España necesita el visto bueno de los Veintisiete para que el catalán se use en el Parlamento Europeo
Se requiere unanimidad del resto de socios.
El compromiso adoptado por el Gobierno con la Generalitat para impulsar el catalán en el Parlamento Europeo necesitará contar con el apoyo de los países miembro de la UE.
En su propuesta tras reunirse con una delegación catalana en la conocida como mesa de diálogo, el Ejecutivo central ha informado de que “solicitará a la presidencia del Parlamento Europeo la consideración del catalán como lengua de uso en el pleno”. Para ello presentará “la solicitud ante la mesa del Parlamento Europeo, junto con una propuesta para que sea técnica y financieramente viable”. Moncloa se pone plazos en su tarea: conseguir una “mayoría suficiente” que avale la petición “antes de que acabe el año en curso”.
Pero no será una tarea tan fácil. Para que un idioma pueda ser utilizado durante el pleno de la Eurocámara debe ser considerado una lengua oficial en la UE, un estatus que actualmente se ha concedido a 24 idiomas europeos entre los que no se encuentra el catalán, han explicado fuentes del Parlamento Europeo a Europa Press.
El primer paso, antes de llegar a Estrasburgo, es que el Estado en cuestión (u otro) lo plantee de forma oficial en el Consejo Europeo, lo que necesita unanimidad. Esta es la vía que tendrá que seguir España, que una vez tenga el visto bueno del Consejo no necesitará de ninguna votación en la Eurocámara.
El Parlamento Europeo ya aprobó en una resolución de 1990 que el catalán se considerase idioma de comunicación entre los ciudadanos y las instituciones europeas, una suerte de paso previo a lo que ahora quiere lograr España.
En virtud de esta votación, desde entonces los europeos pueden dirigirse en catalán a la Comisión Europea, al Consejo Europeo, al Defensor del Pueblo Europeo o al Comité de las Regiones y deben poder obtener una respuesta en este idioma. Además, se traducen al catalán algunas publicaciones y documentos de la Unión Europea y la Comisión Europea utiliza el catalán como lengua habitual con los ciudadanos a través de la representación de Barcelona.
El Gobierno de España pidió que se reconocieran como lenguas oficiales de la UE el gallego, el catalán y el vasco en diciembre de 2004, sin embargo, nunca llegó a solicitar el cambio necesario en los Tratados por lo que nunca han adquirido la consideración de oficiales, según han explicado fuentes comunitarias.
Un precedente que podría ser similar al caso catalán es el del gaélico, que desde 2007 empezó a ser considerado lengua oficial y de trabajo en la Unión Europea, aunque la adhesión de Irlanda se remonta a 1973.
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