Ghislaine Maxwell, la supuesta ‘madame’ en la trama de abusos a menores de Epstein
Varias revelaron que la expareja del magnate neoyorquino servía de gancho para contactar a las menores.
El caso Epstein sigue abierto casi un año después del suicidio en la cárcel del magnate estadounidense, acusado de abusar sexualmente de varias menores de edad. La detención de su compañera Ghislaine Maxwell supone un nuevo avance en la investigación.
Este jueves, la que fuera su pareja y “mejor amiga”, como le definió el propio Jeffrey Epstein en 2003, ha sido arrestada por el FBI en New Hampshire (EEUU) y puesta en custodia judicial a la espera de que se le tome declaración, previsiblemente a lo largo del día de hoy.
A Maxwell se le asocia con el reclutamiento de niñas y jóvenes para las prácticas del multimillonario e, incluso, su nombre figura en las denuncias presentadas por varias de esas menores que aseguraron haber sufrido los abusos del magnate.
“Al menos desde 1994 y hasta 1997, Maxwell asistió, contribuyó y facilitó los abusos a menores de 18 años cometidos por Epstein, básicamente reclutando a estas jóvenes y contribuyendo a que Epstein abusara de ellas”, señalan documentos judiciales a los que ha tenido acceso la cadena CNN.
Pero detrás de ese papel que supuestamente desempeñó al lado de Epstein, la imagen de esta figura social de las altas esferas británicas está rodeada de misterio y especulaciones, ya que se encontraba desaparecida desde el suicidio de Epstein.
Una vida de altos vuelos
Nacida el día de Navidad de 1961 cerca de París, aunque de nacionalidad británica, es hija del multimillonario de la comunicación Robert Maxwell, por lo que desde su infancia formó parte de la ‘jet set’. Formada en un exclusivo internado y en la Universidad de Oxford llegó a entablar amistad con el príncipe Andrés.
A la muerte de su padre, en 1991, Ghislaine se instaló en Nueva York, donde conoció a Epstein y casi de inmediato comenzó una relación muy estrecha con él, de pareja y también como administradora de sus propiedades. Sus redes de contactos le permitieron presentar a Bill Clinton y al Duque de York (inicialmente acusado en la investigación) al propio multimillonario.
Varios perfiles escritos sobre ella destacan “su educación y gusto” y su capacidad de “llevar una casa y entretener”. “Eso no se puede comprar, ni tampoco sus contactos”, señalaba un conocido suyo en un reportaje del Daily Telegraph.
Pero su ligazón a Jeffrey Esptein no era únicamente de gestión de propiedades. Varias de las denunciantes del magnate revelaron que Maxwell jugó un papel clave en el contacto de las menores. “Ghislaine controlaba a las chicas. Era como la madame”, llegó a afirmar Sarah Ransome, una de las víctimas, en declaraciones a la BBC.
“Sabía lo que le gustaba a Jeffrey. Trabajó y ayudó a mantener el estándar de Jeffrey intimidando, intimidando a las chicas, así que esto fue un esfuerzo conjunto”. La misma denunciante señaló que la compañera de Epstein le visitó en su isla privada que ambos tenían en el Caribe “para asegurarse de que las chicas estaban haciendo lo que se suponía que debían hacer”.
Intentaba hacerse amiga de las menores
Como recoge la edición estadounidense de The Huffington Post, los fiscales apuntan que Maxwell se habría intentado hacer amiga de las víctimas llevándolas al cine o de compras. Los investigadores señalan que también intentaría normalizar el abuso sexual a su alrededor mientras pagaba viajes y otros gastos de las menores, lo que habría provocado que las víctimas “se sintieran en deuda”.
Las escasas apariciones o declaraciones de Ghislaine en los últimos tiempos han sido para negar rotundamente cualquier implicación en el abuso de menores. Y, como todo personaje rodeado de incógnitas, su paradero reciente siempre ha estado en duda. Brasil, Francia, Estados Unidos... “Realmente, ¿quién podría saberlo?”, señaló Lisa Bryant, directora de la docuserie de Netflix Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico, a Esquire.