Estas marcas se están tomando en serio la sostenibilidad
Las modas desvanecen, pero la sostenibilidad permanece.
Sostenibilidad es la palabra de moda ahora mismo en la industria. Seamos justos, no es fácil para un mundo construido cómo una vía de escape para afrontar la realidad en ocasiones desalentadora de la propia industria; pero lo cierto es que está pasando.
El derrumbe de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh en 2013 y el lanzamiento de The True Cost, un revelador documental estrenado en 2015 dirigido por Andrew Morgan, generaron un terremoto en todo el sistema. A esto hay que añadirle que la industria de la moda es la segunda más contaminante, por detrás del petróleo. Todo esto ha generado un debate que ha hecho que los consumidores comiencen a plantearse: "¿Puede realmente cambiar la industria de la moda?"
Preguntarse quién, qué, dónde y cuándo ha venido rodado ya que los consumidores (especialmente los millenials) están más concienciados sobre lo que compran y, como consecuencia, demandan un cambio.
A finales de 2016, según el Índice McKinsey Global Fashion, el valor de la industria de la moda se estimaba en 2.4 trillones de dólares. No es una sorpresa entonces que la industria textil sea responsable del 10% del total de las emisiones globales de dióxido de carbono, la primera causa que contribuye al calentamiento global. Y se están produciendo tejidos que suponen un coste para el clima. Año tras año, se utilizan alrededor de 70 millones de árboles para producir telas como rayón, viscosa, tela modal y lyocell. ¿Has comprobado las etiquetas de tu ropa últimamente? Está todo escrito en blanco y negro. Y eso no acaba ahí. Se estima que se asesina a más de un billón de animales para el cuero y cincuenta millones por su piel.
Pero las agrupaciones empresariales, los conglomerados de lujo, las instituciones educativas y organizaciones sin ánimo de lucro están haciendo esfuerzos por el cambio. El Fair Fashion Center (institución dedicada a la investigación) de la Universidad Glasgow Caledonian es uno de los pioneros gracias a sus esfuerzos Trabaja con aproximadamente 30 CEO's y 211 marcas —una mezcla de conglomerados de lujo y compañías de venta y distribución minorista— que son responsables de forma colectiva de 200 billones de dólares en negocios. Pero la mayoría de las marcas, por ahora, han decidido mantener sus buenas conductas de espaldas al público. A pesar de todo, François-Henri Pinault, presidente y consejero delegado de Kering, cuyas marcas de lujo incluyen Saint Laurent, Alexander McQueen y Gucci, no se está quedando al margen a la hora de debatir sobre el tema y admitir que los cambios son necesarios.
El mejor ejemplo es Stella McCartney. La diseñadora es una inspiración por su modelo de sostenibilidad y también forma parte del grupo Kering. Colabora con la ONG Canopy y se ha asegurado (desde que puso en marcha su marca) que su producción cumpla con unos estrictos estándares de sostenibilidad. Se abastece al completo de un bosque certificado en Suecia y el proceso de extracción de materia prima tiene lugar en otros lugares de Europa, reduciéndose el impacto del transporte. Durante la charla anual que se celebra en el London College of Fashion, en noviembre del año pasado, la diseñadora habló sobre el tema: "La moda se está librando de todo y necesita dar más respuestas y que se hagan más preguntas al respecto". Tiene razón y ella es testimonio de que es posible. El 53% de su colección femenina y el 45% de la masculina son sostenibles.
El problema es la tendencia fast fashion, ya que la gente tira sus prendas sin pensar después de habérselas puesto muy pocas veces. Según la Agencia de Protección Ambiental, la industria de la moda es responsable del 85% de los textiles que acaban en los vertederos (aproximadamente 21 millones de toneladas). Precisamente por eso las marcas de high street están poniéndose las pilas. Es el caso de H&M, que ha implantado una política de reciclaje que permite a los consumidores devolver su ropa usada e intercambiarla por un descuento en su nueva compra. Desde 2013 han recogido alrededor de 30.000 toneladas de prendas viejas, destinándolas posteriormente a organizaciones benéficas o utilizándolas como material de fibra para aislamiento.
El año pasado, el gigante de la moda Zara lanzó Join Life(algo similar a la colección Conscious que presentó H&M en 2011) utilizando algodón orgánico, lana reciclada y Tencel. Mientras, Topshop lanzaba Reclaim, una colección cápsula compuesta por veinte piezas creadas a partir de sobrantes de jersey, algodón y tela vaquera.
Dicen que un buen par de vaqueros pueden durar toda la vida, que es por lo que el modelo Levis's WaterLessha recibido muy buenas críticas. Tan solo con eliminar el agua del proceso de lavado a la piedra se estima que se recorta en un 96% el uso de agua en algunos modelos. Y por fin, este año se lanzará Higg Index. Esta compañía de prendas y calzado está trabajando en una herramienta de medida dentro de una cadena de montaje estandarizada de forma que las etiquetas sirvan como método educativo para para que los consumidores conozcan el impacto social y ambiental de sus compras.
Parece que las cosas pintan bien para la moda sostenible.