Feijóo dice que los impuestos a banca y energéticas "no encajan en un país de la UE" cuando varios países lo hacen
Italia, Grecia, Rumanía, Portugal, Francia, Hungría...
“Vamos a ser muy cautelosos, pero, de entrada, lo que hemos escuchado no encaja en un país de la UE”. De esta manera, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, rechaza en una entrevista en La Razón los impuestos a las entidades financieras y a las empresas energéticas que el Gobierno quiere aprobar en el Congreso.
Según anunció el PSOE, se gravará a las energéticas con un 1,2% sus ventas y a la banca con un 4,8% sobre sus comisiones e intereses netos.
Pero Feijóo lo rechaza porque considera que podría afectar a la competitividad de estas empresas y bancos, y porque teme que, en un eventual recurso ante la justicia (el consejero delegado de Repsol ya lo dejó caer), el Estado tenga que devolver en el futuro ese impuesto.
Por todo eso, el presidente del PP considera que este impuesto “no encaja en un país de la UE”.
Varios países europeos aplican estos impuestos
Pero lo cierto es que impuestos a las entidades financieras y a las empresas energéticas se aplican en varios países de la Unión Europea.
Algunos, además, de reciente aprobación, como es el caso de Italia, donde su primer ministro en funciones, Mario Draghi, logró sacar adelante en marzo un impuesto “solidario extrarodinario” que gravaba el 10% de los beneficios que las empresas generadoras de electricidad, gas y petróleo obtuvieron de diferencia entre octubre de 2021 y marzo de 2022 con respecto al año anterior, siempre y cuando la cifra fuera superior a cinco millones de euros.
A este impuesto añadió posteriormente un gravamen adicional del 15%, siendo un total del 25% de lo que se gravan los beneficios extraordinarios de estas energéticas.
En Grecia, donde gobierna el conservador Nueva Democracia, miembro del Partido Popular europeo, este impuesto es muy agresivo: del 90% de los ingresos extraordinarios.
Otro país de la UE, Rumanía, aplica un gravamen del 80%.
En Bélgica, gobernado por los liberales, se trabaja desde hace meses para diseñar un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, que algunos medios apuntan a que podría aplicarse sólo si ese margen supera el 10%.
Fuera de la UE, en el Reino Unido, el gobierno de Boris Johnson anunció un gravamen del 25% sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de gas y petróleo, dejando fuera a las eléctricas.
A todo esto se suma que a principios de marzo, la Comisión Europea, en un documento publicado en su página web, recomendó como opción para rebajar los precios de la energía que los países comunitarios aplicasen “medidas impositivas temporales sobre los beneficios caídos del cielo” para así “redistribuir esos retornos entre los consumidores”.
Impuestos a la banca
En cuanto a las entidades financieras, hay varios países europeos que aplican desde hace años gravámenes especiales a la banca.
Por ejemplo, Portugal, que grava los beneficios de estas entidades desde 2011. En Bélgica se aplica al tamaño, el riesgo y la inversión de la banca; mientras que en Austria se hace sobre los activos, las inversiones y los depósitos. En Francia lo que se grava es el tamaño y la solvencia de estas entidades y en Hungría, el crédito interbancario.
Todos estos impuestos son derivados, la mayoría, de la crisis financiera del 2008.