Aitor Esteban: "Vox es fascista"
Entrevista al portavoz del PNV en el Congreso y candidato por Vizcaya: "Hubo silencio absoluto de Rivera y Casado sobre la intención de Vox de ilegalizarnos".
Si uno pregunta por los pasillos del Congreso a políticos y periodistas, hay unanimidad sobre Aitor Esteban (PNV) como uno de los mejores oradores de la Carrera de San Jerónimo. Es una de las voces más respetadas en estos trémulos momentos de la política española.
No para ni un segundo estos días. De acto en acto, de debate en debate. Y es el protagonista de una de las imágenes más comentadas de esta campaña: se negó a darle la mano al portavoz de la ultraderecha, Iván Espinosa de los Monteros, durante el cara a cara en RTVE. “Son fascistas, antidemocracia, totalitarismo y represión”, se reafirma.
Se confiesa en esta entrevista con El HuffPost sobre ese momento, lo que puede pasar este domingo y si tiene en mente ser ministro. Con una advertencia incluida: son las elecciones más abiertas en años.
¿Cómo vio el debate entre los candidatos? ¿Qué conclusiones sacó?
Muy preocupado. Lo primero: si no está el PNV, no hay propuestas sobre Euskadi específicas. Segundo, con el problema que tenemos encima de todo el tema de reconocimiento nacional y territorialidad, nadie dio ninguna solución. Propuestas sí que hubo, pero se resumían en mano dura y modificar el Código Penal para endurecerlo más. El propio candidato socialista soltó algo que es tipificar la convocatoria de un referéndum, más leña al fuego. No lo entendí. En tercer lugar, hubo cosas de varios candidatos, incluido Sánchez, que entrarían en competencias que son propias nuestras (tema educativo o de medios).
Y lo que fue absolutamente terrible, dando idea del ambiente, fue cuando se le interpela a Casado y Rivera para que den su opinión sobre la intención de Vox de ilegalizar el PNV y hubo silencio absoluto. Tiene su lectura. No sé los constitucionalistas cómo interpretan la Constitución. Pero si la defensa de un partido democrático no está por encima o no es algo muy importante para salir y dejarlo clarito, es preocupante.
Se ha convertido en uno de los momentos más comentados de esta campaña cuando no le dio la mano a Iván Espinosa de los Monteros (Vox) después del debate ‘a siete’. ¿Por qué?
Intento evitarle para no tener que darle la mano. No son demócratas. No es un partido más, no es un adversario. Son fascistas. Y, además, ellos hacen gala de eso. En el debate, Abacal utilizó una cita de uno de los fundadores de la Falange. ¿Hablan mal de Franco? Ni muchísimo menos. ¿Dónde está Tejero? Hay diputados suyos como Rosety, uno de los generales que firmó ese manifiesto a favor de Franco. Son el totalitarismo y la represión. La antidemocracia.
He oído a una candidata del PP en Vizcaya diciendo que es un partido constitucionalista. Si los constitucionalistas interpretan la Constitución así, creo que no viven en Europa. O si es Europa, es muy del Este. No le di la mano porque me llama racista en pleno debate, quiere ilegalizarnos y tiene un programa como el que tiene, en términos totalitarios y mezclando inmigración con delincuencia. ¿Estoy obligado a darle la mano a un fascista? Creo que no. Es un ejercicio hipócrita venir a darme la mano cuando lo que quiere es laminarme y eliminarme. Claro que no le doy la mano.
¿Le asusta que Vox aparezca en casi todas las encuestas como el tercer partido de España el próximo domingo?
Claro. Pero es que si no se le hace frente de manera conjunta por los partidos y nadie dice nada, al final pasa por un partido normal. ‘Bueno, es una opción más, no pasa nada’. Claro, se les blanquea por las televisiones, con programas de entretenimiento y magazines. Los partidos no dicen nada, no les cortan. Hay tantas barbaridades que dicen… Debería hacerse un cordón sanitario como en otros países. Si tú les normalizas, al final crecen. Al final resulta que el tigre luego para meterlo en la jaula… Ostras, reaccionen de una vez. Es un error lo que están haciendo los partidos políticos del Estado: piensan que por ignorarles les va a votar menos a los de Vox. Pues no.
Ya acertó en el pronóstico hace meses de que iríamos a elecciones. ¿Qué piensa que va a pasar este domingo?
No lo sé. Son las elecciones más abiertas que hemos tenido en muchísimos años. Se ve también en las encuestas, las horquillas son amplísimas. No sé si debajo de toda esta demoscopia hay una movimiento magna que nos pueda sorprender, no sé en qué sentido. En fin, en Euskadi somos una sociedad más pequeña y es más fácil que las encuestas vayan acertando.
En el debate Sánchez no contestó a una pregunta que es recurrente. ¿Cuántas naciones hay en España?
Aquí en Euskadi hay mucha gente que se siente vasca únicamente y no española. Y podemos llegar a un acuerdo para formar parte de un Estado, pero el sentimiento lo lleva cada uno. ¿Eso ocurre en Extremadura? No. ¿En Andalucía? No. Entonces, no le hagamos trampas al solitario. ¿Dónde ocurre hoy en día? En Cataluña y en Euskadi, de una manera notable. En Galicia también hay unas características culturales, pero no hay una demanda hoy por hoy política en ese sentido.
¿A quién prefiere el PNV como presidente después del 10-N?
Veo a un Casado que se fue a la derecha desde el primer momento, que es su estado natural. Le han hecho intentar modificar esa imagen, pero es un Casado que hace poco ha vuelto a reclamar recentralizar las competencias de educación y de sanidad. No dudará en absoluto si le dan los números para hacer un Gobierno tirando de los votos y de Cs.
A Sánchez le veo que no sé qué es lo que quiere exactamente. Es lo primero que le tendremos que preguntar. Bueno, bien, usted dice que ‘me dejen gobernar’. Este país empieza a ser muy raro porque ha dejado de ser un sistema parlamentario desde hace tiempo. Ahora las leyes las hace el Gobierno a través de decretos ley, llevamos así ya años. Es insoportable. Tiene que buscar un mínimo apoyo parlamentario, saber hacia dónde quiere tirar. Necesitamos un poquito de definición, sabiendo además que la situación es muy débil. Nosotros queremos que haya una estabilidad institucional porque necesitas un interlocutor y alguien que gestione la salida de estos problemas. Lo que no se puede es estar entre mil aguas. Ser valiente, tener visión de futuro y ser algo estadista. Si eso es así, estaremos para apoyar. Pero a ver qué sucede con nuestra agenda.
¿Se vería de ministro en un Gobierno de coalición después del 10-N?
Estamos centrados en Euskadi. Nosotros, ministros hemos tenido una vez en la vida. Fue una excepción muy especial: en plena Guerra Civil porque era una manera de que nos dieran el Estatuto de una vez. Fue el ministro Irujo, un navarro que hizo una gran labor y salvó muchas vidas durante la República. Pero fue una excepción y una circunstancia que no se da en estos momentos.