nada, es explicárnoslo. Yo voy a poder votar en las próximas elecciones, pero nadie se ha molestado en explicarnos qué es lo que piensan hacer sobre esto que nos preocupa”.
Para aquellos que no estuvierais en aquella conversación y tengáis el mismo interés que Alma, os cuento que la mayoría de las políticas que afectan al medio ambiente y a los animales se deciden en Europa. Este año, por primera vez en la historia, somos once los partidos animalistas que concurrimos a las Elecciones Europeas del 26 de Mayo. PACMA desde España, y otros partidos desde Bélgica, Holanda, Italia, Chipre, Francia…
Vosotros y vosotras, las personas jóvenes que salís a la calle cada viernes. Los y las adolescentes tenéis a vuestro lado a PACMA en España y a todos los partidos animalistas europeos. Somos y hemos sido los únicos que hemos desarrollado propuestas reales y efectivas para frenar el cambio climático más allá de las buenas palabras. Y por supuesto somos los únicos que nos preocupamos por los animales y por las personas. Estamos y estábamos del lado del planeta. Queremos que veáis descarbonización del transporte, el fin de las macro granjas, un modelo energético basado en la renovabilidad y sostenibilidad; queremos que disfrutéis de la protección de los bosques, las costas y los recursos hídricos.
Queremos que viváis en un país que tenga en vigor una Ley Estatal Contra el Cambio Climático. Queremos una sociedad más justa e igualitaria para todos vosotros y vosotras, queremos que tengáis acceso a sanidad y educación públicas y gratuitas; queremos garantizaros que podáis acceder a una vivienda y que estéis protegidos frente a la discriminación por razón de género o por cualquier otra.
Pero sobre todo, queremos y creemos que la defensa de las personas, los animales y el medio ambiente solo pueden hacerse a la vez y del mismo modo. Os deseo mucha fuerza y mucha suerte en esta lucha, a Alma y a todos los que habéis tomado la decisión de hacer despertar al mundo. Despierte el mundo o no, cambien de actitud los adultos o sigan con su deriva suicida para ellos, para vosotros y para el planeta y los animales, PACMA estará con vosotros.