Las caras, Juan, las caras: los gestos que ha dejado la loca votación de la reforma laboral
Ni las mascarillas conseguían tapar lo que han sentido los diputados en unos minutos inolvidables.
La votación para la aprobación de la reforma laboral quedará para la historia del Congreso. Un voto erróneo (por fallo técnico, como denuncia el PP, o humano) de un diputado popular ha sacado adelante el texto. Y, de paso, ha dado pie a un jaleo que dará mucho que hablar.
La votación ha revelado un ajustadístimo 175 a favor y 174 en contra, unas cuentas con las que no se contaba, porque se preveía el ‘sí’ de dos diputados de UPN que hubieran dejado las cuentas en el 176-173 previsto hasta minutos antes.
Los números han extrañado a todos, también a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que se ha confundido al leer los datos y ha anunciado que el texto quedaba revocado al haber más ‘noes’ que ‘síes’.
Unos segundos después, ha rectificado: ganaba el sí. Y de golpe, la euforia del bando conservador se ha tornado en euforia del Gobierno de coalición y sus bancadas, una vez han comprobado que el texto salía adelante.
El show no había terminado. Ante el lío, Cuca Gamarra, portavoz del PP, ha pedido la palabra para quejarse de un fallo técnico, pero Batet no se la ha dado, lo que ha generado gritos de “tongo” y “dictadura” entre los diputados populares.
Un espectáculo de nervios, gestos y caras, muchas caras que no se van a olvidar.