Francia mantiene contactos con Bruselas para permitir el desembarco del buque de Open Arms
“Sabemos que esto se va a resolver en algún momento, pero preferimos ser cautos”, dicen en la ONG catalana.
Malta, no. Italia, no. España, no. Los tres países mediterráneos, posibles puertos seguros para el buque de la ONG catalana Open Arms, se han negado a permitir el desembarco de las 151 personas que siguen a bordo de la nave tras haber sido rescatadas en alta mar, y ya van 13 días. Queda otro país próximo, europeo, con costa. Es Francia. Y ahora sabemos que se está moviendo para desatrancar la situación.
Según informa el diario El País, el Gobierno de París ha emprendido contactos discretos con la Comisión Europea. “Como cada vez ante estas situaciones, Francia tiene la iniciativa y contribuye activamente a la búsqueda de una solución de desembarco y acogida de las personas socorridas a escala europea. Hay discusiones actualmente en curso, bajo la égida de la Comisión”, ha afirmado al diario un portavoz del Ministerio del Interior francés.
La información señala que el presidente galo, el centrista Emmanuel Macron, ha sido uno de los líderes europeos -además de la conservadora alemana Angela Merkel y Pedro Sánchez, el socialista español- a los que la ONG pidió formalmente ayuda a través de una carta, enviada el 7 de agosto.
Lo que quiere Proactiva es que se active en la Unión Europea una negociación para distribuir a los náufragos y conseguir que Malta o Italia permitiesen su desembarco, por ser los estados más próximos. Nadie ha hecho caso a la organización humanitaria y la Comisión, por tanto, sigue sin abrir formalmente las negociaciones. Sin una petición formal, remarcan, no pueden dar ningún paso.
Ahora, la confirmación de que algo se mueve en Francia, trae nuevas esperanzas. Algo se mueve, al menos. “España mantiene la máxima discreción, pero fuentes gubernamentales sugieren que el Ejecutivo socialista también se está implicando en este esquema”, añade El País. “Desde el primer momento estamos trabajando en una solución común europea”, argumentan dichas fuentes. Madrid rehúsa dar más detalles sobre su participación, pero asegura que participará del modelo que se pacte.
Toca ser prudentes
Desde el buque de Open Arms, su jefa de misión, Anabel Montes, ha dicho esta mañana en RNE que son “optimistas, como siempre” ante esta posibilidad de que triunfe la mediación de Francia, pero por ahora prefieren “esperar ” para que no haya expectativas “tanto en la gente que está a bordo como en la tripulación”. “Sabemos que esto se va a resolver en algún momento, pero preferimos ser cautos”, señala.
Montes explica que la situación a bordo es “bastante complicada”, cuando ya suman 13 días sin respuestas. La situación empeora por momentos porque, a la espera, se suman las malas condiciones de clima, con olas de dos metros. Los rescatados “no entienden” su situación de espera, cuando vienen de escapar de sus países y ya piensan que estando a bordo tienen la “salvación”, y esa contrariedad les hace un terrible efecto psicológica, “muy destructivo”.
En la SER, el presidente de Open Arms, Óscar Camps, ha reconocido que ya han agotado “todas las vías administrativas y legales para forzar a Italia”, pero la organización sigue intentando que los gobiernos europeos “atiendan y acojan”. Se ha mostrado muy crítico con el Gobierno español. “No tratamos de mantener viva la cuestión. Tratamos de mantener vivas a las 507 personas que están sufriendo un secuestro en medio del mar”, entre el Open Arms y los 356 del Ocean Viking. Por eso pide a Sánchez “valentía y altura política”. “Llevamos 14.000 muertos en el Mediterráneo, ¿no somos capaces de arbitrar un sistema de reparto?”, se duele.
Anoche, al menos, llegaron buenas noticias, con la evacuación de un bebé y su familia hacia Lampedusa por mar, después de un intento fallido de evacuación en helicóptero por parte del cuerpo de guardacostas malteses. El niño tiene problemas respiratorios y necesita atención urgente. Italia ha confirmado que le dará acogida.