Cómo el coronavirus ha reforzado el movimiento antivacunas
"Decir que vamos a tener la vacuna lista en días o semanas ―algo completamente falso― ha sido un caramelo para los antivacunas".
Mientras los científicos y los investigadores dedican todo su esfuerzo a desarrollar una vacuna contra el coronavirus para salvar vidas y acelerar la reapertura de las ciudades, el movimiento antivacunas se ha estado movilizando para convencer a la gente de que no se vacune. Los antivacunas han ganado peso en las manifestaciones contra el confinamiento y el distanciamiento social y han seguido difundiendo conspiraciones y desinformación a millones de personas a través de plataformas como Facebook y Youtube.
El doctor Peter Hotez lleva mucho tiempo combatiendo las falsedades de antivacunas y activistas como Robert F. Kennedy Jr., que ha extendido falsos mitos sobre las vacunas y se ha convertido en un rostro conocido para la causa. Hotez ha escrito sobre el movimiento antivacunas desde su perspectiva, como científico especializado en vacunas y padre de una hija con autismo, en su libro Vaccines Did Not Cause Rachel’s Autism (Las vacunas no le provocaron autismo a Rachel). Ahora forma parte de uno de los múltiples proyectos que existen para acabar con la Covid-19 y detener la pandemia.
La edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con Hotez, que también es decano de la National School of Tropical Medicine en la Facultad de Medicina de Houston y codirector del Centro de Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas (EEUU), para conocer el impacto del coronavirus en el movimiento antivacunas.
Usted lleva mucho tiempo desmontando conspiraciones y luchando contra la desinformación de los antivacunas. ¿En qué ha notado que ha cambiado el movimiento antivacunas durante la pandemia?
La gente tenía muchas ganas de que saliera una vacuna contra el coronavirus. Yo pensaba que se darían cuenta de cómo es vivir en una época sin vacunas en la que tu familia o tú corréis serio peligro por no estar vacunados y que eso dañaría gravemente al movimiento antivacunas. Creo que durante un mes así fue, antes de que estos descubrieran cómo reagruparse y volver a ponerse en marcha. En cierto modo, y me duele decirlo, se han avivado y han ganado fuerza.
En parte ha sucedido por pequeños errores desafortunados al hablar sobre el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus. Uno de esos errores lo cometió la Casa Blanca al llamar a su iniciativa contra la vacuna operation warp speed (operación a toda máquina), y publicar tantos comunicados de prensa de empresas tecnológicas y farmacéuticas. Creo que eso hizo mucho daño.
Dos afirmaciones que hacen los antivacunas son que las vacunas causan autismo (me he pasado años refutándolo) y que no se comprueba su seguridad para que lleguen más rápido a las farmacéuticas. Llamarla operación a toda máquina y decir en comunicados de prensa que vamos a tener la vacuna lista en días o semanas ―algo que es completamente falso― ha sido un caramelo para el movimiento antivacunas. Eso me fastidia bastante.
Dio bola a la conspiración de que las vacunas no pasan controles de seguridad y que no sabemos qué efectos provocan.
Eso fue un gran regalo para RFK Jr. La otra vía por la que se ha avivado el movimiento es muy interesante. Más o menos en 2015, el movimiento antivacunas de Estados Unidos pivotó hacia la derecha política. Empezaron a recibir donaciones del Tea Party y crearon grupos de acción política que normalmente llevan las palabras “decisión” o “libertad médica” en el nombre. [El teórico de la conspiración] Alex Jones empezó a hablar sobre ellos y RFK Jr. apareció en la cadena conservadora Fox News. Ahora hay grupos de extrema derecha y grupos libertarios incumpliendo las órdenes de distanciamiento social y manifestándose en las capitales del país. Se les están uniendo los antivacunas y está naciendo una desagradable alianza entre estos y los que protestan por el distanciamiento social.
¿Ha notado que hayan surgido nuevos referentes en el movimiento o es en su mayoría el mismo grupo que antes?
Claramente RFK Jr. es uno de ellos. Su grupo, Children’s Health Defense (Defensa de la salud de los niños) nació en otoño de 2018, de modo que ya lleva dos años en marcha, pero ha ganado fuerza, influencia y financiación. Ahora su discurso está centrado contra Bill Gates y [Anthony] Fauci. Están pregonando cualquier teoría de la conspiración que se les ocurre. Es divertido, me han catalogado como OG villain. Tuve que buscar su significado. Es algo así como el gran villano.
Bueno, de todo lo que le podrían llamar, eso no está mal.
Desde luego.
Hemos visto con el sarampión cómo un pequeño grupo de personas sin vacunar puede provocar un desastre en la salud pública. ¿Será así cuando tengamos la vacuna del coronavirus? Si hay pequeños grupos de gente que se niega a vacunarse, ¿será mucho más difícil detener el virus?
Acabamos de empezar a colaborar con el diseñador de modelos matemáticos para vacunas y economista de la salud Bruce Lee. Estamos haciendo un esfuerzo para analizar el porcentaje de personas que deben estar vacunadas para detener la transmisión.
Este porcentaje dependerá del número reproductivo básico del virus y de la eficacia de la vacuna, pero vamos a elaborar un modelo de esa situación porque es algo que hace falta saber. Para el sarampión hace falta un 95% de vacunación de la población para crear una inmunidad de rebaño. ¿Es eso lo que necesitamos para este virus? Se ha hablado de cifras del 60% o 70%, pero ya veremos con una vacuna. Esa va a ser una cuestión importante. ¿Qué pasará si hay mucha gente que tiene miedo de la vacuna por lo que se está diciendo y deciden esperar para ver si se la ponen o no?
Aparte de las teorías de la conspiración más disparatadas, como la de que Bill Gates quiere inyectarnos un microchip para controlarnos a todos, ¿percibe errores comunes o malentendidos entre la gente sobre cómo funciona una vacuna o cómo llegará?
A veces te despiertas por la mañana y se te mete una idea en la cabeza. De repente comprendí de dónde viene esta esperanza de tener una vacuna lista para otoño, que no es realista, y el porqué del lenguaje que rodea a la vacuna. Creo que se debe a que personas como el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, piensa que es un simple problema de fabricación. Estas personas creen que el problema con la vacuna es el mismo que el de la escasez de respiradores y de pruebas diagnósticas: falta de producción. La Casa Blanca ha puesto todo su énfasis en poner en marcha contratos de fabricación. En su mente, ese es el problema, pero no tienen en cuenta que es probable que muchas de las vacunas en desarrollo no funcionen ni saben que con las vacunas es necesario tomarse un tiempo suficiente para acumular suficientes evidencias que garanticen que las vacunas que funcionan también son seguras. Ahí está el cuello de botella, ese es el proceso que no se puede acelerar.
Lo que yo he intentado lograr es que la Casa Blanca y los Institutos Nacionales de Salud tracen una estrategia de comunicación y pongan a una persona al frente para explicar estas cosas. Lo que están haciendo es forzar a la gente a hacer adivinación con hojas de té y no debería ser así. Sacad a alguien y explicad la estrategia de vacunación, por qué es necesario y por qué es seguro. Esa es probablemente la mejor forma de desinflar el movimiento antivacunas.
Sé que la comunidad científica intentó recibir financiación y atraer interés para desarrollar una vacuna contra los coronavirus en 2016, pero no hubo suficiente apoyo. Imagino que ahora la situación es muy distinta. Me pregunto cómo cree que esta pandemia cambiará el modo en que se investigan y desarrollan las vacunas en el futuro.
Ahora estamos mejor. Tenemos fondos públicos y fondos privados. Suele pasar eso después de cada pandemia. Creo que esta va a ser definitiva y a partir de ahora tendremos más sistemas proactivos listos para las vacunas. Lo dije después del SARS de 2003, el H1N1 de 2009, el MERS de 2012, el ébola en 2014, el zika en 2016 y lo digo ahora. Quizás esta sea la definitiva porque nunca hemos vivido una pandemia tan perturbadora como esta.
Sin embargo, seguimos sin abordar el movimiento antivacunas de forma correcta. Ya es un movimiento globalizado, está mejor financiado y, lejos de perder fuelle con la pandemia de coronavirus, la han sabido aprovechar para salir reforzados.
Esta entrevista ha sido editada por motivos de claridad y de espacio.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.