Estrellas, lluvia e ilusión: la cabalgata de Reyes vuelve a las calles de Madrid
Después de un año de ausencia, los sabios de Oriente han saludado a los más pequeños antes de su gran noche.
Vuelve la magia. Después de viajar miles y miles de kilómetros, los Reyes Magos han vuelto a recorrer las calles españolas en las cabalgatas previas a la noche más especial del año. Antes de entregar sus regalos a todas las familias, los sabios de Oriente han saludado a las miles de personas que se han congregado en las calles pese a las restricciones.
En Madrid, ni la intensa lluvia ni ómicron han podido con las ganas de los más pequeños, que han visto a Melchor, Gaspar y Baltasar en una cabalgata a la que solo podía accederse con reserva. No se han tirado caramelos, pero sí confeti de colores y la magia ha seguido muy presente. Lo demostraban las sonrisas bajo las mascarillas y los ojos vidriosos que han enfocado las cámaras de RTVE.
El gran protagonista ha sido un Dundu de más de cuatro metros llamado Julián, un ‘ser de luz’ que representa el amor y el valor de los abuelos. Él ha sido el encargado de inaugurar la cabalgata junto al Escuadrón de Caballería de la Policía Municipal y en Twitter le han sacado un parecido razonable: el muñeco de Miki Núñez en Eurovisión. Julián, han explicado desde RTVE, simboliza el reencuentro y la ilusión, después de casi dos años de pandemia. De hecho, en el escenario de Cibeles ha aparecido un segundo Dundu, más pequeño, simbolizando a su nieta Carla.
Pero Dundu no ha sido la única gran figura que se ha visto a lo largo del Paseo de la Castellana. Esta cabalgata quería reivindicar el papel científico de los Reyes Magos basándose en el Auto de los Reyes Magos, por eso un enorme telescopio para ver las estrellas, los planetas y las constelaciones ha desfilado durante todo el recorrido cortejando a Melchor, el rey astrónomo.
Algunos de esos planetas y cuerpos celestes han flotado sobre el cielo de Madrid, mientras unas bailarinas suspendidas en el aire gracias a un arnés bailaban dando paso a los tres protagonistas. Las carrozas de los sabios de Oriente se han construido sobre formas de pergaminos y papiros que representan el conocimiento de Melchor, Gaspar y Baltasar.
A los Reyes no les ha faltado compañía durante las más de dos horas que han recorrido la Castellana. Hemos visto grandes figuras representando osos polares, jirafas y un enorme elefante sobre el que bailaba un hombre vestido con con un traje oriental.
La cabalgata de Madrid también ha contado, pese a las peticiones de los animalistas de eliminarlos en estas celebraciones, con dromedarios reales que han recorrido el centro de la capital cargados con cestas de regalos.
Una vez en el escenario de Cibeles, sus majestades de Oriente han invitado a “mantener viva la ilusión” y se han mostrado felices de regresar tras un año de ausencia. Antes de empezar su noche de trabajo, los Reyes han querido hacer un regalo a todos los niños, en forma de luz: curiosidad, ilusión y fantasía.
Cabalgatas estáticas, mantecados y Baltasar ‘blackface’
Más allá de la capital, las cabalgatas de las grandes ciudades españolas han dejado imágenes memorables, para bien y para mal. En Sevilla se han lanzado miles de caramelos y Baltasar era un rostro conocido, el director deportivo del Sevilla, Monchi, que se ha pintado de negro.
En Málaga sí se han tirado caramelos, y también varios kilos de mantecados de Antequera. En la ciudad andaluza han decidido hacer una cabalgata estilo prepandemia y no ha habido restricciones de aforo. No es el caso de Bilbao, Valencia o Vigo, donde se ha optado por cabalgatas estáticas donde encontrarse con los Reyes Magos.
En Gijón y en Barcelona, los tres sabios de Oriente han llegado en barco y en la ciudad Condal han sido recibidos por Ada Colau para después recorrer las calles de la capital catalana en una carroza inspirada en el mar. También se ha mantenido la cabalgata de Alcoy, considerada la más antigua de España y en el centro de la polémica racista por los pajes pintados de negro típicos en el celebración de la ciudad alicantina.
Después de saludar a las miles de personas que los esperaban en la calles, los Reyes Magos tienen una larga tarea por delante y están listos para visitar todas las casas españolas en la noche más mágica del año.