Esto es lo que han tenido que pagar Harry y Meghan por quedarse con Frogmore Cottage
Deuda pagada y fin del cabreo de los contribuyentes.
Frogmore Cottage es oficialmente la residencia del príncipe Harry y Meghan Markle en Reino Unido. Pese a que en enero renunciaron a formar parte de la familia real británica, la pareja puede seguir disfrutando de esta casa de campo inglesa del siglo XVII a la que se mudó en abril de 2019 y que dejó meses después para instalarse en Estados Unidos. Puede seguir haciéndolo porque ha pagado.
Meghan y Harry han saldado la deuda que adquirieron con los contribuyentes al separarse de la Familia Real británica, ya que la remodelación que hicieron del inmueble que les cedió la reina Isabel II de Inglaterra se pagó con la Subvención Soberana, compuesta principalmente por el dinero de sus impuestos. Según anunciaron este lunes a través de un portavoz, han pagado el dinero usado para realizar las obras. Un total de 2,4 millones de libras (2,7 millones de euros), lo que les permite seguir disfrutando de la propiedad.
Se entiende que el dinero proviene del contrato millonario que la pasada semana la pareja firmó con la plataforma Netflix. Aunque ninguna de las partes dio cifras, una fuente cercana tasó el acuerdo en 150 millones de dólares (127 millones de euros).
El príncipe Harry habría logrado así dos de los objetivos marcados al dejar de lado la familia: saldar la deuda con los contribuyentes, cabreados por pagar una reforma a una pareja no real, e independencia financiera.
La reforma de Frogmore Cottage
Las obras de Frogmore Cottage se llevaron a cabo en 2018 y se prolongaron durante seis meses. La casa construida en 1801 por la reina Carlota había sido residencia de los Duques de York, Andrés y Sarah Ferguson, en los 80 y necesitaba una puesta a punto tras años cerrada.
Según publicó la BBC, las obras incluyeron el remplazo de las defectuosas vigas de madera del techo y de las del suelo, así como la actualización de ineficientes sistemas de calefacción. También se hicieron grandes renovaciones en su instalación eléctrica y la instalación de cañerías de gas y agua.
“La propiedad no había sido reformada durante algunos años y ya había sido seleccionada para ser renovada”, justificó en una rueda de prensa en junio de 2019 Michael Stevens, responsable de las cuentas de la monarquía británica.
La obras también sirvieron para convertir Frogmore Cottage en una residencia unifamiliar con cinco dependencias con singularidades como un techo abovedado en el dormitorio principal, de donde se suspenden adornos de delfines dorados acompañados de sogas que pertenecieron al yate de la corona, o una chimenea realizada en mármol bajo el estilo greco-egipcio.
Harry y Meghan se fueron a vivir allí en abril de 2019, un mes antes del nacimiento de su único hijo, Archie, al que presentaron a los medios en su nueva residencia. Antes de mudarse la pareja había pagado la renovación de electrodomésticos y también del mobiliario.