Genómica y Big Data, grandes aliados para la oncología de precisión
Hoy es el Día Mundial contra el Cáncer
En España se detectan anualmente unos 250.000 nuevos casos de dolencias oncológicas de carácter invasivo, según datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN). Una cifra elevada que mantiene a los clínicos alerta ante cualquier indicio o sospecha, pero también ante cualquier técnica de diagnóstico o terapia novedosa que aparezca en el entorno científico sanitario.
La medicina personalizada, por ejemplo, lleva años revolucionando a los especialistas en oncología, que son conscientes de que ningún tumor es igual a otro y de que, por tanto, los tratamientos deben adaptarse a ellos y a las particularidades propias de cada enfermo para conseguir mejores resultados.
A través de la oncología de precisión es posible detectar cuáles son las mutaciones o alteraciones genéticas que han generado un determinado tipo de cáncer. Detectarlas de forma precoz y tomar la delantera con terapias personalizadas es determinante para ganar la partida. Para ello son útiles los test genómicos, cada vez más coste efectivos y menos invasivos. Las llamadas biopsias líquidas, como OncoSELECT, ofrecen un análisis exhaustivo de las características de un tumor con una simple muestra de sangre, y son válidas para algunas de las variantes más habituales: cáncer de pulmón de células no pequeñas, cáncer de colon y cáncer de mama.
Tampoco debemos perder de vista las bondades del Big Data, un sector inmenso que crece y que mejora sus resultados cada segundo que pasa a nivel mundial y al que la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha hecho un hueco importante en sus grupos de trabajo. Desde esta entidad se ha visto con claridad la utilidad de las nuevas herramientas que este campo ofrece, específicas para su disciplina, para generar información real de calidad que permite conocer datos epidemiológicos aplicables a pacientes. Pero también de eficacia terapéutica, de costes y de resultados en salud.
Enfocado al ámbito oncológico, existen plataformas bioinformáticas que han dado un paso más en este campo, que son personalizables y que integran e interpretan resultados de cualquier tecnología genómica, datos de patología molecular, estudios de expresión e información clínica... Un ejemplo es el sistema OncoKDM, que forma parte de la denominada Data Driven Medicine (o medicina basada en datos) capaz de procesar esta información, organizarla e interpretarla, ayudando a los oncólogos a determinar un tratamiento diana para cada uno de sus pacientes.
A través de esta plataforma, los oncólogos pueden obtener información útil y comprensible a partir de la introducción de datos sin procesar, directamente desde el laboratorio. Por otra parte, pueden compartir y obtener conocimiento de otros profesionales de otras partes del mundo que también estén conectados a la misma red, consiguiendo así nuevos puntos de vista, y siempre manteniendo el anonimato de sus pacientes, como marca la normativa.
Estos nuevos softwares permiten trabajar a los clínicos sin desperdiciar ni uno solo de los datos recabados, que crecen a un ritmo vertiginoso y que, si no se gestionan de forma ordenada, pueden generar más ruido que información. Indudablemente, mejorar los procesos médicos también mejora la atención al paciente, un aspecto crucial para nosotros y por el que trabajamos cada día, y, sobre todo, para aquel que está sufriendo una dolencia oncológica y para todos los que le rodean.
Hoy, Día Mundial Contra el Cáncer, es un buen momento para recordar a todos aquellos que sufren esta patología que no están solos, que día tras día hay multitud de investigadores que trabajan para erradicar la enfermedad. Que aparecen importantes novedades tecnológicas, diagnósticas y terapéuticas que mejoran las tasas de supervivencia y facilitan en mayor medida la vida diaria del paciente. Que poco a poco va mejorando el acceso a nuevas tecnologías y tratamientos.
El objetivo, además de mejorar la supervivencia y calidad de vida del paciente, debe pasar por lograr que cualquier enfermo y cualquier clínico pueda optar, independientemente de su capacidad económica o lugar en el que viva, a las mejores y más efectivas opciones terapéuticas.