Entrevista con Jaume Vives, creador de 'Resistència Catalana': "Cuando no cabe el debate racional, usamos el humor"
El grupo se hizo famoso cuando respondió a las caceroladas en Barcelona con una canción de Manolo Escobar.
"Esta es la contrarrevolución de los catalanes libres de nacionalismo. El humor y la verdad por bandera". Es el lema que reza en la página web de Resistència Catalana, el grupo que se ha hecho famoso por responder a las caceroladas independentistas con Manolo Escobar a todo volumen desde un balcón de Barcelona.
La idea partió de Jaume Vives, un joven periodista de 25 años, afincado en la calle Balmes de la capital catalana, desde cuyo balcón ha grabado varios vídeos contestando al independentismo catalán desde la ironía y el sentido del humor.
Territorio comanche para un Vives que, a su edad, ya ha escrito varios libros y ha rodado un documental sobre la persecución que sufren los cristianos en Líbano e Irak. En plena tarea para rodar otro, le ha "llovido del cielo" esta oportunidad para poder hacer llegar su mensaje "porque las verdades con humor entran mejor".
Desde su balcón de la calle Balmes ofrece resistencia.
¿Cómo se te ocurrió esta idea?
Fue una cosa muy espontánea, de mi familia. El primer día que empiezan las caceroladas, ellos estaban en casa y empezaron a gritar y a silbar. Me llamaron para contrarrestar con unos altavoces que yo tenía para proyectar mi documental en Irak. Al segundo día me los llevé y enchufamos Manolo Escobar. Pero hemos puesto Peret, sardanas, todo tipo de músicas. Y también hemos hecho algunos discursos.
¿El balcón es de tu casa?
Yo me caso en un mes y hasta que no me case estoy viviendo con mis padres, así que todavía me pertenece un poco.
¿Cómo fue el día después del primer vídeo que se viralizó?
No nos lo esperábamos. Justo el día que se viralizó el vídeo que nos grabaron los vecinos de enfrente con Manolo Escobar, nosotros habíamos grabado un vídeo con un discurso que tuvo incluso más reproducciones que aquel. Es un discurso hablando a los independentistas perseguidos de Sarrià. Se empezó a hacer grande y hablamos de hacer cuentas en Facebook, en Twitter y en YouTube, y de seguir haciendo vídeos, con la idea de hacer una crítica social desde el humor.
¿Hablaste con el vecino que grabó el primer vídeo?
Lo conocí porque envió el vídeo a un grupo en el que yo estaba y dije, "¡coño, pero si este es mi balcón!". Y el día 8 de octubre, el de la gran manifestación [unionista], como nosotros íbamos con un carrito de la compra con altavoces y con música, nos encontramos a varios vecinos que hasta el momento no conocíamos de los balcones de enfrente. Y alguna noche, alguno se ha venido al balcón a nuestras fiestas.
Entonces, ¿ha habido más solidaridad que crítica?
Pues la verdad es que sí, nos hemos quedado sorprendidos. Al haber cogido tanta repercusión, pensábamos que nos iban a caer palos por todos lados. Y creo que acabarán cayéndonos palos por todos lados, pero por el momento nos estamos riendo mucho porque, a cada cosa que publicamos, a cada tuit, a cada vídeo, los comentarios nos hacen morirnos de la risa. Sí que ha habido alguna crítica, pero pocas. Entre los vecinos lo mismo, los ha habido que salen a bailar con nosotros y otros a los que no les ha gustado. Nosotros nunca hemos insultado, es una norma indispensable para entrar en nuestro balcón.
¿Cuántos os reunís en el balcón?
Depende, hay veces que estamos los cuatro de la familia, otras veces mi padre solo. A veces estaban mi madre y mi hermana. Otras veces hemos estado más de veinte... depende.
Para quienes no conocen Barcelona, ¿dónde está la calle Balmes? ¿Qué tipo de barrio es?
Es una calle de una de las zonas más adineradas de Barcelona, lo que no quiere decir que todo el mundo que viva allí sea gente adinerada. Lo que sí que quiere decir es que quienes vivimos allí tenemos la gran suerte de que a la gran mayoría no nos falta de nada. Es gracioso que en uno de los barrios más ricos de Barcelona, haya gente que se siente menospreciada y que se la tiene olvidada, cuando tienen las mejores infraestructuras y no les falta de nada. Es un barrio muy familiar.
¿Es un barrio independentista?
No lo sé, la verdad. Yo creo que en Barcelona se rompe un poco lo que pasa en el resto de España, que la gente con más dinero quizás es más del PP. En nuestro barrio, que es un barrio burgués, hay bastantes independentistas. Me atrevería decir que en los barrios más humildes es donde menos independentistas hay, porque están preocupados por los problemas de verdad.
¿Tenéis previstas más entregas?
Tenemos pensado hacer alguna parodia más, pero vamos a ver cuándo las hacemos. Lo que tampoco vamos a hacer es machacar a nuestros pobres vecinos, tampoco queremos ser unos capullos. Sobre todo si no hay caceroladas o la situación no lo exige. Si los locos que nos gobiernan nos obligan a hacerlo, lo haremos. Y esperamos volver al balcón, que nos lo pasamos muy bien. Pero no sé ni cuándo.
¿Qué crees que va a ocurrir en Cataluña?
No lo sé. Lo que pienso es que ahora mismo en Cataluña hay un fuego prendido, que no está muy extendido, pero que cuando sople el viento se va a extender y se va a descontrolar. Ahora hay una fractura y es evidente, porque los catalanes estamos enfrentados entre los buenos y los malos. Somos enemigos; es una cosa absurda.
¿Lo notas en tu entorno?
Yo tengo la suerte de tener buenos amigos y no tenemos problemas de este tipo. Pero los ves. Además están las mentiras que nos han vendido desde los medios de comunicación de que el enemigo está fuera de Cataluña y que el enemigo es España. Eso es una gran mentira histórica. ¿Cómo acabará esto? No lo sé, pero el odio ya se ha cultivado y está dando sus frutos. Tristemente, han vendido un gran sueño de libertad y felicidad a mucha gente que se lo ha creído y renunciar a eso es muy difícil. Todos queremos ser felices. Conseguir que la gente suelte eso no va a ser posible. La mentira está hecha, el sueño está vendido y la gente no va a renunciar. La gente querrá llegar hasta el final y los políticos harán como siempre: conservar el poder, mantener su chiringuito e ir aflojando y estirando para que se perpetúe hasta la eternidad.
¿Qué crees que responderá Puigdemont?
Creo que no lo sabe ni él. A lo mejor responde que sí y luego "pero no". O "pero a lo mejor". No sé, no tengo ni idea. Pienso que se ha suicidado. Aparte de traicionar a su tierra, ha traicionado a los independentistas. No sé lo que va a hacer, pero está en un buen aprieto.
¿Qué te parece la actuación del Gobierno?
El Gobierno ha intentado apagar el fuego con gasolina y ha mandado a desprestigiar a la Policía Nacional y a la Guardia Civil para lavar su imagen en el resto de España, sabiendo que eso no solucionaría absolutamente nada. Ha creado una campaña de odio contra la Policía y la Guardia Civil, y una gran alabanza a los Mossos d'Esquadra, a los que dentro de poco empezarán a escribir oraciones. Es un problema mucho más serio que esto, que viene del señor Pujol, con la educación, con la manipulación de la historia de nuestra tierra y con una flagrante manipulación de los medios de comunicación, tanto públicos como privados, que deberían cerrar.
Te veo muy pesimista
A ver, nosotros le ponemos humor porque está tan fanatizado el discurso y hay tanto odio, que no cabe el debate racional. Cuando no cabe el debate racional, usamos el humor. Porque el humor es esperanza y es una forma de lucha, porque las verdades con humor entran mejor. El humor hace que a veces se te escuche. Con el humor nos han llegado testimonios de gente que ha escuchado nuestro mensaje, independentistas y no independentistas. Ellos juegan con el hecho de pintarnos como gente oscura, peligrosa, fascista, neonazi, casposa, autoritaria, peligrosa... Hay una imagen, un cliché que les sirve para su discurso que es que somos el enemigo y que somos fascistas peligrosos. El humor te permite hacer ver que ni ellos tienen el patrimonio del humor y que su enemigo, que es lo que somos nosotros para ellos, no es un fascista peligroso, sino una persona normal y corriente.