Geografía del pacto (versión post 26-M)
Así juegan los partidos la partida de los pactos tras la ‘segunda vuelta’
Alegrías, lágrimas, flashes, silencios, nervios, rabietas, decepciones, victorias y derrotas. Los sentimientos se van digiriendo 48 horas después de las elecciones del 26-M y se van perfilando las estrategias globales con la vista puesta en la gran joya de la corona: La Moncloa.
Todas las cartas ya están repartidas tras el 26-M y el reloj parado de las negociaciones a nivel nacional se reactiva de nuevo... pero marcado también por la ‘segunda vuelta’ que han supuesto las elecciones europeas, municipales y autonómicas. La sesión de investidura de Pedro Sánchez podría tener lugar a finales de junio o principios de julio, según los planes que maneja por ahora La Moncloa.
Con esto a las espaldas, Pedro Sánchez ha lanzado un mensaje claro este martes. Primero a Pablo Iglesias: que reconsidere su idea de un Gobierno de coalición. Tiene más convicciones hoy de formar un Ejecutivo socialista en solitario con la incorporación de independientes, según ha declarado a los periodistas en Bruselas.
Además, ha pedido que reconsidere también su estrategia al líder de los naranjas, Albert Rivera. Sánchez, como ya hizo la noche del 26-M, le ha planteado que levante el “cordón sanitario” contra el PSOE y le ha advertido de que en el resto de Europa no se comprende que pueda llegar a pactos con la ultraderecha. Y esto lo ha lanzado nada más reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, y tras su cena este lunes en París con Emmanuel Macron.
Y en estas dos jornadas de resaca se ha clarificado que el PSOE está más fuerte -gracias a su contundente victoria en las europeas y en las locales, a pesar del palo de Madrid-. Sánchez se ha impuesto en las cuatro elecciones en un mes, incluso subiendo en porcentaje de apoyo en las europeas y locales respecto al 28-A. Además, los socialistas fueron la fuerza más votada en diez de las doce autonomías.
La huida hacia adelante de Iglesias
Su potencial socio, Podemos, se ha dado, en cambio, un revolcón en las urnas y sale todavía más tocado que hace cuatro semanas. Esto hace que los socialistas reivindiquen ahora con más fuerza su idea de un Gobierno en solitario. La reacción tras los comicios de Unidas Podemos y de su líder, Pablo Iglesias, ha sido la de una huida hacia adelante. A pesar de que el líder está muy cuestionado internamente y especialmente en las urnas, este lunes volvió a reclamar entrar en un Gobierno de coalición.
Y no solo entre los socialistas se le hace ver esta debilidad, sino que al propio Iglesias se lo han trasladado desde Podemos Andalucía, que no quiere ese Ejecutivo con el PSOE. El líder ‘morado’ sabe que tiene que escuchar lo que le llega desde el sur, después de que sólo haya resistido José María González ‘Kichi’ en Cádiz, además de Joan Ribó (Valencia), de los llamados ayuntamientos del cambio.
Tras su reclamación de seguir entrando en el Gobierno de Iglesias este lunes, este martes le ha tocado el turno de palabra a Irene Montero, que ha señalado que este Ejecutivo estatal “tiene que hacerlo el PSOE, pero no puede hacerlo solo”, por lo que ha asegurado que “necesita alianzas” y que “debería mirar a la izquierda”. “La gente no quiere que el PSOE en las elecciones dijera que haría un Gobierno mirando a la izquierda y termine haciéndolo mirando a la derecha y a Ciudadanos, ya se lo dijeron que con Rivera no”, ha señalado. Por cierto: la agenda de medios de Podemos este miércoles está vacía.
Este martes, sin embargo, ha habido un paso muy importante en sentido contrario: el coordinador de IU, Alberto Garzón, aliado con Iglesias electoralmente, ha dicho que su partido está abierto a llegar a un acuerdo programático con el PSOE sin exigir entrar en el Gobierno. Es decir, existe la posibilidad de esa vía ‘portuguesa’ (el socialismo en el Ejecutivo apoyado parlamentariamente por la izquierda).
Presión (transfronteriza) del PSOE a Cs
En las últimas horas, el PSOE está centrando muchas fuerzas en presionar a Ciudadanos y buscando potentes aliados allende los Pirineos. Pedro Sánchez, cenó este lunes por la noche en París Emmanuel Macron, el referente de Cs fuera de nuestras fronteras.
Una cena en la que dejaron clara su intención de un pacto entre socialistas y liberales europeos que pueda copar los principales cargos de la Unión Europea frente a la derecha, que ha capitalizado en las últimas legislaturas los principales estamentos del poder. Asimismo, en ese encuentro los líderes español y francés ratificaron su intención de hacer frente común contra la ultraderecha.
Esto, en el ambiente nacional, se entiende como un mensaje claro a Albert Rivera ante las posibles alianzas con Vox, que sería necesario por ejemplo para la investidura en la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso (PP). Ya llegó hace unas horas un recadito vía Manuel Valls, dispuesto a romper con Cs si fragua a acuerdos con los de Santiago Abascal.
Sánchez lo ha querido dejar muy claro desde Bruselas y ante la prensa continental: “En Europa no se entiende que un partido que se autodefine como liberal se apoye en la ultraderecha para conformar gobiernos”. Y le ha pedido quitar el cordón sanitario al PSOE. Es decir, que facilite gobiernos regionales y que se abstenga en la investidura para no tener que depender de los independentistas.
En el caso de Madrid, como ha revelado Esther Palomera en El HuffPost, los socialistas explorarán la posibilidad de que Ángel Gabilondo logre la Comunidad mientras que podrían apoyar a Begoña Villacís en el Ayuntamiento.
Los ‘naranjas’ y las duras condiciones a los barones del PSOE
Sobre el tablero hay muchos factores, pero, por ejemplo, este martes los ‘naranjas’ han levantado su veto al PSOE, a nivel autonómico, y se han abierto a posibles pactos con los barones socialistas, pero poniendo duras condiciones como que “renieguen” de la política territorial de Pedro Sánchez de supuestos pactos con “separatistas y populistas” y acepten la aplicación del 155 en Cataluña. Unas exigencias que parecen puestas para que no haya acuerdos.
Esta es una de las conclusiones de la primera reunión de la comisión de pactos constituida por Cs y cuyos resultados ha explicado el ‘número dos’, José Manuel Villegas, persona de máxima confianza de Albert Rivera. Por el momento, la versión oficial de Ciudadanos señala que no prevé negociar con Vox gobiernos autonómicos ni locales y que la preferencia es el PP, con fórmulas ‘a la andaluza’.
El ‘número dos’ naranja tiene previsto tener reuniones con el ministro socialista de Fomento José Luis Ábalos y con representantes del PP, por separado, para encarar esos pactos. Se estudiarán caso a caso, aunque se han enfriado hoy las posibilidades de dar a los socialistas gobiernos como Aragón y Castilla y León.
¿Y el veto a Sánchez acordado antes del 28-A? Villegas ha insistido antes de que hablara el presidente en Bruselas en que no va a pactar “en ningún caso” con el líder del PSOE y que se cumplirá su compromiso de que sus votos no sirvan para hacerle presidente, “ni por activa, ni por pasiva”. “Vamos a ser la oposición a ese (futuro) Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias”, ha apostillado.
Ruido interno en el PP
Mientras el PP trata de amarrar las comunidades y los ayuntamientos que pueda: con la obsesión principal de Madrid. El líder popular, Pablo Casado, ha dicho que quiere a Cs como “socio prioritario”, sin cerrar la puerta a Vox.
Todavía colea que este lunes Casado no definiera a Vox como ultraderecha después de su viraje al centro y que dijera que el partido no se había movido. Estas palabras han provocado malestar entre algunos barones, que lo comentaron tensamente en la posterior comida. No obstante, en Génova todavía respiran al no haber sido ‘sorpassados’ por Cs.
¿Y Vox? El partido de Santiago Abascal perdió la mitad de sus votantes en un mes, pero será trascendental para el bloque de la derecha si quiere lograr puntos clave como Madrid. Los ‘verdes’ no quieren que pase como en Andalucía y exigen un trato de mayor relevancia y entrar en los Ejecutivos.
El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ha advertido a Cs de que en ningún caso apoyarán a los partidos que se nieguen a sentarse a hablar con ellos, y ha exigido “respeto” para sus votantes.
Los españoles ya han hecho su tarea en las urnas, ahora los deberes los tienen que completar los políticos. Asignatura: Geografía de pacto.