Qué es la energía eólica flotante y en qué consiste el plan del Gobierno para hacer de España una potencia
Plantea generar hasta 40.000 empleos cualificados de aquí a 2030.
Mirando al 2030 con el reto de ser una referencia en energías renovables. Con este objetivo a una década vista, el Gobierno ha aprobado una hoja de ruta para desarrollar la energía eólica flotante y las del mar en España. Un paso más allá en la convencional, de la que el país ya es potencia, para adentrarse en las aguas, un ámbito cada día más popular y al que Moncloa no quiere llegar tarde.
La propuesta nace del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, para “potenciar el liderazgo español en el desarrollo tecnológico y de la I+D de las distintas fuentes limpias que aprovechan los recursos naturales marinos, con especial atención a la eólica”. Por ahora, este tipo de renovable es un campo en estudio en España, con un amplio abanico de oportunidades. En concreto, hasta 40.000 nuevos empleos cualificados en una década, como ha detallado la portavoz, Isabel Rodríguez.
Qué es la energía eólica flotante
Se trata de una fuente de emisión verde basada en el viento, que es más potente en aguas abiertas que en tierra, por lo que se instalan estructuras para captar su potencia y convertirla en electricidad.
Sin embargo, hasta ahora la mayoría de estas instalaciones se situaban en estructuras fijas que no podían emplazarse en lugares muy profundos o de difícil acceso. Es aquí donde reside la principal novedad de la energía flotante, que se apoya en sistemas anclados al fondo marino mediante elementos flexibles.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), en 2030 la capacidad de instalación anual de eólica marina podría superar a la eólica en tierra y se estima que suministrará el 14% de la demanda de electricidad en la UE.
En qué consiste el plan de España
La estrategia diseñada por el gabinete de Teresa Ribera contiene 20 líneas de actuación con el objetivo de alcanzar entre uno y tres gigavatios de potencia de eólica marina flotante en 2030 —hasta el 40% del objetivo de la UE para el final de la década— y hasta 60 megavatios de otras energías del mar en fase precomercial, como las de las olas o las mareas.
Entre otras medidas, se habilitarán al menos 200 millones de euros hasta 2023 y se evaluarán las necesidades de la infraestructura portuaria, donde se deben invertir de 500 a 1.000 millones de euros para cubrir las nuevas necesidades logísticas.
El ministerio apunta que de las 27 soluciones flotantes que actualmente hay en marcha, “siete son españolas”, el socio europeo con más equipos adaptados para esta energía. Entre estas se encuentran la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) y la Plataforma de Energía Marina de Vizcaya (BiMEP) o la Zona experimental de aprovechamiento de energías marinas de Punta Langosteira (A Coruña), el segundo banco de pruebas del mundo para la energía de las olas.
No en vano, España es una potencia eólica, tanto en fabricación de equipos —dispone del 90% de la cadena de valor— como en producción de electricidad —este año es la primera fuente de generación—, pero la eólica marina apenas se ha desarrollado por la elevada profundidad de las aguas territoriales para proyectos con cimentación fija, inviable a partir de 50 metros de profundidad.
Los objetivos inmediatos
El plan aprobado en Consejo de Ministros tiene como principales metas para esta década el establecimiento de España como polo de referencia europeo de I+D para el diseño, escalado y demostración de nuevas tecnologías, reforzando las plataformas de ensayo y ofreciendo el mejor entorno y el más rápido para probar nuevos prototipos.
El enfoque es transversal y se contempla que la incidencia de la hoja de ruta incluya a sectores como el naval, el siderúrgico o el eólico terrestre, con un enfoque respetuoso con el medio ambiente, según contemplan los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo.
Además, el Ministerio para la Transición Ecológica va a aprovechar el despliegue de estas tecnologías para incorporar sistemas de monitorización del medio marino, mejorando el conocimiento de las interacciones y afecciones de las distintas actividades.
El cuarto objetivo que persigue Moncloa es que el despliegue de las instalaciones, en particular de las eólicas, se haga de forma ordenada, con una regulación clara y previsible sobre tres elementos: ordenación espacial, conexión a red y modelo de negocio.
Cómo se financia el plan
La partida contará con al menos 200 millones de fondos públicos hasta 2023 para I+D en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
No es la única vía en estudio. El Ministerio para la Transición Ecológica se abre a nuevas fuentes de financiación, como los programas del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el (IDAE), y otras vías, entre ellas la emisión de bonos verdes, como ha explicado la titular del departamento este viernes.