¿Es posible destituir a Trump? Estas son las alternativas
“Cada segundo que Donald Trump retenga el poder será una amenaza para el orden público y la seguridad nacional de los Estados Unidos”.
Políticos demócratas y republicanos claman para destituir ya al presidente saliente de los Estados Unidos, Donald Trump, después de haber animado a sus fanáticos a asaltar el Capitolio.
Cuatro personas han fallecido como consecuencia de este caos, en el que una multitud de seguidores de Donald Trump entraron por la fuerza en el mencionado edificio gubernamental y la Policía tuvo que desactivar dos bombas caseras.
Durante un discurso previo, Trump les había dicho directamente a sus seguidores que marcharan al Capitolio y que jamás consentiría el “robo” electoral del que se siente víctima.
Y, cuando la violencia aumentó a límites insostenibles, el presidente saliente tardó en pedirles a sus seguidores, que seguían cantando “detened el robo”, que se fueran a casa. Concretamente, fue más de una hora después del asalto al Capitolio cuando tuiteó un vídeo pidiendo a todos que volvieran a sus casas. Eso sí, reiterando que las elecciones habían sido un robo y que lamentaba su “sufrimiento”.
Pese a que solo quedan dos semanas para que termine su mandato, cada vez son más voces las que piden que sea destituido con efecto inmediato para evitar más tragedias como la de ayer.
Son dos las alternativas de las que se habla.
La primera vía es un impeachment (que sería el segundo juicio político en su mandato), una opción que apoyan varios legisladores demócratas y un republicano.
Ilhan Omar, diputada demócrata, dijo el miércoles por la tarde que ya estaba trabajando en un borrador del impeachment, cuando todavía había muchos políticos atrapados en el Capitolio.
“Donald J. Trump debe ser juzgado por la Cámara de Representantes y destituido de la presidencia por el Senado de los Estados Unidos”, tuiteó.
“No podemos permitir que siga en el cargo. Debemos preservar nuestra república y necesitamos cumplir nuestro juramento”, continuó.
Phil Scott, gobernador republicano de Vermont, también pidió que Trump dimitiera o fuera destituido en serie de tuits publicados por la noche.
“El presidente Trump ha orquestado una campaña para provocar una insurrección que vuelque el resultado de unas elecciones libres, justas y legales”, tuiteó Scott. “No cabe duda de que los delirios, las maquinaciones, el ego y el interés personal del presidente nos han conducido, paso a paso, hasta este capítulo triste y muy peligroso de la historia de Estados Unidos”.
“El tejido de nuestra democracia y los principios de nuestra república están bajo el ataque de nuestro presidente. Basta ya”, ha añadido.
Diversos grupos de derechos civiles y líderes en defensa de los derechos han pedido también un impeachment para Trump. Derrick Johnson, presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP) acusó a Trump de incitar a un golpe de Estado con su “liderazgo temerario, su enfermizo abuso de la autoridad y su anarquía”.
La segunda vía para destituir a Donald Trump es la vigesimoquinta enmienda a la Constitución, según han informado medios como The Washington Post.
La 25ª enmienda a la Constitución es una ley que permite al vicepresidente –en este caso Mike Pence, a quien Trump atacó el miércoles– asumir las responsabilidades presidenciales si el presidente ya no puede hacer su trabajo por enfermedad o incapacidad.
Cuando un presidente es destituido bajo la 25ª enmienda, el vicepresidente y los miembros de su gabinete pueden decidir si el presidente es “incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo” en la Casa Blanca.
Esta enmienda, introducida en 1967, nunca se ha invocado.
En un editorial publicado en The Washington Post señalan: “El presidente es incapaz de permanecer en el cargo durante los próximos 14 días.
“Cada segundo que retenga el poder será una amenaza para el orden público y la seguridad nacional”, aseguran.
Este editorial va más allá e insta a Pence y al resto del gabinete a reunirse inmediatamente para invocar la 25ª enmienda.
Y añaden: “Los estadounidenses se ponen el cinturón de seguridad, siguen las normas de tráfico, pagan impuestos y votan porque tienen fe en el sistema, y es esa fe la que hace que todo funcione”.
“La voz más poderosa del país ha incitado a la gente a romper esa fe, y no solo a través de tuits, sino animándoles activamente a pasar a la acción. El señor Trump es una amenaza y, mientras siga en la Casa Blanca, el país estará en peligro”.
Los informes que han surgido desde su derrota electoral el 3 de noviembre indican que Trump –que no ha dejado de dar bola a teorías conspiranoicas sin sentido en su afán por aferrarse al poder– está obsesionado con “demostrar” que las elecciones fueron fraudulentas.
Jim Acosta, corresponsal jefe de la CNN en la Casa Blanca, informó que un político republicano le había confesado que de verdad pensaba que Trump había “perdido la cabeza”.
“No me produce ningún placer informar de esto, pero mi fuente me acaba de decir que piensa que Trump ha perdido la cabeza”, y continuó: “Me ha dicho que el presidente está tan traumatizado con su derrota electoral que es lo único de lo que habla, lo único en lo que piensa y lo que le está consumiendo”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.