Ione Belarra: "No puede ser que haya ministros que piensen que el acuerdo de gobierno son sugerencias"
Entrevista con la secretaria de Estado para la Agenda 2030: "Vuelve a demostrarse que Pablo Iglesias es una víctima de las cloacas del Estado".
Digan lo que digan, siempre se puede. Es el espíritu con el que llega todos los días Ione Belarra a la Vicepresidencia de Derechos Sociales. La secretaria de Estado para la Agenda 2030 es una de las personas de máxima confianza de Pablo Iglesias y es la encargada de negociar con los socios socialistas las medidas que se van a aprobar.
Ya fue la encargada de pactar las estructuras del Gobierno de coalición en su nacimiento hace poco más de un año con el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños. Estos días, PSOE y UP no dejan de protagonizar encontronazos. No se quedan en el silencio de los despachos. Belarra (Pamplona, 1987) dice que, a pesar de estos roces mediáticos, la coalición goza de “buena salud” y que aguantará toda la legislatura. Pero avisa de manera firme: hay que cumplir el acuerdo de Gobierno. Le enfada que algunos ministros del PSOE, según su opinión, vean ese pacto como “sugerencias”.
Andan estas jornadas enfrascados negociando la futura ley de vivienda. Están todavía muy alejados, reconoce, pero cree que pueden llegar a entenderse. Los debates en público, reflexiona, no son malos y ayudan a la gente a posicionarse. Pide a la vez al PSOE que reconsidere su oposición a crear una comisión que investigue a Juan Carlos I en el Congreso. Y confiesa que no tiene “absolutamente nada” contra Margarita Robles, a pesar de sus enfrentamientos en público. ¿Considera a la ministra de Defensa una mujer de derechas? “Pregúnteselo a ella”, responde.
Tacha, además, de “psicodrama” lo que ha pasado con la polémica por Pablo Iglesias y los exiliados: “UP es el partido que más ha defendido la memoria democrática en este país”. Todo ello en una mañana en la que el Supremo archiva el caso Dina: “Una vez más vuelve a demostrarse que decíamos la verdad y que Pablo Iglesias es una víctima de las cloacas del Estado”, resume Belarra.
Días de cambios en el Gobierno. ¿Qué le parecen? ¿Y Carolina Darias para llevar Sanidad en la tercera ola?
A los nuevos ministros, desearles la mejor de las suertes. Su suerte va a ser la de todos y todas en este Gobierno. Estoy convencida en el caso de Carolina, con la que ya hemos tenido la oportunidad de trabajar, de que va a tener la Agenda 2030 en el frontispicio de su acción. Así que estoy segura de que va a llevar adelante su labor con mucha eficacia y con éxito.
¿Esperaban un cambio más profundo para reactivar el Gobierno un año después?
Se ha hablado mucho de eso, pero creo que la coalición tiene muy buena salud. Está fuera de toda duda de que el Gobierno de coalición va a durar y de que tenemos estabilidad en la legislatura para rato. Después de la aprobación de los presupuestos generales y de la consolidación de esa mayoría parlamentaria, que ya existía desde 2015 pero que ha tardado en consolidarse, pues está fuera de toda duda que la coalición va a seguir adelante, que va a durar hasta el final de la legislatura y que tenemos todavía muchas cosas por hacer. Hemos hecho muchas en este primer año (escudo social, ingreso mínimo vital, la ley de cambio climático), queda mucho por hacer y estoy segura de que vamos a avanzar mucho en estos años.
En este edificio también estaba hasta este miércoles Salvador Illa. Se ha escuchado a compañeros suyos de UP criticando que se marchara sin comparecer en el Congreso e incluso la ministra Yolanda Díaz, en una entrevista con El HuffPost, decía que el relevo se debía haber hecho antes. ¿Ha sido una salida agridulce?
Se ha generado una situación incómoda, me alegro de que haya terminado por fin esa bicefalia. No tanto por lo que pensemos nosotros, sino por la sensación que se ha creado en la ciudadanía de que de alguna manera el ya exministro de Sanidad podría estar tomando decisiones más por un afán electoralista en Cataluña que por motivos estrictamente sanitarios. Esa sensación no es buena para este Gobierno y mucha gente ha acabado pensando eso.
¿Es lógico que se vaya el ministro de Sanidad en plena tercera ola con los peores datos desde la primera?
Bueno, quizás nosotros habríamos tomado, casi con seguridad, otro tipo de decisión. La toma el socio de Gobierno. En tanto como decisión de la vida interna del PSOE la respetamos, pero no es la que habríamos tomado nosotros.
Dice que la coalición goza de buena salud, pero estamos viviendo la mayor sucesión de episodios encontrados entre el PSOE y UP. Esa salud no está muy bien en el día a día entonces, ¿no?
En realidad lo que estamos aquí es ante una nueva cultura que está tardando un poco en normalizarse, como cualquier nuevo hecho que se produce en nuestro país. Es una nueva cultura de la coalición, nunca hasta ahora había habido una en el Gobierno, es un hito histórico. El hecho de que haya dos partidos es algo nuevo para la gente de nuestro país, también para los medios, que creo que magnifican cuestiones que forman parte de la normalidad democrática: que en el seno de un Gobierno en el que hay dos partidos diferentes, que se presentan con programas diferentes, hay diferencias de fondo en cuestiones relevantes que lógicamente se debaten cuando hay que tomar una decisión importante. Es una buena noticia.
¿Por qué?
El otro día lo explicaba muy bien el expresidente Zapatero, que decía que incluso en los gobiernos de partido único siempre ha habido debate. La diferencia, creo yo, es que esos debates se tapaban, se ocultaban y se tenían en despachos y ahora con transparencia y educación los tenemos de manera que la ciudadanía los pueda conocer y saber de qué se está hablando. No tiene sentido tomar decisiones dentro de despachos o a puerta cerrada, es bueno que la ciudadanía sepa de qué está debatiendo su Gobierno y quién defiende cada posición. Eso es relevante. Hemos tenido debates de más o menos calado pero que siempre han finalizado en un sentido positivo porque se han tomado medidas que van en la línea de mejorar la vida de la gente. Uno en más profundidad fue el de la prohibición de los desahucios sin alternativa habitacional, finalmente sacamos una ley histórica en nuestro país durante el estado de alarma. Esa una muy buena medida fruto del debate. Si la conclusión de los debates es que tenemos políticas que mejoran la vida de la gente, pues bienvenidos sean.
A los ministros socialistas, y lo dicen ya en público, les gustaría que se airearan menos esas diferencias porque así se funcionaría mejor. ¿Qué opina de esa crítica?
Es que yo creo que forma parte de la normalidad democrática que la ciudadanía pueda ser conocedora de esos debates. Nosotros no tenemos miedo al debate porque pensamos que los planteamientos que estamos haciendo son leales al acuerdo de coalición y a la gente que nos votó. Por tanto, no tenemos ningún problema en que los debates se conozcan. Eso sí, con máxima educación y respeto a las posiciones de todo el mundo, pero creo que forma parte del debate democrático. A veces se ha planteado la situación, y creo que es equivocada, de tratar de pensar que UP y el PSOE se van a mimetizar por el hecho de estar en el mismo Gobierno. Eso no es así, somos partidos diferentes con planteamientos muy diferentes. Por ejemplo, en el tema de la monarquía, en el que tenemos posiciones muy distintas y, sin embargo, podemos llegar a acuerdos, siempre y cuando nos lleven a hacer leyes, políticas y decretos que mejoren la vida de la gente, como hemos hecho este año con el escudo social. El martes lo prorrogábamos con esos ERTE que ha negociado la ministra Yolanda Díaz, con las medidas del alquiler, va ir pronto la moratoria hipotecaria y de préstamos personales. Muchas medidas que han ayudado que la gente, con muchísimas dificultades, se mantenga a flote en la peor crisis económica desde la II Guerra Mundial. Creo que lo estamos haciendo, dentro de que siempre se puede mejorar, bien, en la medida de que apostamos por iniciativas que mejoran la vida de la gente.
Por cierto, se aprobó la prórroga de los ERTE, pero no vimos a la ministra de Trabajo en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. ¿Qué sucedió?
La decisión se tomó en Moncloa y ya la explicó la portavoz del Gobierno en esa rueda de prensa. Pero creo que todo el mundo sabe que los ERTE es la medida que propuso Díaz y la que ha negociado la ministra en el diálogo social. Salga el que salga en la rueda de prensa, todo el mundo sabe que los ERTE son de Yolanda Díaz.
¿Qué le pasa con Margarita Robles?
Absolutamente nada, jajaja. Me hacen mucho esa pregunta, pero absolutamente nada. Creo que hemos tenido varios debates porque la ministra de Defensa se ha posicionado públicamente en algunas cuestiones que estamos debatiendo y hemos debatido, a veces públicamente y otras en el seno del Gobierno, de cuestiones que se han traducido en políticas muy ambiciosas. Por ejemplo, el que se tradujo finalmente en ese decreto ley, que en principio el PSOE no veía y que finalmente sí sacamos adelante, sobre la prohibición de los desahucios sin alternativa habitacional. Era importante defenderlo porque es de sentido común. Si le estamos pidiendo a la gente que se quede en casa, semiconfinamientos y medidas de restricción social, no tiene mucho sentido, nunca lo tiene, permitir que se desahucie a la gente en mitad de la pandemia y del invierno. Es intolerable para un Gobierno que se dice progresista.
Decía en aquel famoso tuit, que tanto revuelo armó, que la ministra de Defensa se había alineado con la derecha. ¿Es de derechas Margarita Robles?
Eso se lo tiene que preguntar a ella. Creo que tenemos que focalizarnos en las propuestas que estamos haciendo cada uno. Lo que me gustaría es que la gente escuchara las distintas posiciones y tomara posición en los debates que estamos teniendo. Ese debate tenía que ver con la lealtad. Nosotros lo hemos dicho muchas veces: somos leales al acuerdo de gobierno. Lo que no puede ser es que haya miembros del Gobierno que piensen que el acuerdo de gobierno es algo así como sugerencias o indicaciones. Eso no es verdad. En política ya acabó el tiempo en el que se podía decir una cosa en campaña, poner una cosa muy bonita en el programa y luego, cuando te elegían, hacías la contraria. Eso se terminó. Lo bueno del Gobierno de coalición es que tenemos un acuerdo negro sobre blanco que hay que cumplir a rajatabla. Que a mí el acuerdo me hubiera gustado que fuera más allá de muchos puntos, efectivamente. Hay muchas cosas, como la empresa pública de energía o convertir Bankia en una verdadera banca pública. El acuerdo tiene muchos puntos ambiciosos, desde la derogación de la reforma laboral hasta la prohibición de los cortes de suministros, la ley de cambio climático o acabar con los beneficios “caídos del cielo” del sistema eléctrico. Hay cosas muy ambiciosas y el acuerdo de gobierno se tiene que cumplir.
¿Cree que la vicepresidenta Nadia Calviño está boicoteando ese acuerdo de gobierno?
Yo creo que hay ministros a los que hay cosas del acuerdo de gobierno que no les gustan. Hay muchas cosas que no le gustan a la ministra Calviño, ella misma manifestó en declaraciones públicas que ella hubiera preferido que los presupuestos generales del Estado salieran adelante con el PP y no con la mayoría progresista que armamos, que por cierto UP ha trabajado mucho para que esa mayoría se consolide. Tenemos distintas opiniones, pero lo que tenemos en común es el acuerdo de gobierno. Lo único que vamos a exigir a todos los ministros es que cumplan el acuerdo de gobierno y que permitan que se cumpla.
Sobre lo que pasó con Margarita Robles, por primera vez los letrados del Congreso dijeron que se podía constituir una comisión de investigación sobre la monarquía. ¿Por qué cree que el PSOE se opuso?
Eso hay que preguntárselo a ellos. Lo digo con total honestidad, creo que va en beneficio precisamente de los partidos monárquicos que se pueda investigar a la casa real y que se pueda llegar al fondo de esos presuntos negocios, pero casi que se van confirmando todos. No entiendo que los partidos que se llaman a sí mismos monárquicos no sean los principales interesados en que se llegue al fondo del asunto y se investigue a la monarquía y el uso opaco de las tarjetas black por parte del rey emérito y de su entorno. Esa pregunta hay que hacérsela al PSOE. Iría en su propio interés cambiar de posición.
¿Van a llevar al Consejo de Ministros retirar ese título de rey emérito a Juan Carlos I?
Normalmente todas las labores de investigación que se pueden hacer de las responsabilidades políticas que se puedan derivar de lo que hizo el rey emérito y de sus negocios oscuros y corruptos quien tiene las mejores competencias es el Parlamento. Por eso hemos insistido con la comisión de investigación, que finalmente no ha salido adelante por octava vez. Pero nosotros seguiremos insistiendo. Independientemente de que el rey emérito mantenga el título o no, el futuro de la monarquía en España ya está ligado a la herencia de Juan Carlos I. Creo que quienes plantean quitarle el título de alguna manera tratan de despegarse de su legado, como si de alguna manera Felipe VI pudiera ser una cosa distinta de lo que fue su padre, como si no formaran parte de la misma institución. Lo que hemos dicho muchas veces es que la monarquía por su propia idiosincrasia, por la protección y el blindaje constitucional y por sus características hereditarias, es una institución en la que es muy fácil cometer delitos como los que presuntamente ha cometido el emérito. Por eso, no tiene tanta importancia quién lleva o no el título, sino el hecho de que es una institución que pone muchas facilidades para llevar a cabo negocios corruptos. Es el fondo del asunto. Es difícil separar la herencia de Juan Carlos I de la monarquía actual y de su hijo.
El Supremo ha archivado la causa Dina y ha devuelto las actuaciones al juez de la Audiencia Nacional Manuel Gacía Castellón. ¿Qué le parece? ¿Ha acabado este caso? ¿Supone un varapalo contra el magistrado la decisión del Supremo tras pedirle que imputara al vicepresidente segundo? ¿Considera que García-Castellón volverá a pedir la imputación de Iglesias? ¿Qué cree que declarará Dina Bousselham?
Una vez más vuelve a demostrarse que decíamos la verdad y que Pablo Iglesias es una víctima de las cloacas del Estado, que hicieron todo lo posible para que no llegáramos al Gobierno, incluso robarle el móvil a una asesora suya y publicar su contenido en el momento en que creían que podía hacernos más daño. Vuelve a demostrarse que en este país ha habido y sigue habiendo una persecución y una difamación constante a Podemos y a Pablo Iglesias por decir verdades sobre cómo funciona el poder. Una difamación que ha llegado al punto de intentar convencer a la población de que Pablo Iglesias era el culpable en el caso del espionaje a Pablo Iglesias.
Ojalá esto sirva para que el juez García Castellón ceje en su empeño de culpar al vicepresidente y se le reconozca como lo es, una víctima de las cloacas, porque tanto la Audiencia Nacional como ahora el Supremo han reconocido que no existen argumentos para acusar de nada a Iglesias. Me gustaría pensar que todos los telediarios que abrieron con este tema cuando el caso llegó al Supremo van a volver a hacerlo hoy para decir que Pablo Iglesias es víctima de las cloacas.
Su nombre no es tan conocido, pero es una de las personas con más poder en UP y la que ha negociado y negocia directamente con el PSOE. ¿Qué tienen entre manos? ¿Cuáles son las prioridades?
Tenemos muchas cosas entre manos porque este Gobierno trabaja mucho, estamos todo el día con cosas muy relevantes encima de la mesa porque la década perdida del PP nos dejó todo por hacer. Ahora una de las cosas más importantes es la ley de vivienda, que es uno de los proyectos de ley más importantes. Hay millones de personas para las que pagar la vivienda a fin de mes, ya sea un alquiler o una hipoteca, es un mal sueño asfixiante. Esta ley tiene que jugar un rol fundamental para poder bajar los precios del alquiler, tiene que ser nuestro objetivo para avalar a las CCAA y ayuntamientos para que declaren zonas de mercado tensionado, y en esas se puedan regular los precios del alquiler y pinchar de una vez por todas la burbuja.
Esta ley tiene que servir para luchar contra la especulación en la vivienda. Lo que hemos visto es que los grandes especuladores inmobiliarios, los fondos buitre, todo lo que es el sector privado inmobiliario entiende la vivienda como un bien o producto sobre el que se puede invertir y que tiene que servir para obtener beneficios. Pensamos que es un bien de primera necesidad, un derecho humano, y que el Gobierno tiene que equilibrar la balanza y conseguir proteger a la ciudadanía para que los precios bajen. Es verdad que el sector privado puede seguir teniendo beneficios pero tiene que arrimar el hombro y contribuir a que tengamos un parque público de vivienda en alquiler y bajen los precios. Esa corresponsabilidad es fundamental también en el caso de la Sareb, que es el banco malo. Tiene que pasar a ser el banco bueno. Ahora mismo tiene del orden de 135.000 inmuebles. No se entiende que no sepamos ni lo que hay ni que ese parque público no se ponga a disposición para vivienda de alquiler.
Lo que se ha escuchado de la música por parte socialista es que iría más hacia un modelo portugués de incentivos fiscales.
Ahora mismo estamos lejos en la negociación. Me gustaría ser un poco más optimista, pero tengo que decir que estamos lejos. Tengo que decir que al PSOE le cuesta despegarse de esos vínculos con el sector inmobiliario privado, con esa defensa de determinados intereses. Siempre hemos creído que el movimiento de defensa del derecho a la vivienda es quien nos ha permitido estar donde estamos hoy, defendiendo, por ejemplo, los decretos de prohibición de los desahucios. Defendemos intereses diferentes, pero creo que nos podemos acercar. Necesitamos una ley de vivienda que sea valiente, ambiciosa y proteja de verdad a la gente. Las medidas que se han propuesto en Portugal por desgracia no son eficaces para bajar el precio del alquiler y nuestro objetivo es que baje.
Hablando de subidas, en mitad del temporal, se ha visto una abusiva del precio de la luz. ¿Lo puede permitir un Gobierno progresista?
Hay que correr ya, no podemos esperar más tiempo, está en el acuerdo de gobierno, por ejemplo, acabar con esos beneficios caídos del cielo. Sé que se ha hecho muy famosa mi metáfora del aguacate. Me alegro. Ya sabéis que estamos pagando las energías más baratas que entran en el sistema de electricidad al precio de las más caras. No voy a usar otra vez la metáfora del aguacate, pero para que lo entienda la gente: pagar zumo de piña al precio del champán francés más caro. Eso no se puede permitir. Tenemos que acabar con esos beneficios que cobran energías que no se debe al gasto de producción. Eso se puede hacer con una reforma legislativa, que podría estar lista no en demasiado tiempo, y es lo que estamos proponiendo al socio de Gobierno para atajarlo cuanto antes.
Un sí o un no. ¿Está de acuerdo con la política migratoria de Grande-Marlaska?
Es una política migratoria demasiado heredada.
La semana pasada se dio un episodio sobre la ley de igualdad de trato, que fue registrada en solitario por el PSOE. Denunciaron en UP que no habían contado con ustedes. ¿Han sido desleales los socialistas y han incumplido los acuerdos?
Es una ley insuficiente.
¿Fue un error lo que dijo el vicepresidente Iglesias comparando a los exiliados con Puigdemont?
Fue un falso psicodrama.
¿Pero usted cree que son iguales?
Está fuera de toda duda de que UP es el partido que más ha defendido la memoria democrática en este país.
¿Qué va a pasar en Cataluña el 14-F?
Espero que veamos un Gobierno con En Comú Podem que apueste por la sanidad pública y los servicios públicos.
A escasos metros de aquí, tenemos el Ayuntamiento de Madrid con PP y Cs, gobernando con el apoyo de Vox. Se ha visto el episodio del mural feminista y la eliminación de la Dirección General de Igualdad. ¿Cómo cree que está condicionando la ultraderecha a esos gobiernos?
Es que está gobernando Vox de facto.
¿Le da miedo que en una situación tan difícil como la de ahora, con una crisis sanitaria y otra económica, la gente encuentre refugio en la ultraderecha?
Para eso tenemos que hacer políticas que vayan directamente a las condiciones materiales de la vida de la gente. Si protegemos a la gente, como hemos hecho con los ERTE, el escudo social y evitando que la puedan echar de sus casas, lo que hacemos es evitar que cunda el discurso de Vox de enfrentar al último contra el penúltimo.
¿Cómo es la oposición? ¿Estamos llegando a un clima como el de EEUU?
Les molesta lo que somos, no lo que hacemos.
¿Le preocupa que eso se traslade a la sociedad?
Si podemos seguir gobernando, creo que lo frenaremos.
¿Vamos a un confinamiento como el de marzo?
Vamos a tomar las decisiones escuchando a las autoridades sanitarias y si las autoridades lo recomiendan, se acatará, por supuesto.
Si estuviera en el puesto de la vicepresidenta Carmen Calvo en la comisión de secretarios de Estado y de subsecretarios, ¿qué ley decidiría que fuera el martes que viene al Consejo?
Toda la derogación de la reforma laboral.
¿Veremos esa derogación durante esta legislatura?
Con Yolanda Díaz al frente, estoy convencida de que sí.