Francia reconoce una matanza policial racista 60 años después
Centenares de argelinos fueron apaleados, tiroteados, ahogados. Macron admite ahora aquel “crimen imperdonable”.
Un “crimen imperdonable”. Así describió este domingo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, la sangrienta represión policial ocurrida el 17 de octubre de 1961, hace justo 60 años, en la que varias decenas de manifestantes argelinos fueron asesinados por las fuerzas de seguridad en las calles de París.
La matanza comenzó con una manifestación pacífica convocada por el Frente de Liberación Nacional contra el toque de queda declarado sólo para la población argelina de París, unas 150.000 personas. Faltaban sólo cinco meses para que finalizara a guerra por la independencia de Argelia, iniciada siete años atrás.
El temible jefe de la Policía de París, Maurice Papon ―antiguo colaborador nazi en los traslados de judíos a los campos de exterminio―, el mismo que había impuesto el toque de queda contra los musulmanes, ordenó también la aniquilación de la marcha.
La carga policial dejó entre 50 y 200 muertos, según fuentes, así como cientos de heridos y desparecidos, dado que los cuerpos de algunas víctimas fueron directamente arrojados al río Sena.
Además, y como recuerda el Elíseo en un comunicado, “cerca de 12.000 argelinos fueron arrestados y trasladados a centros de clasificación en el Estadio Coubertin, el Palacio de Deportes y otros lugares”. La marcha fue reprimida “con brutalidad, con violencia y con sangre”, señala la nota.
Este pasado sábado, el presidente de Francia guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas en el puente de Bezons, cerca de Nanterre, de donde salieron muchos manifestantes ese día. “Los crímenes cometidos esa noche bajo la autoridad de Maurice Papon son imperdonables para la República”, manifestó el mandatario, rodeado de familias de los supervivientes.
“Francia mira con lucidez toda su historia y reconoce las responsabilidades claramente establecidas. Se lo debe a sí misma, a todos aquellos que combatieron en la guerra de Argelia y en particular a su juventud, para que no se encierre en conflictos de recuerdos y construya, en el respeto y el reconocimiento de cada uno, su futuro”, concluye la nota del Elíseo.
La ‘ratonnade’ en la que se ordenó a la Policía “emplearse a fondo”
Hace 60 años, sólo el diario comunista L’Humanité se hizo eco del brutal episodio, pero con el tiempo se ha demostrado que aquella matanza fue “uno de los acontecimientos más siniestros de la historia contemporánea de Francia”, tal y como lo describió el diario El País hace treinta años.
En dicho artículo se explica que “más de 200 inmigrantes argelinos fueron cosidos a tiros, apaleados hasta la muerte o ahogados en el Sena por los funcionarios del orden” en una “caza de árabes” que, popularmente, se conoció como la gran ratonnade —raton, en el argot racista francés, hacía referencia a los magrebíes—.
Según relata El País, que cita sendos libros de Jean-Luc Einaudi y Anne Tristan para reconstruir los hechos, Papon ordenó a la policía “máxima rapidez” y “máxima dureza” en la represión. “Pueden emplearse a fondo. Yo les cubro”, les dijo. En su libro La batalla de París, Einaudi recoge el testimonio de un turista norteamericano que aquel día fue “apaleado salvajemente” porque tenía aspecto de magrebí, y que recuerda que “los cráneos estallaban en las calles de París bajo los gruesos palos de los policías”.
Las palabras de Macron no sientan bien a la (ultra)derecha
De vuelta a la actualidad, resulta que no todo el espectro político francés condena por igual esta matanza, y las palabras de Macron admitiendo el crimen han causado gran revuelo. Desde los partidos de izquierda se ha reconocido que el presidente francés aceptara la responsabilidad histórica de la Policía parisina, mientras que la derecha ha recordado los crímenes del Frente de Liberación Nacional y criticado lo que han descrito como una política de “arrepentimiento unilateral”.
Por ejemplo, la candidata presidencial de centroderecha Valérie Pécresse, ha reprochado a Macron que no recordara “a los 22 policías asesinados por el FLN, el mismo año, en 1961”. Pécresse ha matizado que “eso no excusa la masacre del del 17 de octubre de 1961, pero la memoria se basa en la verdad”, según la presidenta de la región de la Isla de Francia.
La candidata de la ultraderechista Agrupación Nacional, Marine Le Pen, ha ido más allá al asegurar que “estos constantes arrepentimientos son insoportables”. “Mientras Argelia nos insulta todos los días, Emmanuel Macron sigue menospreciando a nuestro país”, ha escrito en su cuenta de Twitter.
También la diputada de Los Republicanos, Michèle Tabarot, ha manifestado en declaraciones recogidas por Le Figaro que Francia “no tiene por qué someterse a los requerimientos del régimen argelino: criminalizar nuestra historia es un error, y el arrepentimiento unilateral también”.
“Es hora de reconocer el 17 de octubre como un crimen de Estado”
Por el contrario, la diputada de Europa Ecología Los Verdes, Esther Benabassa, ha considerado que las declaraciones de Macron son un paso adelante “pero siguen siendo insuficientes para reparar los recuerdos heridos”, y manifestado que “es hora de reconocer el 17 de octubre como un crimen de Estado”.
El diputado de Francia Insumisa Alexis Corbière ha pedido exactamente lo mismo en una columna publicada por el Journal du Dimanche.
“Nuestro país atraviesa un momento de agitación cuando el revisionismo más odioso asoma la cabeza, para minimizar o negar los crímenes de Vichy o los del colonialismo. ¿Qué mejor manera de cortar de raíz estas semillas divisorias que abrir el camino a la justicia y la reparación para las víctimas del 17 de octubre de 1961?”, se ha preguntado.