España y Morata reinan en la locura: a cuartos de la Eurocopa tras ganar 3-5 a Croacia en la prórroga
Una montaña rusa hecha fútbol: autogol absurdo de Unai Simón, remontada croata en el descuento y una exhibición física de Morata, que marcó un gol clave.
Como resumir el funcionamiento de una montaña rusa. Así de complejo resulta contar el partido que ha llevado a España a cuartos de final de la Eurocopa tras un guion a veces loco, a veces absurdo, siempre tenso, que se resolvió en la prórroga ante Croacia con un 3-5 para los de Luis Enrique.
No faltó de nada. Hubo fútbol, mucho, pero también desconcierto. Desde el autogol casi cómico de Unai Simón a la reacción española, con remontada croata del 3-1 al 3-3 en los últimos minutos que llevó el choque a la prórroga. Y en el tiempo extra, por si faltaban ingredientes, apareció Morata. Inmenso en el juego siempre, fallón ante el gol, esta vez sacó lo mejor de sí para hacer un tanto fantástico que abrió las puertas de los cuartos.
Croacia, premio tempranero sin hacer nada
Qué lejos queda la salida en tromba de España, que ya en el minuto 1 rozó el gol. Si Gayá toca ese balón en profundidad... pero se le adelantó Livakovic, omnipresente meta croata. Pasaban los minutos, España la tocaba y Croacia esperaba agazapada. Toque a toque, se abrieron espacios. En el 15′, Koke se plantó ante el portero en el punto de penalti, pero su remate resultó demasiado inocente y demasiado centrado, al muñeco.
Pasado el 18′, Morata tuvo el 0-1 en su cabeza. Remató casi a placer a dos metros de la línea de gol pero con la mira muy desviada. Su fallido testarazo dio en el brazo de Vida, pero el árbitro no vio nada punible para desesperación del equipo español, que reclamó amargamente penalti.
Aún se lamentaba ‘La Roja’ (hoy también de blanco) cuando un minuto después una cesión muy larga de Pedri a Unai Simón acababa en autogol, uno de los más absurdos de la Eurocopa. El portero vitoriano —no se sabe si velado por el sol o qué— no controló el balón y se le coló para hacer el 1-0.
Premio a la ‘nada’ de Croacia, que hasta entonces solo esperaba. Fue ahí cuando despertó y, con Modric a los mandos, pudo hacer sangre del desconcierto hispano, con dos acciones de Vlasic y Kovacic. El ko español duró hasta bien cumplida la media hora.
De nuevo con el control del balón, los de Luis Enrique construyeron un par de buenas acciones hasta lograr el empate, de Sarabia en el 38′ y después de una jugada loca que tuvo de todo: paradón de Livakovic, un más que posible penalti y un remate certero a bocajarro del mediocentro del PSG, de nuevo a un gran nivel. Demasiadas emociones de golpe... El descanso dio aire a todos.
De los vestuarios se salió con una intención similar para la selección. Controlar el juego y dominar el ritmo del partido, con premio muy pronto. Un magnífico centro de Ferrán Torres al área lo aprovechó Azpilicueta con un cabezazo libre en el área pequeña tras ganarle la oposición a su par para poner el 1-2 en el 56′.
Tocaba otro partido. Croacia adelantó líneas y cambió su plan para asumir más balón. La calidad de los Modric, Kovacic y compañía comenzó a salir a flote y en una combinación en el área española Unai Simón salvó el empate en el 65′ con una buena mano a remate de Gvardiol.
No podía haber mejor respuesta española, con un hiperactivo Morata, sin gol por entonces pero siempre un dolor de cabeza para la zaga balcánica. No dejaba de perseguir un balón. Una acción de pillo de Ferrán Torres, que se la jugó a Gvardiol tras un balón en largo de Pau Torres, significó el 1-3 en el 77′. El del City se plantó solo ante Livakovic y definió de nota, colocada y entre las piernas del portero.
Bajón físico y moral y reacción de campeón en la prórroga
Los más confiados ya cantaban el pase a cuartos, pero quedaba mucha tela por cortar. Demasiada. En los últimos estertores de una selección casi eliminada, Orsic hizo el 2-3 en una maraña de piernas que acabó en gol fantasma en el 84′ y en el 92′ Pasalic puso el 3-3 que condenaba a la prórroga. A España le faltó sangre fría y físico para contener la última oleada croata.
Croacia sabía que podía aprovechar el golpe moral y en los primeros minutos de la prórroga apretó. Solo evitó un mal mayor una mano salvadora de Unai Simón a bocajarro en el 95′.
En un partido tan loco, pasó lo que más morbo podía generar. En el 99′ llegó no el gol, sino el golazo de Morata, que controló con mucha clase y ‘fusiló’ a Livakovic para poner en ventaja a España. Premio a su partido de lucha sin descanso. Y premio, en forma de asistencia, para un Dani Olmo que resultó vital desde que apareció mediada la segunda parte.
Cambiaron las tornas y la confusión pasó al lado croata, que se quedó aún más ko con el inmediato quinto tanto español, obra de Oyarzabal en un contrataque perfecto justo antes del descanso y también a pase de Olmo. Hasta pudo llegar el sexto, con el omnipresente Morata rondando la meta rival.
Quedaban 15 minutos, Croacia dos abajo y no podía repetirse la historia del tiempo ordinario. Budimir tuvo el 4-5 nada más comenzar la segunda parte, pero su golpeo se fue rozando el poste. No hubo apenas más concesiones y, ya por fin, no hubo más sorpresas, aunque bien pudo llegar el sexto de una selección que sale muy reforzada de esta locura de partido.
España, pese a todo, ya está en cuartos y se medirá a Francia o Suiza este viernes en San Petersburgo.