España se abre al turismo entre el optimismo económico y el miedo de epidemiólogos
Los expertos en Salud Pública piden que se extremen las precauciones y se refuerce el sistema de rastreo con la llegada de turistas desde este lunes.
Este viernes, 21 de mayo, ha sido el día elegido por el Gobierno para anunciar por todo lo alto la apertura de España al turismo internacional, precisamente en la Feria Internacional del Turismo (FITUR). Según su agenda oficial, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, iba a presentar el certificado verde digital —o ‘pasaporte covid’— junto con las ministras de Sanidad y Turismo, Carolina Darias y Reyes Maroto, pero finalmente no ha habido un anuncio, sino tres.
Apunten en sus calendarios: 24 de mayo, 7 de junio y 1 de julio son las fechas clave. La primera, que ya es el próximo lunes, es cuando los turistas británicos y japoneses podrán entrar a España sin necesidad de PCR; la segunda corresponde al momento en que podrán viajar al país las personas de todo el mundo que estén completamente vacunadas (con sueros aprobados por la EMA o la OMS); la tercera, para la que quedan seis semanas, es cuando entrará en vigor el famoso ‘pasaporte covid’, que agilizará los viajes entre los países de la UE para personas vacunadas, con PCR negativa o con anticuerpos.
Son tres fechas con características diferentes, pero con un único mensaje: España se abre al turismo internacional, y esa apertura llega antes de lo esperado. Técnicamente, el próximo lunes ya se habrá dado un gran paso, teniendo en cuenta que los británicos suponen uno de cada cuatro turistas extranjeros que llegan a España. En 2019, el último año ‘normal’ antes de la pandemia, España registró 18 millones de visitantes procedentes de Reino Unido, un 23% del total de los turistas que acogió el país. El Gobierno calcula que España recibirá este verano entre un 30% y un 40% de los que llegaban antes de la pandemia.
Los británicos, a puntito de llegar (sin PCR)
De momento, la relación España - Reino Unido no es recíproca, y el Gobierno de Boris Johnson ha dejado a nuestro país en una ‘lista ámbar’, por la que requiere a sus ciudadanos que se sometan a PCR y cuarentena de diez días a su regreso a las islas inglesas.
La situación epidemiológica tampoco es la misma: España tiene 135 casos por 100.000 habitantes, frente a los 40 de Reino Unido, que también nos ‘gana’ por goleada en vacunación. Actualmente, el 56% de su población ha recibido al menos una dosis de vacuna, de los cuales casi un 32% tiene la pauta completa. En España, el 34,5% de los habitantes tienen al menos una dosis, y de ellos el 16,6% ya ha completado su pauta.
Con este panorama, el epidemiólogo Daniel López Acuña considera que “la Unión Europea en su conjunto y España, en particular, están corriendo demasiado para abrir fronteras y recuperar el flujo turístico”. “Entiendo la voluntad de querer recuperar la economía, pero tiene que hacerse con elementos de seguridad sanitaria y con la capacidad de tener un freno de emergencia si se producen rebrotes”, sostiene el ex director de Acción Sanitaria de Crisis de la OMS.
Habrá rebrotes, ¿habrá rastreo?
Para poner en marcha ese “freno”, y para detectar esos posibles rebrotes, lo que reclaman los epidemiólogos es un refuerzo (real) del sistema de rastreo en las comunidades. “Se pueden ver repuntes como los que tuvimos el verano pasado”, avanza López Acuña.
José Jonay Ojeda, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y portavoz de SESPAS, se imagina también una situación similar a la vivida en verano de 2020, cuando los rebrotes se descontrolaron a mediados de agosto; por eso pide moderar los mensajes triunfalistas, seguir avanzando en la vacunación y reforzar la vigilancia epidemiológica para agilizar la detección y el aislamiento de nuevos casos. “Lo que vamos a ver en las próximas semanas [con la llegada de turistas] es un motivo más para insistir en la importancia de los sistemas de rastreo”, afirma el epidemiólogo. Y añade: “No se puede trasladar el mensaje de que la situación ya está controlada”.
Además, a Acuña le preocupa que a partir del 1 de julio (cuando se instaura el pasaporte covid) haya un movimiento importante de viajeros desde y hacia países europeos con altas tasas de incidencia, y que aunque presenten PCR negativa resulten estar infectados. Países como Suecia (549 casos por 100.000 habitantes) o Países Bajos (457) tienen todavía tasas de contagios muy elevadas, y el epidemiólogo defiende que habría que imponer cuarentenas entre países, independientemente de que sean de la UE.
Las dudas sobre la vacunación y el ‘certificado covid’
Por otro lado, al ex director de Acción Sanitaria de Crisis de la OMS tampoco le convence la libre entrada de personas vacunadas a partir del 7 de junio, pues “la vacuna protege contra la severidad de la enfermedad”, pero no está claro que impida “la infección o la capacidad de contagio”.
Ojeda, en cambio, se muestra más optimista. Si bien es cierto que en un primer momento tampoco veía con buenos ojos el ‘pasaporte covid’ por el mismo motivo que López Acuña, considera que ahora existen “más evidencias sobre la eficacia de las vacunas” que hacen “mucho más viable su implantación”. Países como Israel, donde el 60% de la población está vacunada, sugieren que las vacunas frenarían no sólo la enfermedad sino también la infección asintomática, aunque, por otro lado, en este país sólo se han inoculado dosis de Pfizer, y no de otras marcas, como sí se ha hecho en Europa y el resto del mundo.
Lo que más lamenta Ojeda del pasaporte covid es “la discriminación” en la que, inevitablemente, se va incurrir. Aproximadamente dos tercios de la población española no han tenido todavía oportunidad para vacunarse, con lo cual tendrán que pagar, a priori, una PCR para poder presentar ese certificado verde en caso de viaje. “En la medida en que pueda facilitarse a esas personas la posibilidad de hacerse una prueba con el menor coste posible, esta discriminación se verá mitigada”, sostiene el epidemiólogo.
Y más allá de pruebas y certificados, Ojeda recuerda que lo importante no es tanto la movilidad en sí, sino cómo se comporta la gente una vez que ha viajado; por ejemplo, “Si tendemos a hacer actividades más en exterior que en interiores, si mantenemos la distancia de seguridad…”, enumera.
Para el portavoz de SESPAS, “no queda otra que seguir vacunando, vacunando y vacunando, y que la situación epidemiológica no empeore, porque si es así, serán necesarias más medidas restrictivas, por mucho pasaporte que haya”, advierte. Su colega Acuña coincide de pleno con él: “Si queremos hacer nuestros destinos seguros y viables, tenemos que bajar la incidencia y seguir con las medidas restrictivas mientras vamos vacunando”.