En el PSOE solo hay Pedro

En el PSOE solo hay Pedro

Al problema de que los militantes socialistas no tienen como imagen más que el rostro de Pedro Sánchez, se suman otras cuestiones muy delicadas.

Pedro Sánchez.JOHN THYS via Getty Images

“Yo no me siento reconocido en los portavoces, en las caras que nos representan. En el PSOE actual solo hay Pedro”. La frase pertenece a uno de los diputados sanchistas que apoyaron al presidente del Gobierno. La resaca continúa, aunque la cumbre de la OTAN desviará la atención del fiasco de la izquierda en Andalucía. Pero cuando Pedro Sánchez despierte del glamour europeo y atlantista, el dinosaurio seguirá en la habitación. Y no solo en Andalucía, sino en todo el país.

Aunque sus más allegados reconocen que Sánchez —como todo el Partido Socialista— sigue en shock por Andalucía —“¡Dios, Dos Hermanas y Sevilla han caído!”— y el presidente va a echarse a la carretera para patear pueblo a pueblo, las cosas han cambiado. La orden a los ministros de todos a patear la calle, para que sean visibles al menos sus caras, no va a bastar. “El problema es que no hay ningún portavoz reconocible por el electorado, ninguno que digas ”¡este es el PSOE!”, insiste otra señoría castellana que ya padece al Gobierno del PP y Vox.

Reconocibles o no, la inflación y la amenaza de la recesión cabalga a marchas forzadas por todo el mundo y “cuando Pedro vaya de pueblo en pueblo, de sede en sede, se va a encontrar con que ya no es el hombre masacrado por su Ejecutiva, sino el presidente del Gobierno culpable de que ellos no lleguen a fin de mes. Y eso entre los nuestros. Yo me he encontrado en Andalucía compañeros del partido que no veían mal a Vox, comparando con que nosotros pactamos con Bildu. Si un socialista no ve la diferencia entre uno y otro, es que algo hemos hecho muy mal. Los barrios más humildes se han quedado en casa. Ha habido un 90% de abstención en esos lugares”, recuerda un dirigente de Ferraz, la sede socialista y central en Madrid, cuyo nombre ya suena tan lejano en territorios que fueron de izquierdas.

Crisis de Gobierno o adelanto, los Presupuestos darán pistas

Desde todos los estamentos oficiales socialistas, ya sea La Moncloa, ya sea esa sede de Ferraz, dan por hecho que la intención de Pedro Sánchez de aguantar hasta el final de la legislatura, otoño del 2023, es cierta en estos momentos, pero puede cambiar en cuanto salte algún nuevo cisne negro, un imprevisto más. Hasta ahora, una pandemia, un volcán y una guerra en Europa pueden no ser suficiente. “Todos esos cisnes-imprevistos se han tragado más de 140 leyes progresistas, sociales, no han calado. Y la inflación va a ser de pesadilla”, replica otra dirigente del partido con toda la experiencia a su espalda.

“Muchos pensamos que debería haber una crisis de Gobierno ya, después de la cumbre de la OTAN. La última, ahora va a hacer un año, no ha funcionado. El Congreso del PSOE tampoco funcionó. Eso es obvio. Aunque envíe a todos los ministros a recorrer España no basta. En septiembre tiene que decidir si lleva los Presupuestos al Congreso o no hay posibilidades y los prórroga, por eso tendría que hacer cambios en el Gobierno en julio o agosto, meses sin mucha noticia y quizá recuperaremos algo. La inflación es tremenda, el riesgo de recesión es global para todos los gobiernos. Tendrá que hacerle frente”, explica un dirigente autonómico del PSOE, economista y también preocupado por la falta de referentes actuales en su partido.

Muchos pensamos que debería haber una crisis de Gobierno ya, después de la cumbre de la OTAN
Un dirigente autonómico del PSOE

El problema de Escrivá, el fracaso de la remodelación

Que la última remodelación del Gobierno ha sido un fracaso es una obviedad para los antiguos y nuevos dirigentes. Al problema de que los militantes socialistas no tienen como imagen más que el rostro de Pedro Sánchez, se suman otras cuestiones muy delicadas. A saber: es reconocido por unos cuantos ministros que el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se ha convertido en un problema. Y de los gordos, dado el ministerio tan importante que gestiona. O mejor, que no gestiona.

Buen técnico y mal político es el dictamen general. No solo es que haya tardado meses y meses en gestionar el cobro del salario mínimo, mejoras de ayudas y la cantidad de asuntos sociales que dependen de su departamento -su Ministerio es un tapón de las medidas que aprueba el Gobierno, no llegan a la gente- sino que tampoco destaca por sus relaciones con sus equipos. Al mismo tiempo que el PSOE arrastraba la sangría de Andalucía, dimitía más gente de Escrivá. Secretarios de Estado que se enteraron de que su ministro les estaba buscando recambio y decidieron no esperar más. Ahora acaba de incorporar como secretario de Estado a Borja Suárez, “economista joven, listo y que procede de Economistas frente a la Crisis. “Oye, si tus ministros no quieren hacer calle, saca a los secretarios de Estado. Tenemos muchos y buenos”, explica una exministra.

Las alcaldesas ministras cuestionadas

En estos tiempos, cuando en provincias y autonomías, el personal del PSOE echa de menos a Carmen Calvo y José Luis Ábalos —quienes ponían la cara por el presidente para que se la partieran—, hay otro asunto que tienen que analizar: las alcaldesas como ministras no han funcionado. Y aunque desde Ferraz insisten en que “han tenido poco tiempo y ha pasado de todo”, otro mantra, la gestión municipal como valor para auparte en el Gobierno, junto al de joven y mujer, también tendrá que someterse a revisión.

“Mira que Diana Morant, la ministra de Ciencia, es maja y sabe, pero no arranca. Y Raquel, la de Transportes, no ha tenido tiempo de aprender. Le estalló en la cara la huelga de camioneros. Pero es que tampoco se dejan ayudar mucho. O no tienen de quien recibir instrucciones claras, que ese es otro problema. La única que ha podido cuajar un poco es la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, pero por la visibilidad mayor. No, estaban verdes y no han tenido tiempo de madurar. Pero así son las cosas en política. No han sabido ellas tampoco ponerse las pilas”, explica otra exministra, compasiva con sus colegas, pero algo asombrada de la falta de remango de las “nuevas” para llamar a La Moncloa y preguntar directamente, ya sea a Félix Bolaños o al dúo Oscar López-Antonio Hernando: “¿esto de qué va?”. Qué decimos todos y coordinamos”.

Falta una vicepresidenta política

Porque ese es otro problema. Sin Carmen Calvo y Ábalos, o un portavoz potente en el Congreso, por ejemplo, el presidente está desnudo. No hay una vicepresidencia política detrás de él. El papel que tendrían que haber desempeñado la vicepresidenta Nadia Calviño —que se esfuerza todo lo que puede por mejorar en empatía y mensaje— y el titular de la presidencia, Félix Bolaños —más de los mismo, lo intenta pero tiene demasiados frentes— no llega al que desempeñaban los mencionados Calvo y Ábalos.

A la ausencia de vicepresidencia política y primera en La Moncloa se unen las críticas de la militancia y de posibles votantes: los nuevos portavoces —caso de Felipe Sicilia— se diluyen en la nada; leen las notas, no tienen fondo “y dan de sí lo que dan. Pero todo esto lo eligió Pedro, quizá buscando perfiles que no volvieran a cuestionarlo ni hacerle daño, y se ha equivocado. Más allá, que es totalmente cierto, de que nos han tocado unos años espantosos, inimaginables” subraya una señoría del norte, con años en el partido.

Pero todo esto lo eligió Pedro, quizá buscando perfiles que no volvieran a cuestionarlo ni hacerle daño, y se ha equivocado
Una señoría del norte, con años en el PSOE

El miedo a que el glamour le haga perder el norte

La semana que viene empieza toda la parafernalia de la cumbre de la OTAN en España. Para muchos, la más importante desde que se creó el organismo atlantista tras la II Guerra Mundial. Se celebra con una guerra en Europa y una situación global del planeta, donde la geoestrategia amenaza con cambiar. EEUU decae y, con él, Occidente, además de los problemas enormes y largos de la tragedia que es la guerra en Ucrania. Y los viejos y nuevos socialistas, quienes apoyan a Sánchez desde el primer día, temen ahora que esta semana que entra, donde va a pasear su imagen por todo el mundo con los líderes del planeta, le haga olvidar sus intenciones de “echarse a la carretera”; de que los votos no se los dan los paseos con Biden o Macron, sino los españolitos de a pie. Esos que el PSOE, con mucho más que un siglo de historia, ha perdido a chorros hace pocos días.

“Pedro, que la moqueta y los grandes despachos no te hagan olvidar de dónde venimos ni quienes somos” pide, casi ruega, una colega del partido. Una senior.

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Ana Ramírez Cañil es periodista. Nació en Madrid, pero es de Rascafría. Ha trabajado en Cinco Días, en la revista Mercado, en la primera La Gaceta de los Negocios. Entre 1984 y 1985 vivió en Nueva York. Redactora jefe del semanario El Siglo, directora de «Informe Semanal», delegada de El Periódico de Catalunya en Madrid, subdirectora de soitu.es. En 2010 crea con Pilar Portero la web de política y economía tu2is.es. Es Premio Espasa de Ensayo por La mujer del Maquis y autora de Si a los tres años no he vuelto (Ed. Espasa). Sigue a Ana Cañil en Twitter en http://twitter.com/anarcanil Pilar Portero es periodista, ha trabajado, por orden cronológico, en Radio3, en la revista de información general El Siglo, en el Negocios de El País, en el Magazine de El Mundo, en la Sección de Madrid de El Mundo, en elmundo.es, desde el año 2000. Es una de las fundadoras de soitu.es, en donde trabajó desde 2007 hasta el cierre. En 2010 crea con Ana R.Cañil la web especializada en política y economía tu2is.es. Sigue a Pilar Portero en Twitter en http://twitter.com/pilarportero