El virólogo Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, ha asegurado en una entrevista en Fox News que la vacuna contra el coronavirus comenzará a estar disponible en Estados Unidos “probablemente a finales de la segunda semana de diciembre”.
El experto ha explicado que, como en España, las inyecciones se administrarán de forma jerárquica y que tendrán prioridad las personas que vivan en residencias de ancianos, personal sanitario y personas de alto riesgo.
“Creo que tendremos alrededor de 40 millones de dosis de vacuna antes de fin de año”, ha pronosticado Redfield, quien ha explicado que “eso es suficiente para vacunar a 20 millones de personas”. El proceso seguirá hasta enero y febrero y, con suerte, para marzo habrá vacunas disponibles para el público en general.
Con todo, el científico ha subrayado la importancia de que los estadounidenses sigan con las precauciones recomendadas por las autoridades.
Mientras, Moderna ha dado a conocer los resultados del ensayo clínico en fase 3 de su vacuna: tiene un 94,1% de eficacia y un 100% contra el covid-19 severo.
Por este motivo, la compañía presentará este mismo lunes una autorización para el uso de emergencia de la vacuna a la FDA, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos, y una aprobación condicional de comercialización a la Agencia Europea del Medicamento.
Si recibe el visto bueno, las primeras inyecciones podrían administrarse a partir del 21 de diciembre.
En el estudio han participado 30.000 voluntarios. Entre ellos, solo se produjeron 196 casos de covid-19: 185 en el grupo que recibió el placebo y 11 en el grupo que recibió la vacuna. Ninguno de los casos fue severo.
En el grupo de control se produjeron 30 casos graves y una muerte relacionada con el covid-19, todos ellos en el grupo que recibió el placebo.
La compañía destaca que la vacuna es segura y que las reacciones adversas más comunes son dolor en el lugar de la inyección, fatiga, dolor muscular o de articulaciones, dolor de cabeza o enrojecimiento en el lugar de la inyección.
Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
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El cuerpo de un anciano víctima del coronavirus, descansa tapado con una sábana sobre una cama en un centro de mayores en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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El cuerpo de una persona muerta por Covid, cubierta en su cama de un asilo de Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Dos empleados de una funeraria retiran el cuerpo de una víctima de COVID-19 de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Una empleada de funeraria, tratando un cuerpo, el 17 de noviembre de 2020 en Barcelona.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Un empleado del crematorio recoge las cenizas de un fallecido por covid en el tatatorio de Mémora, Girona.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS