Grecia sale de su último rescate financiero, pese a las dudas sobre la sostenibilidad de su economía
Deberá rendir cuentas a la UE y el FMI cada tres meses, en lugar de la revisión semestral de otros países rescatados.
Grecia sale este lunes oficialmente del último de los estrictos planes de rescate que regulan su economía desde 2010, pero aún no ha acabado con la austeridad y las reformas.
"Por primera vez desde comienzos de 2010, Grecia se mantiene en pie por sí sola", ha celebrado a través de un comunicado Mário Centeno, el presidente del consejo de gobernadores del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que ha dirigido el último plan de ayuda a Grecia.
Centeno, que también es ministro de Finanzas de Portugal y preside el Eurogrupo, ha considerado que el final del rescate es el resultado del "esfuerzo extraordinario del pueblo griego, la buena cooperación con el actual gobierno griego y los esfuerzos de los socios europeos", que concedieron préstamos a Atenas.
Tras Portugal, Irlanda, España y Chipre, Grecia era el último país de la zona euro que seguía bajo el programa de asistencia instaurado durante la crisis.
En tres planes sucesivos (2010, 2012 y 2015), Grecia recibió 289.000 millones de euros en préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE). Pero a cambio ha tenido que llevar a cabo duras reformas que algunos de sus acreedores critican ahora y que le hicieron perder un cuarto de su PIB en ocho años, llevando el desempleo hasta el 27,5% en 2013.
"Esto ha tardado más de lo previsto, pero creo que ya está", ha dicho Centeno. "La economía griega ha vuelto a crecer (+1,4% en 2014), hay superávit presupuestario (...) y el paro cae con regularidad", aunque sigue en el 20%.
"El tiempo de la austeridad terminó, pero el final del programa no es el final del camino de las reformas", ha avisado sin embargo el comisario europeo de Asuntos Financieros, Pierre Moscovici.
Una opinión compartida por el gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras. "Grecia todavía tiene un largo camino por recorrer", ha declarado el domingo en una entrevista para el diario Kathimerini, en la que se mostró preocupado por la posibilidad de que los mercados den la espalda a su país si éste no sigue adelante con sus reformas.
Después de que sus socios europeos le concedieran en junio una ampliación del plazo para reembolsar su deuda, Grecia considera que sus necesidades de financiación están cubiertas hasta 2022, lo cual le permitirá acudir a los mercados solamente en los momentos más favorables.
Pero su deuda sigue situándose en el 180% de su PIB, y el FMI la considera insostenible a largo plazo.
El gobierno griego insiste en que sus necesidades de financiación se mantendrán por debajo del umbral crítico del 20% del PIB recomendado por la UE. "La deuda griega no sólo no es insostenible, sino que es altamente sostenible", dice un funcionario del país.
El primer ministro Alexis Tsipras, líder del partido de izquierda radical Syriza, dará un discurso en televisión el martes, según la prensa progubernamental.
El dirigente griego, que siempre ha gobernado en el marco de los planes de rescate financiero desde su llegada al poder en enero de 2015 y ha tenido que aceptar nuevas reformas en 2019 y 2020, indicó en junio que quería instaurar más "justicia social" a partir de ahora.
En Grecia la mejoría de los datos macroeconómicos no se ha trasladado a la vida cotidiana de los habitantes.
"Los planes de ayuda han terminado, pero siguen las cadenas y la asfixia", escribió el domingo el diario opositor To Vima.
Los economistas, como Nikos Vettas, consideran "imperativo" generar ahora "un crecimiento muy fuerte". De lo contrario, "los hogares, que ya están muy debilitados tras 10 años de recesión, seguirán sufriendo".