En lo que va de siglo, se ha ahogado tanta gente en el Mediterráneo como en 25 'Titanics'
Un tuit de CEAR en el aniversario del naufragio del mítico buque saca los colores a la UE por su inacción.
Un 14 de abril de hace 105 años se hundía el barco más famoso de la historia, el Titanic, el que era hasta entonces el mayor barco de pasajeros creado por el hombre. Su choque contra un iceberg -según las investigaciones más serias sobre el asunto- acabó hundiendo un transatlántico que era el ejemplo del progreso de los tiempos, de la modernidad. 1.514 personas murieron en el accidente.
El Titanic ha quedado en la memoria colectiva como el naufragio por antonomasia, ejemplo de tragedia en el mar. Por eso hoy CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, ha aprovechado su recuerdo, ese que ha inspirado hasta películas y lujosas exposiciones, para lanzar un toque de atención a las autoridades europeas ante un drama mucho mayor y notablemente menos recordado: la muerte de migrantes en el Mar Mediterráneo, tratando de alcanzar las costas de Europa en busca de paz, pan y futuro.
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Según indica CEAR en el vídeo que ha difundido en Twitter, en lo que llevamos de siglo XXI son ya 38.000 las personas que se han ahogado en el Mediterráneo, esto es, el equivalente a 25 Titanics. "¿Imaginas lo que dirán de Europa en 105 años?", se pregunta el montaje, una cuestión lanzada al aire que saca los colores a los países ricos que no están haciendo lo suficiente para atender a quienes buscan refugio y evitar que se echen al mar, a la desesperada.
El vídeo entra dentro de la campaña impulsada con la etiqueta #ViasLegalesYA y #UErfanos, con la que la Comisión busca concienciar sobre un drama que, tras el foco mediático en el verano de 2015, no ha cesado.
RUTAS MÁS PELIGROSAS
CEAR ha denunciado recientemente que, por culpa del "vergonzoso acuerdo" entre la UE y Turquía, la situación para los refugiados se ha complicado, llevándoles a emprender rutas más largas y arriesgadas en su empeño en llegar al continente. Más de 4.800 personas ha perdido la vida en el Mediterráneo desde la firma del acuerdo, un 25% más que en el mismo periodo del año anterior. Un total de 25.846 niños (9 de cada 10 no acompañados) se embarcaron en la ruta del Mediterráneo Central, el doble que el año anterior, y al menos 700 perdieron la vida, según datos de UNICEF.
Pese a que el número de llegadas ha descendido abruptamente en la ruta desde Turquía, esto no ha evitado que sigan aumentando las muertes de quienes han optado por vías marítimas o terrestres más peligrosas, hasta marcar un "nuevo macabro récord" el pasado año de 5.092 personas muertas, de las cuales un 90% perdieron la vida en la travesía entre Libia e Italia.
Como consecuencia en parte de este acuerdo, miles de personas se han quedado atrapadas en tránsito en países europeos, en condiciones infrahumanas y sin garantías de que puedan ejercer sus derechos. Más de 62.000 están actualmente bloqueadas en Grecia, de las cuales más de 14.000 están confinadas desde hace un año en centros de detención de las islas que están por encima de su capacidad y donde se les prohíbe la libertad de movimiento. Todas ellas se mantienen a la espera de que los países europeos agilicen las reubicaciones antes de que finalice el plazo en septiembre de este año. Hasta la fecha solo han sido capaces de cumplir con el 9% de este compromiso, en año y medio. A esto se unen las expulsiones a Turquía por las autoridades griegas sin un análisis individualizado ni la oportunidad de solicitar asilo, documentadas por ACNUR.
Al mismo tiempo, más de 6.500 personas malviven en Serbia, en campamentos improvisados donde han tenido que superar un invierno con temperaturas mínimas de hasta menos 15ºC. También se calcula que hay más de 4.000 en Bulgaria, país que junto a Hungría está cerrando sus fronteras y ha recibido varias denuncias por abusos y trato inhumano a las personas migrantes y refugiadas, así como por devoluciones ilegales a Turquía. Se calcula que desde marzo de 2016 al menos 80.000 personas han entrado por la ruta de los Balcanes a territorio europeo, principalmente huyendo de Siria, Afganistán e Irak.
El acuerdo UE-Turquía ha sido solo la antesala de nuevos planes de externalización de fronteras europeas a países como Libia, al cual destinará millones de euros para que este país frene las salidas y devuelva a las personas que quieren alcanzar Europa a sus lugares de origen, sin importar ni sus derechos ni sus vidas.
Todo esto ante la falta absoluta de vías legales y seguras para solicitar asilo, que sigue condenando a miles de personas a poner sus vidas en manos de traficantes de personas. Desde la entrada en vigor del acuerdo, los países miembros de la UE solo han sido capaces de reasentar a 3.565 personas desde Turquía, apenas un 16 por ciento de lo que se comprometió hasta julio de 2017. Además, la angustia de los refugiados en Europa aumenta debido a la lentitud en los procesos de reagrupación familiar.
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