Elogi de la vellesa. De l’esperit i la ment

Elogi de la vellesa. De l’esperit i la ment

¿Per què t’han d’humiliar considerant-te una ignara (¡apa!) només perquè ets vella?

A woman applauds from her window to celebrate Easter, on April 9, 2020, in El Cabanal, in Valencia, after religious processions were cancelled during a national lockdown to prevent the spread of the COVID-19 disease. - In the week leading up to ...JOSE JORDAN via Getty Images

Aquest article també està disponible en castellà.

Ella necesitaba desesperadamente una interlocutora que supiera quién era, y yo necesitaba desesperadamente seguir rindiéndole tributo a una autora que durante una época significó mucho para mí. [...]

Pero nadie se ocupaba de la esencia humana de Alice. Cada vez que iba a visitarla, la veía mucho más cansada que la vez anterior. Es cierto que tenía más de ochenta y cinco años y vivía a base de analgésicos; el cansancio sin embargo, era sobre todo espiritual, no del cuerpo. Cuando ya llevaba unos meses viviendo en la residencia, siempre que iba a visitarla me la encontraba desplomada en la silla, tan exhausta que daba miedo verla. Aun así, me sentaba frente a ella y, sin siquiera preguntarle cómo se encontraba, me ponía a hablar. A los pocos minutos de escuchar mi voz, su cara, su cuerpo, sus manos empezaban a volver a la vida. Enseguida estábamos conversando de libros, de los titulares del día y de conocidos comunes tan animadamente como siempre, aunque sin discutir. Creo que nunca olvidaré la visión de aquella milagrosa transformación. Ver como la actividad de una mente brillante le devolvía la vida a una persona medio muerta fue presenciar una metamorfosis que siempre se me antojó como ninguna otra. [...]

No, lo verdaderamente importante era que Alice se había pasado la vida luchando para convertirse en un ser humano consciente cuyo mayor gozo era utilizar su cerebro; y ahora estaba atrapada en un ambiente creado para ignorar —mejor dicho, para desechar— este esfuerzo constante y valeroso, cuando lo único que se le debía a un ser humano —sí, desde el principio hasta el final— era que se honrara es esfuerzo. [...]

Lo único que importaba ahora era que —excepto cuando estaba leyendo— mi amiga había sido relegada a un exilio de la mente que equivalía a un encarcelamiento. Era como si Alice hubiera sido declarada culpable de vivir demasiado tiempo.

 

Vivian Gornick. La mujer singular y la ciudad

Trad. Raquel Vicedo. Madrid: Sexto Piso, 2018

Una de les pàgines viscudes de Vivian Gornick és aquesta visita a una autora i amiga més gran que ella a qui valorava molt que vivia en una residència.

Contribueix a aquest exili o anorreament mental del qual parla el fet que, per exemple, si ets vella o ho sembles et pugui passar que vagis a una visita mèdica i et parlin en veu molt alta. Cal una determinada actitud i un determinat estat d’ànim per dir que ni estàs sorda ni ets especialment enze, que no cal que cridin; sobretot si es té en compte que no ets pas tu qui té la paella pel mànec.

Un cop un metge em va proposar participar en una prova clínica. Li vaig dir que sí i a continuació em va explicar com anava. Quan vam arribar a l’administració de la medecina que provaven, tot d’una em va dir: «és possible que li donin una medecina que no sigui una medecina». «¡Ah!, un placebo», vaig retopar jo. El metge se’m va quedar mirant tot parat.

¿Per què t’han d’humiliar considerant-te una ignara (¡apa!) només perquè ets vella? Tant costa dir «potser li donaran un placebo» i, segons la cara que facis, t’ho expliquin; o que et preguntin directament si saps què és.

¿Esto es un lunar nuevo o me estoy convirtiendo en un caballo pinto? ¿Hasta dónde puede ensancharse un nudillo sin convertirse en una rodilla? No quiero ver, no quiero saber.

Y, sin embargo, miro a los hombres y mujeres de mi edad, o más viejos, y sus cráneos y nudillos y manchas y protuberancias, aunque variados e interesantes, no inciden en lo que pienso de ellos. Algunas de estas personas me parecen muy hermosas, otras no. […] Tiene que ver con los huesos. Tiene que ver con quién es esa persona. Con creciente claridad, tiene que ver con aquello que las caras y los cuerpos nudosos transmiten.

Sé que es lo que más me preocupa cuando me miro en el espejo y veo a la mujer mayor sin cintura. No es el hecho de haber perdido la belleza: nunca tuve suficiente como para obsesionarme con ello. El problema es que esa mujer no se parece a mí. No es quien yo pensaba que era.

 

Ursula K. Le Guin. Contar es escuchar. Sobre la escritura, la lectura y la

imaginación. Trad. Martín Schifino. Madrid: Círculo de Tiza, 2018

Al final d’aquest fragment, Le Guin parla de l’estranyesa que ocasiona la vellesa, i no per una qüestió de bellesa i lletjor. Aquesta estranyesa i acovardiment augmenta per la constant minusvaloració amb què ets tractada, la presumpció que no sabràs què és un placebo o l’opinió generalitzada que la gent vella és retrògrada.

A TV3 fan un anunci d’un programa propi que es dedica —si hem de fer cas a la propaganda que en fan— a desmuntar tabús sobre diferents grups socials marginats per causes variades. Doncs bé, el protagonitza l’actor que el condueix i tot d’una per mostrar com estan d’arrelats els tabús, es posa ell com a exemple i afirma que és jove i que considera que té una ment oberta però malgrat això... Renoi, no cal ni que surti de casa per començar a anorrear tabús i tòpics.

Costa de creure que pensi que Santiago Abascal o José María Aznar quan eren joves fossin la mar de progressistes i demòcrates, i que sigui justament complir anys o la vellesa el que els ha fet combregar amb una ideologia tan carcamal. Els compari amb Dolores Ibarruri, Manuela Carmena, Federica Montseny, Clara Campoamor..., hi reflexioni i a veure quina conclusió n’extreu el jove actor.

¿Per què t’han d’humiliar considerant-te una ignara (¡apa!) només perquè ets vella?

Costa de creure que pensi que, per exemple, la fisiòloga Rita Levi-Montalcini, a mida que va fer anys es va anar tornant una reaccionària carregada d’orgues i de ment tancada. O que això es pugui pensar de les dues autores que avui brinden cites: Gornick va publicar La mujer singular y la ciudad als 81 anys; Le Guin un text escrit entre el 1992 i el 2004, per tant, entre els 63 i els 75 anys.

Un desgraciat titular —per més d’una raó— de fa pocs dies sobre la mort de l’espia britànica Valerie Pettit il.lustra que ser vella és encara pitjor que ser vell: «La pacífica abuela que ocultó su pasado como la gran espía del MI6 en la Guerra Fría, hasta su actual muerte».

Doncs mira, no, d’àvia, no en va ser mai (i, encara que el titular no en cita el nom, té sort que no hagin fet servir un diminutiu). ¿S’imaginen un titular així per acomiadar Kim Philby o Anthony Blunt?

Si difícil serà dotar les residències econòmicament perquè la vida hi sigui digna i no una empenta cap a la mort, no ho serà menys trencar el tabú que la vellesa és pura misèria intel.lectual i sentimental. Caldrà recordar la clàssica atribució de virtuts com la saviesa, la prudència i la temprança a velles i vells.

Vella dama indigna que soc, acabaré amb una mica d’humor —tot i que corre la brama que la gent anciana n’és incapaç— parafrasejant una sentència d’Agatha Christie: «Fes-te amb un arqueòleg (o una arqueòloga). Com més vella et facis, més encantadora et trobarà».

MOSTRAR BIOGRAFíA

Nací en Barcelona en 1952 y soy doctora en filología románica por la UB. Soy profesora de secundaria jubilada y escritora. Me dedico desde hace ya mucho tiempo a la investigación de los sesgos sexistas y androcéntricos de la literatura y de la lengua, y también a su repercusión en la enseñanza, claro está. Respecto a la literatura, además de leer, hago crítica literaria, doy conferencias, ponencias, escribo artículos y reseñas sobre diferentes aspectos de la literatura, principalmente sobre las escrituras femeninas. En cuanto a la lengua, me dedico a investigar sesgos ideológicos en diferentes ámbitos: diccionarios; noticias de prensa (especialmente las de maltratos y violencia); denominaciones de oficios, cargos y profesiones. También he elaborado varias guías y manuales de recomendaciones para evitar los usos sexistas y androcéntricos. Asimismo, he analizado algún otro sesgo ideológico, por ejemplo, el racismo. Todas estas actividades me dan pie a impartir conferencias, ponencias, charlas, cursos y a realizar asesoramientos. Formé parte del grupo Nombra desde su fundación, en 1994. También trabajo por una enseñanza coeducativa. Lo que me ha llevado a implicarme en distintos y variados grupos y seminarios de coeducación, a colaborar con ICEs de distintas universidades y a escribir distintos tipos de libros y documentos. A veces escribo dietarios o sobre viajes y aún de otros temas.