Esperanza Aguirre responde a este tuit para introducir un matiz que Ayuso pasó por alto
Breve pero claro.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, está teniendo este martes un día movidito en Twitter, puesto que ha publicado varios mensajes que están dando mucho de qué hablar.
En uno de ellos, la dirigente del PP se muestra en contra de adelantar el toque de queda, como reclaman otros barones autonómicos de su partido, y asegura que “hay alternativas para que no sigan arruinándose la hostelería, las clases medias o los autónomos con según qué restricciones”.
“Estrategias como los test masivos y las ZBS serían mucho más eficaces si @DGobiernoMadrid acabara con fiestas ilegales y el incumplimiento de las normas”, asegura.
En otro mensaje, Ayuso se queja de algunos problemas del país y se lamenta de que haya críticas a su proyecto estrella, el Hospital Enfermera Isabel Zendal.
“El precio de la luz desbocado; aumenta la cuota de autónomos en plena crisis; la hostelería señalada a ver si la arruinan un poco más. Pero las protestas, contra un nuevo hospital público. Así opera el activismo político en España”, ha escrito.
Lo que quizá no esperaba Ayuso es que incluso Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, iba a responder a este último tuit.
Y lo ha hecho no exactamente para apoyar, sino para introducir un matiz que a Ayuso se le había pasado por alto: “El activismo político de izquierda”.
Durante una visita al Centro Público de Educación Especial, la presidenta madrileña se ha mostrado contraria a las “restricciones” que arruinan “aún más” a la hostelería, a los comercios, a la iniciativa privada y “a tantas familias”.
Ayuso asegura que respeta la autonomía de cada región “ya que no hay acciones a nivel nacional ni una estrategia como país ante la epidemia”, pero ha pedido “respeto” para que cada comunidad autónoma aplique las medidas que considere oportunas.
“Yo, desde luego, no voy a arruinar a estos sectores ya afectados”, ha añadido. La Comunidad de Madrid ya adelantó dese el lunes el toque de queda de las doce a las once de la noche, así como la hora de cierre de los bares y restaurantes a las diez en lugar de a las once, como ya ocurría con los establecimientos comerciales.