Finlandia teme la "influencia híbrida" de Rusia: ¿en qué consiste esta amenaza?
No es la primera vez que sale esta expresión en la relación entre Moscú y Helsinki, con la OTAN de por medio.
Rusia anuncia que frena su ofensiva sobre varios puntos de Ucrania, pero la amenaza no cesa. Moscú trata de asegurarse que su enemigo no será parte de la OTAN y extiende su advertencia a otros vecinos del norte. Ya lo dejó claro Putin apenas iniciada la guerra: si Finlandia y Suecia se atrevían a entrar en la Alianza Atlántica habría “consecuencias negativas, militares y políticas”.
Las primeras horas de la invasión de Ucrania despertaron a Europa y a buena parte del mundo, ante el riesgo de que Rusia fuera más allá de este país, como lleva tiempo advirtiendo Zelenski. Y en esa reacción global, dos de las primeras naciones en moverse fueron Finlandia y Suecia, pero al menor rumor de un acercamiento a la OTAN Moscú tiró de ‘diplomacia’ pesada.
La amenaza continúa más de un mes después, aunque sin declaraciones elevadas en las últimas semanas. Eso no quita para que Finlandia, país vecino por el noroeste, asuma que Rusia es un riesgo para su seguridad nacional. Especialmente, a través de una figura que denominan “influencia híbrida”.
Pero ¿esto qué es?
El Servicio de Inteligencia de Finlandia ha publicado un comunicado donde acusa a Moscú de “obtener información de forma ilegal”, un “peligro a corto y largo plazo” para su soberanía e independencia. El país finés es miembro de la Unión Europea desde 1995, pero no de la OTAN, por lo que no podría acogerse al mentado ‘Artículo 5’ de defensa mutua atlántica en caso de ataque ruso.
Sin embargo, la “influencia híbrida” no hace referencia tanto a una potencial ofensiva militar al uso, sino a la utilización de otras técnicas. Se utiliza habitualmente el concepto “guerra híbrida”, como la mezcla de estrategias militares con otras que incluyen desde el fomento de la violencia en un territorio como las actuaciones en ámbitos económicos, políticos, diplomáticos o de inteligencia. El valor de la información y la desinformación juega aquí un papel fundamental; la guerra por el ‘relato’ que tanto está dándose en la invasión de Ucrania.
Europa vive inmersa en estos conceptos. El conflicto humanitario entre Polonia y Bielorrusia con la utilización de miles de migrantes en la frontera es una buena muestra de cómo intentar desestabilizar otro estado.
El jefe del Servicio de Inteligencia finlandés, Antti Pelttari, ha indicado este martes que “toda la sociedad finlandesa debe estar preparada para las distintas acciones con las que Rusia quiere influir en la toma de decisiones de Finlandia sobre la cuestión de la OTAN”. El Kremlin, obviamente, ha rechazado las acusaciones, que califica como “infundadas”.
Actualmente, explican las fuentes de inteligencia en su informe detallado, no se han observado cambios significativos en las acciones de Rusia contra Finlandia, porque “los recursos rusos están muy ligados a Ucrania”, pero el Gobierno nacional no rebaja la alerta. “La policía de seguridad estima que es probable que Rusia amplíe sus operaciones cibernéticas y de información al oeste de Ucrania. Por tanto, es probable que las operaciones contra Finlandia también aumenten en los próximos meses”.
Hablan, por ejemplo, de la vinculación rusa en la perpetración de actos violentos indirectos, sin actuar de forma presencial. “Actos violentos, para los cuales la inteligencia de Rusia también se ha preparado en la última década en los países de la UE. Hay pruebas claras, por ejemplo, de la inteligencia militar rusa en la destrucción de arsenales en la República Checa y Bulgaria, y de asesinatos e intentos de los servicios de seguridad e inteligencia rusos en Alemania y el Reino Unido”.
La OTAN ya lo señalaba hace años
Estas cuestiones son las que teme Finlandia, pero tampoco vienen de nuevas. La propia OTAN se hacía eco en 2017 de la “influencia híbrida” rusa y las lecciones que dejaba el contexto finlandés. De esa publicación se recoge que, ya entonces, Rusia estaba usando “una estrategia de ‘palo y zanahoria’, a menudo de manera extraoficial e indirecta, para ejercer influencia y señalar el potencial de políticas más negativas”.
La OTAN, en su publicación sobre Finlandia, añadía que “más allá del poder militar, Rusia utiliza cada vez más una multitud de otros medios para presionar a otros (estados), tanto en tiempos de guerra como de paz”. Por ello, “teniendo en cuenta la amplitud de las acciones de Rusia, es de suma importancia que Finlandia invierta en dos cosas por encima de todo: en el fortalecimiento de su propia sociedad y en la cooperación internacional”, cerraba su artículo.
Finlandia no está sola. En otro frente, a comienzos de marzo, la también ‘amenazada’ Suecia denunció que cuatro cazas rusos habían violado su espacio aéreo. “A la luz de la situación actual, nos tomamos el incidente muy en serio. Es una acción poco profesional e irresponsable por parte de Rusia”, explicaba el jefe de la Fuerza Aérea sueca, aunque el incidente no fue a más.