El reto de Filmin tras petarlo en la pandemia y estrenarse con una serie propia

Clasicazos como El Apartamento, de Billy Wilder; la mayores joyas del director Wong Kar-wai; un documental sobre El Terrat, la productora de Andreu Buenafuente; el estreno de una tacada de 80 conciertos de jazz o la saga Torrente al completo. Todo ello convive en perfecta armonía en Filmin, plataforma de cine por streaming creada en España y disponible también en Portugal y México.

Filmin ya estaba ahí antes del desembarco de gigantes como Netflix. Nació en 2007, en pleno auge de la piratería. En un pequeño despacho de la distribuidora Cameo, Juan Carlos Tous, Jaume Ripoll y José Antonio de Luna decidieron ir a contracorriente y aventurarse en su creación.

“Todo parte de que teníamos una idea muy clara. Ha ido cambiando la tecnología pero lo que queríamos era hacer llegar cine a la gente a través de internet. Queríamos hacer llegar un tipo de cine que no era de las majors”, recuerda sobre aquellos tiempos De Luna, además de cofundador, director de desarrollo de negocio de Filmin.

No solo apostaron por el streaming sino por el modelo de suscripción. “Fuimos la primera empresa en ofrecerla”, apostilla. No fue hasta unos años después cuando su fórmula cuajó, pero lo hizo: en 2020 facturaron 15 millones de euros, el doble que el año anterior.

El efecto del coronavirus

La pandemia ha supuesto un antes y un después para la empresa. “El confinamiento nos provocó un incremento de consumo brutal. Todas las plataformas jugamos entonces un papel importante para llenar el tiempo”, rememora.

Esos primeros días en casa tuvieron un doble efecto para ellos. Por un lado, el aumento de consumo por parte de los que sí eran suscriptores, lo que les obligó a ampliar la plataforma: “Fue un salto tan grande que el equipo técnico tuvo que estar una semana prácticamente las 24 horas adaptándola”. Y por otro, porque llegaron a ellos nuevos usuarios, lo que también les permitió crecer.

Lo que no detallan es cuánto. Filmin declina revelar cifras de suscriptores “hasta que no los den los demás”, sus competidores.

“Lo que más orgullosos nos hace sentir es la cantidad de gente que hacía un consumo esporádico y que ahora es fiel, no han abandonado”, subraya José Antonio de Luna.

El hito de la primera serie original

2021 lo encaran con un nuevo reto: la producción propia. En marzo comenzó en Barcelona el rodaje de Doctor Portuondo, la primera serie original de Filmin, una adaptación de la novela de Carlo Padial del mismo nombre. Está previsto que se estrene en octubre.

¿A qué se debe este paso de la compañía? “Empezamos a tener un volumen y un tamaño; tenemos vocación de tener algún contenido que sea propio”, justifica De Luna. No esquiva que también se debe a un tema legal, puesto que las televisiones están obligadas a dedicar parte de sus ingresos a la financiación de obras audiovisuales: “Existe la obligación de invertir el 5% de los ingresos en producción o compra de derechos para darle forma en contenido propio”.

Como explica el director de negocio, eso no significa que Filmin siga la estela de otras plataformas hacia el contenido propio, como Netflix: “No, por estructura de la plataforma. Me encantaría disponer de los miles de millones de los que disponen. Nuestros presupuestos son los que son. Queremos ofrecer a nuestros suscriptores el mejor contenido y completarlo con producción propia”.

“Tenemos la intención de hacer nuestros pinitos, pero nuestra estrategia no pasa por ahí”, recalca. Preguntado por si hay otros proyectos en mente o en marcha contesta, entre risas: “Puede haberlos”.

Su futuro pasa por “seguir trayendo tanto pelis clásicas, como estrenos, como series” y no por centrarse en estas últimas, aunque sí es “un contenido que en los tiempos que corren el público está demandando”.

De Luna es claro: “El ADN sigue siendo el de una plataforma de cine, es el germen de Filmin”. “Desde hace mucho tiempo tenemos claro que no entramos en competencia con las grandes plataformas, que están basadas en un tipo de producto muy de series. Tenemos claro que nuestro sitio es ser un complemento. Tenemos un ADN de cine aunque complementemos con series”, insiste.

Un futuro cambiante

“Estamos en un momento muy jugoso, muy goloso, para este tipo de servicio y sabemos que van a llegar más plataformas a todos los países. Tanta oferta puede acabar volviendo a concentrarse”, reflexiona en el difícil ejercicio de sacar la bola de cristal e imaginar el futuro.

“Creo que va a haber dos movimientos: más servicios especializados (por ejemplo en terror, documentales...) y probablemente las generalistas se concentrarán. Es mi impresión viendo lo que pasó con el mundo de la música, aunque sea distinto”, pronostica De Luna, aunque “queda mucho partido”.

Filmin creció con el confinamiento —“No nos hubiera importado ir un poco más despacio y que esto no hubiera pasado”, puntualiza— pero no teme una desescalada cuando las restricciones vayan quedando atrás: “En mayo ya cuando se acabó el confinamiento creíamos que habría una bajada brusca del consumo y no fue así”.

En su opinión, “en el momento en el que acabemos con el puñetero virus creo que la gente habrá integrado las plataformas. Igual que quienes se han acostumbrado a hacer la compra online, habrá cosas que vayan a buscar en persona al supermercado pero ya tienen el hábito de comprar por internet.

Por ese motivo, es optimista: “La gente tiene ganas de volver a las salas de cine y a sus costumbres, pero sinceramente no creo que haya grandes cambios”.