Feijóo se anota otra oportunidad perdida en el momento más vulnerable de Sánchez
El líder de la oposición no saca rédito de las polémicas que cercan al Gobierno y exhibe una dureza impostada y poco certera en su cuarto cara a cara en el Senado
Sánchez vuelve a escapársele vivo a Feijóo. Ni en la situación más vulnerable del Gobierno, inmerso en la tormenta mediática de la reforma de la sedición y la rebaja de penas a condenados por agresiones sexuales tras aprobarse la ley del ‘sólo sí es sí’, el líder del PP ha logrado poner en aprietos al presidente del Ejecutivo en el cuarto cara a cara entre ambos en el Senado. Feijóo, frío y errático, ha intentado mostrar un aspecto más duro y explosivo contra el Gobierno, buscando el ansiado crédito que le erija como la alternativa real que, de facto, las encuestas le conceden. Pero ha fallado.
Auspiciado por algunos destacados titulares en la prensa de este martes, que le animaban a ser “implacable” ante Sánchez, Feijóo ha forzado su dialéctica y ha llegado a asegurar que el Gobierno “está en llamas” y “en shock”, pero Sánchez ha sabido predecir su discurso y le ha devuelto todos los golpes sin apenas esfuerzo. “Presume de ser un político previsible. Y es verdad. No hace falta más que leer las portadas de los medios conservadores para saber qué va a decir y hacer”, le ha dicho el presidente del Gobierno.
Y esa es la sensación que ha reinado en el ambiente. Como se esperaba, Feijóo ha acusado a Sánchez de negociar el código penal “con aquellos que delinquieron contra la unidad territorial”, en referencia a la reforma del delito de sedición que favorecerá a los políticos independentistas condenados por el procés. “Nosotros no pactamos presupuestos con presos ni por la unidad territorial de nuestro país”, le ha dicho el dirigente gallego.
Y, ante esto, Sánchez ha respondido con el discurso que ya venía trabajado de Moncloa: “Gobernando ustedes, aprobaron presupuestos de Artur Mas en Cataluña. En el referéndum de 2014 no hicieron nada, estuvieron a por uvas. Y en 2017, crearon una policía mal llamada patriótica para perseguir a sus adversarios políticos. A ustedes no les interesa resolver el problema de Cataluña. Ustedes confrontan territorios para arañar votos. La mayoría de españoles y catalanes quieren la Cataluña y la España de 2022, no la de 2017. Y para mí, una de las principales satisfacciones, es ver cómo en la Cataluña de hoy prima la convivencia. Y el Gobierno va a continuar esa hoja de ruta. A ustedes no les importa Cataluña”, le ha respondido.
Después ha llegado la polémica ley del “sólo sí es sí”, y Feijóo ha aprovechado el momento para decir que en España se están excarcelando a agresores sexuales “por su soberbia a la hora de legislar”. “Durante estos últimos quince días han dejado desprotegido al Estado, han dañado nuestro prestigio internacional y han demostrado que lo último que mantiene a su Gobierno es el ansia de poder”, ha dicho Feijóo.
Sánchez, que también venía con la respuesta preparada para esta cuestión, ha afeado al PP sus pactos territoriales con Vox. “Le veo muy preocupado por los derechos de las mujeres. Entonces, ¿por qué pactan con aquellos que niegan la violencia de género y la banalizan? No se puede decir que se está con los derechos de las mujeres y pactar con los que frivolizan con ello. Conocemos el resultado de la hoja de servicio de la derecha con la mujer: votar en contra de la ley del divorcio, del aborto, de la ley de igualdad entre hombres y mujeres o de la libertad sexual. Y no sólo votaron en contra, sino también las recurrieron al Constitucional. No les preocupa lo más mínimo los derechos de las mujeres”, le ha dicho.
Las balas de Feijóo no han hecho impacto en un Sánchez que ha sabido zafarse de los esperados disparos de la oposición. El líder del PP no ha sorprendido, y cuando lo ha hecho ha sido para caer en un error sonrojante. “Los diputados de Podemos no están (en el Senado)”, ha exclamado Feijóo ante la sorpresa de la Cámara Alta. Justo después, y consciente de su imprecisión, el dirigente ha matizado: “Los ministros y diputados de Podemos no están”.
Y, finalmente, ha intentado hacerse fuerte asegurando que su siguiente cita en el Congreso sería en su debate de investidura y que la ‘moción de censura’ llegará el 28 de mayo con las elecciones municipales y autonómicas “para empezar a pasar página de la pesadilla más grande que ha vivido España”.
Pero, para entonces, Sánchez ya daba por muerto el debate periódico en mano destacando el carácter previsible “que no autónomo” de Feijóo. Y así fue. El presidente del PP apenas ha sorprendido en sus ataques ni tampoco en su vehemencia incómoda fuera de la plenitud del político moderado. Una agresividad impostada y mal ejecutada que deja de nuevo a Sánchez sin heridas ni arañazos en su confrontación. Otro triunfo para el presidente y otra oportunidad perdida para el líder de la oposición.