Elecciones S.A.
Ocho de cada diez euros que reciben los partidos son públicos y la segunda repetición electoral en cuatro años aumenta el gasto
Ocho de cada diez euros que reciben los partidos políticos proceden de las arcas del Estado. El bolsillo común volverá a subsidiar los gastos electorales este 10-N, la segunda repetición electoral en cuatro años para la que el Gobierno ha habilitado cerca de 140 millones de euros, como hizo el 28 de abril.
Los españoles no solo valoran a los políticos como su segunda preocupación tras el paro, según el CIS, sino que, además, tienen que pagar las consecuencias de la inestabilidad que provocan. La preocupación por la falta de acuerdos y por la falta de acuerdos ha subido en un mes 12 puntos. En septiembre, solo el 1% lo citaba como principal problema, ahora es el 13%.
Se ha convertido en la sexta preocupación en la escala que el CIS elabora en cada barómetro, por detrás del paro, los políticos, los problemas económicos, la corrupción y la sanidad.
El Gobierno decreta el precio en el BOE. La noche electoral del 28 de abril, los tesoreros de los partidos sacaron la calculadora con los resultados delante: 21.167,64 euros por cada escaño que lograron en el Congreso de los Diputados y en el Senado -igual que en 2015-. Solo por eso, los socialistas se embolsaron 5.186.071 euros, los populares 2.561.284. Por detrás, Ciudadanos (1.291.226), Unidas Podemos (740.867,4) y la ultraderecha de Vox, con poco más de medio millón (508.023).
El montante, sin embargo, no acaba ahí. Los partidos también sumaron 0,81 euros por cada uno de los votos que tuvieron las candidaturas al Congreso en las que al menos uno de sus miembros consiguió escaño. Y 32 céntimos por cada papeleta que lograron los candidatos que ocuparon asiento en el Senado -las listas en la Cámara Alta son abiertas-.
Fuentes de Interior, confirman que los partidos que obtuvieron representación en abril ya han recibido un adelanto del 30% de la subvención por gastos electorales.
Una vez presentan un aval, que según Interior solo han enviado cuatro partidos, las formaciones ingresan el importe restante hasta cubrir el 90%.
El otro 10% lo recibirán cuando la Comisión Mixta formada entre el Congreso y el Senado que salga el 10-N emita otro informe definitivo.
Doble repetición, doble coste
Al igual que pasó en 2015, el fracaso de las negociaciones entre los líderes políticos para alumbrar un Gobierno ha vuelto a bloquear el país con el mismo resultado que hace cuatro años: otras elecciones. Aunque en esta repetición, a diferencia de la de 2016, el Ejecutivo ha lanzado un decreto más modesto de subvención de gastos electorales.
Tras aquel regreso a las urnas se cambió la normativa para abaratar costes en caso de que haya que volver a repetir unas elecciones por falta de acuerdo entre los líderes políticos (también se redujeron los días de campaña).
Los partidos recibirán 6.350 euros menos por escaño en Congreso y Senado que en abril (14.817,35 euros). 24 céntimos menos por cada papeleta que consigan las candidaturas que sitúen a un integrante como parlamentario (0,57) y 10 menos por cada voto que consigan los candidatos que lleguen al Senado (0,22).
A pesar de las subvenciones por gasto electoral, todos los grandes partidos gastan más de lo que reciben. Por ejemplo, en 2016, el último año con las cuentas de gastos electorales consolidados, el PP y el PSOE perdieron 820.012 y 1.059.000 euros respectivamente. Ciudadanos igual: 1.391.000 de euros. Y Podemos 27.481.
Esto fue lo que recibieron ese año, según las cuentas que los partidos tienen subidas en sus portales de transparencia y que incluyen los resultados de las municipales, autonómicas y generales de 2015 :
- PSOE: 26.974.885,43 €
- PP: 14.781.089 €
- Ciudadanos: 6.041.628,86 €
- Unidas Podemos: 4.587.430 €
Más dinero público...
Para obtener financiación pública, un partido político debe acreditar que está al corriente de sus obligaciones tributarias. Si no las presenta ante el Tribunal de Cuentas -el órgano que fiscaliza su actividad económica- y las hace públicas, la ley prevé la retención de las subvenciones.
Los tesoreros escudriñan con mucho interés las encuestas. El subsidio por los gastos electorales depende de lo que dicten los españoles en las urnas. Pero los partidos también reciben dinero público en concepto de gastos ordinarios de funcionamiento -estatal y autonómico- y por la actividad de los grupos parlamentarios en las Cortes y en las Asambleas autonómicas.
Cada concejal y representante en cabildos y diputaciones cuenta. La Administración les subvenciona por ellos y, además, por los gastos de seguridad: por ejemplo, poner alarmas en sus sedes.
En febrero, el Consejo de Ministros fijó, de acuerdo a la Ley de Financiación de Partidos Políticos, 52,7 millones de euros para sufragar su funcionamiento. Lo hizo con los resultados de las elecciones de junio de 2016 como referencia. Por lo que el PP -con 17,4 millones- y el PSOE -con 10,8 millones- son las fuerzas que más reciben. Tras ellos, Podemos y Ciudadanos con casi 7.130.000 y 6.348.000 de euros respectivamente.
Estas son las cantidades de dinero público que se embolsaron los principales partidos en 2018, según la información publicada en su web y avalada por el Tribunal de Cuentas.
- PP: 40.297.664 €
- PSOE: 37.017.712 €
- Unidas Podemos: 18.844.959 € *Datos del ejercicio 2017
- Ciudadanos: 12.743.157,89 €
- Vox: En el ejercicio 2018 no declara ingresos públicos, ya que no tenía representación.
... Y privado
Todos los grandes partidos consiguen dinero más allá del Estado. A través de las cuotas de afiliados, préstamos, créditos, herencias y donaciones, las formaciones intentan mejorar sus balances. También suman los beneficios que puedan generar por gestionar su propio patrimonio, como arrendar sedes o hacer negocio con ellas para todo tipo de eventos.
En 2018, los partidos declararon estas cantidades de ingresos más allá del Estado, según los estadios presupuestarios de sus páginas web. La mayoría, corresponden a los militantes:
- PSOE: 30.527.602 €
- Cuotas de afiliados: 10.289.492 €
- Aportaciones de cargos públicos: 8.099.203 €
- Otras aportaciones de afiliados, adheridos y simpatizantes: 19.760 €
- Donaciones: 158.879 €
- Otros ingresos de la actividad ordinaria: 11.960.267 €
- Cuotas de afiliados: 3.625.378 €
- Aportaciones de cargos públicos: 2.324.669 €
- Donaciones: 47.932 €
- Otros ingresos de la actividad ordinaria: 1.930 €
- Cuotas de afiliados: 944.534 €
- Aportaciones de cargos públicos: 3.224.782 €
- Donaciones: 210.156 €
- Otros ingresos de la actividad ordinaria: 56.345 €
- Cuotas de afiliados: 3.234.708 €
- Aportaciones de cargos públicos: 853.124 €
- Donaciones: 19.350 €
- Otros ingresos de la actividad ordinaria 58.581 €
- Cuotas de afiliados: 1.077.751 €
- Aportaciones de cargos públicos: No tuvieron cargos públicos en el ejercicio 2018.
- Donaciones: 459.801 €
- Otros ingresos de la actividad ordinaria 20.601 €
Y con deudas...
Solo dos de los grandes partidos no tienen deudas con bancos: Unidas Podemos y Vox. El campeón de adeudos con las entidades financieras es el PSOE, que debe 32.373.537 euros. Le sigue el PP: 22.544.230 euros. Ciudadanos apenas llega a los 7.000 euros (6.852).
Microcréditos de Más País
Más País, la nueva plataforma con la que Íñigo Errejón concurre el 10-N, dice en su web que no quiere “depender ni de bancos, ni de los poderes económicos”. Por eso, desde el pasado 18 de octubre ha habilitado diferentes vías de financiación alternativa: crowdfunding, microcréditos abiertos a los ciudadanos y otras colaboraciones puntuales. Por el momento, al cierre de este reportaje (24 de octubre) han recaudado 161.800 euros.
Los verdes han optado por un modelo que ya emprendió Pablo Iglesias y que ha permitido al líder de Podemos vanagloriarse de que su partido no ha contraído deudas con ningún banco. Los morados ya han recibido por esta vía 1.948.700 de euros.
Sin acuerdo para reducir gastos
Los partidos políticos intentaron a primeros de octubre llegar a un acuerdo para eliminar la publicidad electoral y reducir el coste de la campaña. Un pacto que debían firmar cada uno por separado ante notario.
El problema es que todos los grupos lo suscribieron salvo el PNV. Y en el borrador se especificaba que o todos o ninguno, por lo que la falta de unanimidad ha dejado en manos de las propias formaciones decidir si quieren reducir gastos por su cuenta y cómo hacerlo. Lo mismo ocurrió en 2016. Los españoles pagarán de nuevo el precio de la falta de acuerdo.