Eric Adams: así es el expolicía afroamericano que tomará las riendas de Nueva York
El demócrata se ha impuesto al aspirante republicano, Curtis Sliwa, como nuevo alcalde de la Gran Manzana.
“Un camaleón político”. Así se autodefine el propio Eric Adams, el expolicía afroamericano al que los neoyorkinos han aupado hasta el Cabildo -con más de un 66,6% de apoyo- convirtiéndole en el segundo alcalde negro en dirigir la mayor ciudad del país, después de David Dinkins, y reafirmando que la Gran Manzana tiene corazón demócrata.
A sus 61 años, este hijo de familia humilde nacido en Brooklyn, distrito que acabó presidiendo durante los últimos años, y crecido en Queens, tomará posesión el próximo 2 de enero, sustituyendo en el cargo a su colega Bill de Blasio.
Tras 22 años ejerciendo como agente de seguridad, dio el salto a la política en 2006 como senador. Su perfil moderado se ha ganado el respaldo de la clase trabajadora, de las comunidades más castigadas, pero también de grandes fortunas de la élite empresarial, como el dueño de los Mets, Steve Cohen, o la heredera de la corporación Loews, Laurie Tisch. Algo que ha generado cierto escepticismo y reticencias dentro del ala más progresista de su propio partido.
″¿Qué tipo de alcalde será Eric Adams? Nadie parece saberlo”, apuntaba recientemente el New York Times. “¿Puede ser a la vez un alcalde pro-negocios y del pueblo?”, se preguntaba también la agencia Bloomberg.
Durante toda la campaña le han sonreído las encuestas. Adams ha sacado pecho de sus orígenes, presentándose como un trabajador de barrio obrero, cuya madre, recientemente fallecida, luchó por darle un futuro que ahora pasa por cumplir su ‘sueño americano’ y a quien quiso tener muy presente el mismo día de las elecciones.
Mejor candidato contra la violencia armada
Su pasado como policía le ha valido para convencer a muchos electores de que es el mejor candidato para hacer frente a la violencia armada que se vive en las calles de la ciudad, aunque sus promesas en materia de seguridad no convencen a parte del seno demócrata. Según cifras facilitadas en julio por el entonces gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en los primeros seis meses del año los tiroteos aumentaron un 38% con respecto al anterior, cuando este tipo de incidentes ya experimentó un gran repunte. Hace apenas cuatro meses el estado se convirtió en el primero del mundo en declarar la violencia armada como una “emergencia sanitaria pública” con el objetivo de tomar medidas frente a la problemática.
Es, sin duda, uno de los asuntos que más preocupan a los ciudadanos, pero no será el único reto al que el exsenador deberá plantar cara. Nueva York intenta recuperarse de una pandemia que ha dejado más de 34.000 muertes y que ha sacudido la vida económica de la urbe, donde el nivel de paro a principios de septiembre rondaba el 10%.
La ciudad se encuentra en plena crisis de vivienda, con miles de órdenes de desalojo pospuestas hasta principios del próximo año y con miles de millones de fondos públicos destinados a dar cobertura a quienes, como consecuencia de la covid, no han podido afrontar el pago de sus alquileres en un mercado ya de por sí desigual y de precios desorbitados. El número de personas sin hogar ha aumentado drásticamente hasta rondar las 48.000, según los últimos datos publicados.
El duro momento que viven los pequeños y medianos negocios, sumado al gran volumen de ciudadanos que comparten teorías negacionistas en el país, como quienes se oponen a la vacunación contra el coronavirus, se añaden a la lista de desafíos con los que Adams deberá lidiar como regidor. Los cerca de 400.000 funcionarios de Nueva York están obligados a ponerse las dosis requeridas si quieren conservar su trabajo, una medida que Adams apoyó abiertamente frente a su principal opositor, Curtis Sliwa, partidario de relajar las restricciones.
Con todo, la derrota electoral ha sido clara. Los republicanos llevan años adormilados en Nueva York, sin tirón y sin hacer esfuerzos por alentar a su exigua base electoral. Según los datos oficiales, hay más de tres millones de votantes demócratas allí registrados frente al poco más de medio millón de republicanos.
Servicios accesibles, más educación pública y compromiso con el clima
En lo personal, “el nuevo rostro azul” practica meditación, es vegano y de pequeño sufrió dislexia. Uno de los motivos por los que se ha mostrado a favor de impulsar programas de detección temprana en niños. Sus promesas: garantizar servicios más accesibles e igualitarios, reforzar la educación pública y fomentar el compromiso en la lucha contra la emergencia climática.
Algunas de sus propuestas ya tiene presupuesto, como la de crear 240 kilómetros de nuevos carriles para autobuses y el doble para bicicletas y completar el proyecto que planificó la construcción 15.000 unidades de vivienda subvencionada para 2025.