El exvicedirector de prensa del Vaticano, sobre Benedicto XVI: “Sufría con la imagen que daban de él"
Entrevista con Angelo Scelzo, nombrado por el papa antes de renunciar. Ambos compartieron numerosos momentos privados desde entonces.
Pero ¿por qué Ratzinger ha sido calificado de tantas cosas?
A pesar de los pesares, los que lo han conocido y trabajaron con él cuando era cardenal, siendo luego el papa Benedicto XVI, y finalmente como papa emérito, aseguran y reaseguran que era una persona cercana, tierna y encantadora.
Su aspecto era tal que sus retractores le llamaban el “rottweiler de Dios”. Muchos de los que le calificaron como una persona agria y distante antes de conocerlo cambiaron radicalmente su manera de pensar. ¿Era una cuestión de imagen?, ¿de timidez o por tener un carácter reservado? Algo no cuadra.
A Angelo Scelzo, un histórico periodista y forofo absoluto del equipo de futbol de la Salernitana, colaborador en medios como el diario Avvenire y el periódico del Vaticano l’Osservatore Romano y tantos más, todavía le asombra cuando recuerda que el mismo papa Benedicto XVI había escrito la carta en donde lo nombraba Subdirector de la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Supuestamente, un papa tiene muchísimos otros frentes como para dedicar un segundo a seleccionar a un periodista para que se ocupe del tema de la comunicación, pero ¿a qué suena un Papa nombrando a un periodista 20 días antes de su dimisión? Se confirma una vez más que Benedicto XVI tenía muy pensado su retiro y lo fue preparando él personalmente sabiendo el revuelo que se iba a levantar.
Las previsiones de Ratzinger
Angelo Scelzo cuenta cómo el papa actuó en ese momento, cuando pensó en tirar la toalla y lo hizo de manera ejecutiva: “El papa se había dado cuenta de lo que faltaba por organizar en la sala de prensa del Vaticano y a mi modo de ver, previniendo la que se iba a venir con su dimisión, me nombró Vicedirettore della Sala Stampa della Santa Sede”.
La sala de prensa del Vaticano es el punto de referencia de los periodistas procedentes de varias partes del mundo que cubren las noticias de la Santa Sede y donde se mueve la “enorme maquinaria vaticana” de cara a la prensa local e internacional para momentos como el recién vivido por la muerte del papa emérito Benedicto XVI, los participantes en los viajes apostólicos, las audiencias del Papa, etc. Todo lo tienen perfectamente previsto, orquestado y calculado y Angelo Scelzo fue el responsable de crear la nueva manera de actuar con la prensa en aquel momento.
Cuando Joaquín Navarro Valls, único español que ha sido portavoz de la Santa Sede y que trabajó con el Papa Juan Pablo II 22 años y 15 meses con Benedicto, Angelo Scelzo era Subsecretario del Consejo Pontifico de la Comunicación Social de la Santa Sede. Su primer encuentro y los posteriores con el papa Ratzinger, los desgrana en un encuentro con El HuffPost a unos pasos de la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
“Nosotros, el papa Benedicto XVI y yo, nos encontramos por primera vez en el Consejo Pontifico y enfrentamos juntos un primer evento de la mejor manera que pudimos. El padre Lombardi, que en ese momento era el portavoz de la Santa Sede, lo hizo desde el punto de vista de comunicar lo que iba sucediendo y yo, desde el punto de vista organizativo para darle la mayor posibilidad de acceso a las televisiones, como por ejemplo a la Capilla Sixtina, etc. y es algo que ha funcionado bien”.
Sobre la relación que tuvo con Ratzinger, Angelo Scelzo lo confiesa: “Yo al Papa Benedicto lo he tratado más después de su dimisión”. Benedicto XVI vivió en el Monasterio Mater Ecclesiae, durante casi diez años, en su retiro rodeado de la que se convirtió en “su familia vaticana”. Desde el 2 de abril de 2013, sus dias pasaron acompañado de su secretario, Georg Gänswein, un médico, un enfermero y cuatro mujeres laicas consagradas del instituto ‘Memores Domini’. Prácticamente nunca abandonó su retiro, salió de Italia solo cuando viajó a Ratisbona, Alemania en Junio de 2020, para despedirse de su hermano Georg Ratzinger que estaba muy enfermo. Otra salida la hizo al Hospital Policlinico Gemelli en 2013 porque quiso ir a ver a su hermano.
Benedicto prometió permanecer en silencio por respeto a su sucesor, pero durante todos estos años sí recibió en su retiro, a personas “fuera de su familia vaticana” con las que conversaba y paseaba por los jardines vaticanos.
El que fue el subdirector de la Sala de Prensa del Vaticano, cuenta que una vez que el papa ya estaba retirado y pensando en agradecerle el detalle de su nombramiento y la forma en que lo hizo, llamó a su secretario Georg Gänswein y le preguntó si podía visitar a Benedicto. Después de esa primera vez confiesa que no fue solo una visita: “He estado unas diez veces”, comenta.
Rezó el rosario con Benedicto en las Grutas Vaticanas
No se imagina uno cómo se organizaban estos encuentros con el papa durante su retiro y desconocidos hasta ahora, hasta que no lo cuenta quien lo ha vivido, como es el caso de Angelo Scelzo. Fue tanto lo que caminó su relación que el mismo papa emérito pedía que le llamara para rezar el rosario en las grutas vaticanas. “He tenido el gran privilegio de haber sido invitado, una tarde, no solo a su casa, sino a ir a rezar el rosario a las Grutas Vaticanas, paseando en los jardines. Para mi esta ocasión fue algo excepcional”.
“Recuerdo también una tarde, que estábamos solos, sentados en el banco de los jardines con el padre Georg, su secretario, hablando de tantas cosas, como los problemas de la iglesia y de otros temas cotidianos o sobre temas relacionados con la comunicación de la Santa Sede”.
Ratzinger era consciente que su imagen era diferente a lo que él en realidad era
Scelzo recuerda que el papa le contó que la imagen que daba la prensa sobre él no era justa: “Se daba perfectamente cuenta de los mecanismos que utilizaban los diarios para dar una imagen desfigurada, una imagen que consideraba injusta y con ello sufría”, recuerda que también comentaban durante sus encuentros sobre la política italiana.
Al papa no le interesaba para nada el futbol
En este encuentro extraordinario que me ha concedido, Angelo confiesa que nunca había hablado con ningún medio sobre sus encuentros con el papa emérito, y la única fotografía que le pidió a Ratzinger en una de sus visitas (que la lleva en su móvil), es cuando le llevó un libro que acababa de escribir sobre su equipo de futbol del cual es un auténtico aficionado y que se acababa de publicar: “Estábamos sentados uno a lado del otro, el libro es sobre los 100 años de mi equipo de futbol favorito, La Salernitana, al papa Ratzinger no le interesaba en absoluto el futbol, pero como el libro está editado de una manera muy especial se lo quería regalar y cuando se lo acerqué le dije: Santidad, sé que esto a usted … en fin... pero hizo el gesto para que se lo pusiera encima de las rodillas y le pregunté si podía hacerle una foto y la hice”.
Angelo Scelzo nació en Salerno y Ratzinger lo recordaba: “Hablando de esa zona de Italia, me mostró una fotografía de su viaje a Paestum con su hermano en 1995 cuando era cardenal, recordó también su viaje a Nápoles. De estos lugares hablaba con mucha emoción”.
El papa era goloso, según lo comenta Angelo y sabiéndolo le llevó una tarta llamada sgarzetta (es conocida como la mitra de los cardenales por su forma redonda y de color rojo, originaria de Paestum, Salerno). El papa no sabía el significado de todo esto pero no dudó en preguntárselo, con esto Ángelo quiere contar sobre la empatía humana del expontífice y hace hincapié en que estaba interesado por la vida normal: “Cuando hablabas con él pensaba en ti, le interesabas tú, permanecía concentrado totalmente en ti”.
Recuerda que en otra visita, el papa emérito Benedicto lo vuelve a sorprender diciéndole: “Ha cambiado de gafas. Yo había cambiado de gafas pero ni siquiera lo recordaba”. Otra vez me dijo que se acordaba que yo había estado en un almuerzo de la Sant Egidio. Él se fijaba en todo y lo más increíble es que lo recordaba”.
A Ángelo nunca le negaron visitar al papa emérito. Se encontraban en su casa o en una banca de los jardines vaticanos.
Sobre el papa Francisco
El papa Benedicto veía con preocupación que había una señal que una parte de los católicos se estaban alejando: “Él sentía el relativismo que tenían. Estaba preocupado por el cambio. Yo quise mantener esta discreción de no hablar de temas delicados sobre la situación de la iglesia. Cuando hablaba de Francisco, se refería a él con un gran afecto y consideración sobre la responsabilidad y del que tenía en sus espaldas”.
El papa emérito estaba contento de haber dimitido, de dedicarse al pensamiento dice Scelzo. Subraya que era un hombre sereno, aunque veía las crisis y las dificultades del mundo y se mantuvo tranquilo con el nuevo papel que eligió de dar a la iglesia. “Nunca tuve la impresión de que hubiera querido instrumentalizar, desde su nuevo papel, las decisiones de la iglesia”
La herencia de Ratzinger
Angelo Scelzo opina que será muy considerado, aunque recordado como “el papa de la renuncia”, el testimonio de amor a la iglesia de sus ocho años de pontificado se quedará allí para siempre, a pesar de los momentos de las grandes tensiones como Vatileaks los escándalos de la pedofilia y todo eso: “Él los ha afrontado con gran conocimiento de lo que estaba pasando, de una manera dramática, dejándolo en una parte de la historia de una manera diferente”.
Benedicto ha sido un gran papa, asegura, un papa que tuvo la gran herencia del papa Wojtyla, y que a pesar de que pudo haber copiado algo de su predecesor no lo quiso hacer, no ha sido un especie de “vicepapa”, pretendiendo alargar el pontificado de Juan Pablo II. “Esta iglesia que ha celebrado sus funerales, es la iglesia de la modernidad del Concilio”. Francisco encontrará otros retos, son otros problemas, es otro mundo.
Ratzinger ha sido el último papa de la antigua Europa, no solo para guiar al mundo sin ninguna presunción, fue un momento en el cual había que adecuarse, con la conciencia que la iglesia tiene todavía mucho por decir. Los últimos dos papas europeos, vienen del corazón de las tradiciones europeas, un polaco y el otro alemán.
¿Francisco se sentirá más libre?
“Yo creo que Francisco siempre ha ido solo, sentirá de alguna manera el vacío, la falta física y también el punto de referencia que representaba una iglesia que ha acompañado el traspasar el milenio” .
Humanamente sentirá ese vacío que le podía ser útil a su pontificado.