Esta historia se mueve rápidamente en Twitter y hace replantearse muchas cosas
"Esos chavales lo hicieron todo bien".
Hace menos de un mes se celebraba el Día Mundial de los Primeros Auxilios. Cada 11 de septiembre se recuerda la importancia de impartir este tipo de cursos que pueden salvar la vida de mucha gente.
También se hace hincapié en ello en el Día Europeo del Paro Cardíaco, celebrado cada 16 de octubre para concienciar de la importancia de realizar correctamente una RCP. Así lo explica @RCPdesdemicole en su cuenta de Twitter.
El profesional ha publicado precisamente una historia que demuestra la importancia de saber actuar a tiempo. Gracias a un curso de primeros auxilios, dos jóvenes de 24 salvaron la vida de un adulto al que le acababa de dar un infarto.
El tuit ha reunido en apenas doce horas más de 11.000 ‘me gusta’ y casi 4.000 retuits. En él, el autor de la publicación explica que cómo dos jóvenes llamaron al 112 porque se encontraron al padre de uno de ellos inconsciente en el suelo.
Aunque el hombre respiraba, cada vez lo hacía con mayor dificultad, al mismo tiempo que emitía un leve ronquido que les alertaba de que la situación se iba a complicar. Con la ambulancia ya en camino, el servicio de emergencia recibió una segunda llamada de la misma persona que alertaba de que el paciente había dejado de respirar.
Según explica @RCPdesdemicole en su cuenta de Twitter, “cuando el latido cardíaco no es eficaz, el cerebro no recibe sangre suficiente, se apaga y deja de dar instrucciones para respirar”.
Entonces ocurre que el sistema respiratorio, al que todavía le quedan “ciertos reflejos”, emite esas “boqueadas” en forma de ronquidos. El término al que hace referencia la explicación es ‘gasping’, y según el especialista “pocos testigos saben identificarlo”.
Reconocer esto en un paciente es importante porque puede ser determinante para su supervivencia, y esto solo se logra si has hecho previamente cursos de primeros auxilios.
Al haber acudido a la formación, supieron identificar lo que le ocurría y comenzaron a hacerle una RCP precoz, es decir, no esperaron a que el adulto dejase de respirar para llevarla a cabo y gracias a eso pudieron salvarle la vida. De hecho, el paciente ni siquiera tuvo que ser intubado en la vivienda porque acabó despertando después de reanimarlo varias veces con el desfibrilador.
Efectivamente, había sufrido “un infarto muy grave”. Según el experto, “esos chavales lo hicieron todo bien”, y así lo justifica: “Identificaron el gasping. Se lo dijeron al 112. Comenzaron RCP siguiendo órdenes del Centro Coordinador, y lo hicieron de forma correcta porque sabían cómo se hacía. Uno de ellos esperó a la UVI móvil. El otro liberó espacio para trabajar”.