Mario Picazo: "Hasta los negacionistas políticos ven que tienen que hablar del cambio climático aunque no se lo crean del todo"
Entrevista con el meteorólogo y divulgador por el Día del Clima y otras efemérides medioambientales. Advierte de que España "hoy no está preparada" para lo que se viene.
A Mario Picazo no deja de sonarle el teléfono entre actos y entrevistas. Es, como bromea, su semana, en la que se suceden las celebraciones por el Día del Agua, de los Bosques, de la Meteorología y del Clima. Oportunidades para reflexionar, cuenta, sobre un problema que está aquí, mucho más cerca de lo que se piensa. “Porque lo que ocurre en el Amazonas afecta en Ciudad Real”, expone a modo de ejemplo.
El conocido meteorólogo, uno de los encargados del portal eltiempo.es y antigua cara de la previsión de Telecinco y otras cadenas, atiende a El HuffPost con una mezcla de realismo y esperanza en sus palabras. Estamos en un momento difícil, con temporadas cada vez más secas y calurosas que exigen respuestas, pero antes, “adaptarse, que es lo que toca ahora”, señal. Eso pasa por replantear consumos, cultivos y hasta un modo de vida. Las Filomenas, las calimas y otros episodios “raros”, ya no lo son tanto y “nos tenemos que ir acostumbrando a vivir cosas así”.
De su doble experiencia entre España y EEUU (país donde nació y reside habitualmente) extrae lecciones y asegura que España hoy por hoy, “no está preparada” para el clima que ya asoma y amenaza con empeorar. Por eso urge a tomar medidas concretas, en lo político y en el día a día, con mucha más contundencia que las “descafeinadas” Cumbres del Clima, sobre las que llega a replantearse su futuro.
Se suceden los Días del Agua, de los Bosques, de la Meteorología, del Clima... ¿Sirven estas celebraciones?
Es una cuestión de concienciación. El agua es un tema crítico, que se ha convertido en un bien escaso en buena parte del planeta. Los bosques no solo se asocian a la biodiversidad, sino que son sumideros de carbono, clave para luchar contra el cambio climático, y la meteorología y el clima son la base de todo lo que estamos empezando a entender mejor sobre el cambio climático.
Es necesario darle exposición a nuestro trabajo porque ser meteorólogo no es solo dar el tiempo, como dice la gente. Nosotros recopilamos, explicamos y tratamos de prever qué va a pasar con el clima. Y damos soluciones, porque no solo es una cuestión negativa, también tratamos de animar a la gente de que con acciones podemos solucionar muchos de los problemas que tenemos.
Con uno de los comienzos de año más secos de la historia, con cada vez inviernos más cálidos, ¿nos tenemos que acostumbrar a esta situación?
Estamos todavía en una década de altibajos, intentamos entender cómo cambia la dinámica atmosférica que hace que estas anomalías sean cada vez más normales. El año pasado Filomena, pero ahora una sequia en invierno, el episodio de polvo sahariano, las gotas frías de la Comunidad Valenciana que son más intensas que las de otoño. Son episodios que llaman la atención pero a los que nos tenemos que ir acostumbrando, es así. Las estaciones van a ser más suaves en invierno, más calurosas en verano y las precipitaciones puntualmente mucho más intensas. Todo está dentro del nuevo guion del clima que estamos viviendo. El humano, aunque intente resolver estos problemas, lo que tiene que hacer ahora es adaptarse.
¿Estamos preparados en España para el clima que ya asoma y que viene?
Yo creo que ahora mismo no. Tenemos que hacer una serie de acciones prácticas en el turismo o la agricultura y ganadería para adaptarlas. El turista que venga y esté a 48ºC a la sombra no va a estar muy contento. Si queremos mantener ese nivel de turismo tenemos que buscar soluciones para ofrecer un entorno más amigable y empezar a favorecer un modelo mucho más ecológico, que ya se demanda. Con la agricultura hay que empezar a adaptar el sistema de regadío o de cultivo para dar continuidad a esas prácticas, quizás no con el volumen actual, y eso requiere adaptaciones muy rápidas, al ritmo que evoluciona el clima.
Hablamos de cambio climático y recibiremos los clásicos comentarios de ‘pues ahora está lloviendo... y en verano siempre hace calor’. ¿Cómo se puede convencer a los ‘negacionistas del cambio climático’... si es que se les puede convencer?
Solo con la ciencia. Los negacionistas acostumbran a soltar eso de ‘los científicos dicen lo que ponga el talón bancario’ y obviamente no. Cada día hay más medios para medir, quizás ayer podíamos tener dudas, pero hoy hay herramientas para ofrecer evidencias. Los datos son palpables, aunque asumo que esta cuestión aún es muy de etiqueta política.
Precisamente por eso, si la población se conciencia y es sensible al cambio podrá decidir quién le representa y qué decisiones se toman. El cambio climático ha subido ‘puntos’ en la lista de preocupaciones, pero debería estar más arriba aún. Incluso los ‘negacionistas políticos’ se han dado cuenta que necesitan introducir este elemento en su campaña aunque no se lo crean del todo, porque si no conseguirán los suficientes votos. La gente, especialmente la que empieza a votar, está muy concienciada con este tema.
¿Por qué, siendo un tema transversal, se sigue asociando cambio climático o ecología a una ideología de izquierdas?
Al final, todo lo que es naturaleza se asocia más a esa política y ya con la ciencia ha habido una mayor conexión con la izquierda. Quizás porque tiene un cariz más social, con un estilo de vida menos consumista, frente a una derecha que se asocia a consumismo, a un nivel de vida más alto, a individualismo.
Es un problema de todos, por ejemplo, para mantener el ritmo de vida actual deberíamos tener 1,7 planetas Tierra y, si hablamos de en EEUU, allí deberían tener 5 planetas Tierra para seguir igual.
La previsión del ‘tiempo’ siempre ha existido, pero en los últimos tiempos se nota una mayor demanda de estas informaciones. ¿A qué se debe este ‘tirón’?
Antes era una cosa muy de gente del campo, del mar y hoy se ha convertido en un consumo más ‘urbanita’, porque hay que planificar todo, una escapada, un plan... Consumimos más pero también porque esa información ha cambiado radicalmente y es mucho más atractiva, divulgativa. Te llegan cosas que antes no se veían... Ha habido una explosión de información y el divulgador tiene muchas más herramientas para hacerla atractiva. Esas fortalezas permiten al usuario comprender lo que pasa y sentirse animado a aprender más.
En cambio, ese interés se aleja cuando se habla de problemas mundiales como la desertización, el deshielo, la deforestación. ¿Qué se puede hacer aquí?
Es lógico que cuando alejas el foco sea menos atractivo. Lo que quizás no se entienda es que cuando hablamos de la deforestación del Amazonas va a terminar afectando a tus cultivos de Ciudad Real. Si no se absorbe CO2 hay más calentamiento global y eso es para todos, porque la atmósfera no tiene fronteras que diga ‘lo que pasa en Brasil no te va a tocar’.
Si dices que en Ciudad Real no llueve y no vas a poder ducharte lógicamente te toca más, pero volvemos al lema ‘actúa local, piensa global’. España está en lo alto de la lista de países más vulnerables al nuevo clima. Independientemente de lo que te pase localmente, deberíamos estar pendiente de lo que pase en el mundo, porque nos va a afectar.
¿Es el momento de impulsar las energías limpias aprovechando las sanciones al gas y petróleo de Rusia por su invasión de Ucrania?
El covid nos dio una bofetada para despertarnos y ahora la guerra nos ha hecho reaccionar, es lo único bueno de este conflicto. Nosotros tenemos un gran potencial y casi llegamos a un 50% de la energía generada por fuentes limpias, que ya es un número decente, pero debemos aspirar a más si queremos llegar a los compromisos planteados para 2030. Igual que Rusia, Arabia Saudí o Venezuela son grandes suministradores de combustibles fósiles, España podríamos serlo de energías mucho más atractivas como la eólica y la solar.
Esa transición va a ocurrir rápidamente, por estar en la UE pero también porque con la guerra hemos visto que tenemos que ser independientes energéticamente. Y si encima tenemos algo que nos puede reportar economía y un mundo más limpio... España tiene un potencial tremendo aquí. Ahora solo hace falta que ante un posible cambio político no haya un retroceso, que es lo que suele ocurrir. Pasó en EEUU de Obama a Trump y ahora con Biden, hemos visto de todo allí.
Tras el fracaso de Glasgow a finales de año, ¿sigues confiando en las Cumbres del Clima?
Estuve en la COP 26 de Glasgow y nos llevamos un chasco enorme. La de Madrid se hizo como se pudo, pero la de este último año parecía tener mucho potencial y quedó descafeinada. A lo mejor lo que ha pasado es un punto de partida para que las COP sean más importantes y creo que los países van a ir más de por libre ahora. Sea lo que sea, espero que Egipto haga algo distinto a Glasgow, porque si no ya las COP... para qué gastar tanto dinero, para qué contaminar tanto si no se toman decisiones útiles.
Compartías recientemente en tus redes un invento peculiar, el ‘laváter’, con un nombre que no deja lugar a muchas dudas. Más allá de esta ocurrencia ya existente en Japón, ¿estamos condenados a introducir este tipo de elementos de aprovechamiento en nuestro día a día futuro?
Sí y yo creo que sería genial que la gente pensara en estas cosas cada vez más. Obviamente, este váter con un lavabo encima es una idea primaria que hay que desarrollar, pero es una forma de reutilizar agua. Y estas pequeñas acciones son las que van a sumar y debemos introducirlas, como debemos introducir otras a mayor escala, pero ojalá la gente piense cada vez más como mejorar el agua, la independencia energética... cuando somos tantos en este planeta, cualquier pequeño invento suma.